Letizia Ortiz abandonaba su piso del barrio madrileño de Valdebernardo tan sólo unos días antes de que hiciera público su compromiso matrimonial con el Príncipe de Asturias. La entonces periodista, había adquirido esta vivienda tras la separación de su primer marido, Alonso Guerrero Pérez.
En octubre de 2003, como apunta la revista Semana, la reina dejó definitivamente la comunidad donde residía, un complejo compuesto por más de un centenar de pisos en Vicálvaro. Por aquel entonces, Letizia trabajaba como profesional en TVE. La ahora reina cerró la puerta de su vivienda por última vez y, antes de irse, se despidió del conserje del edificio.
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La mudanza de Letizia tuvo un matiz de sorpresa tanto para el conserje como para los vecinos. Al despedirse del guardia, le comentó que se iba de viaje de trabajo, algo que le sorprendió, ya que, llevaba consigo varias maletas. En realidad, ponía rumbo al Pabellón del Príncipe, ubicado en Zarzuela, el que hasta entonces había sido el espacio destinado a la intimidad de Felipe VI.
De piso de soltera de Letizia a hogar de su hermana
La vivienda era un piso de 85 metros cuadrados, ubicado en una urbanización que incluía piscina y pista de tenis. Los vecinos del lugar señalaron en su momento que la entonces periodista no solía frecuentar las zonas comunes de la urbanización.
Más tarde, este piso se convirtió en foco de atención mediática y punto de encuentro de periodistas y curiosos interesados en la vida de Ortiz antes de su matrimonio con el actual Rey de España.
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Después de que Letizia abandonara su piso de soltera, la vivienda pasó a ser hogar de Érika Ortiz, su hermana pequeña, tras finalizar su relación con Antonio Vigo. En este domicilio vivió junto a su hija, Carla Vigo. Según declararon los vecinos de entonces, Paloma Rocasolano acudía frecuentemente para visitar a la que era su única nieta entonces.
Tres años y tres meses más tarde, el 7 de febrero de 2007, la hermana de la Reina fue hallada sin vida a los 31 años en el interior de la casa. Uno de los episodios más duros a los que se ha tenido que enfrentar la monarca, que además coincidió con la recta final de su segundo embarazado.
La casa fue puesta en venta
Tras esta noticia, Letizia quiso deshacerse del piso y lo puso en venta. En junio de 2008, una familia lo adquirió por un valor de 230.000 euros. Los nuevos propietarios realizaron una reforma completa para adecuarla a sus necesidades. A pesar de haber recibido propuestas de distintos medios, los inquilinos nunca han aparecido en prensa, se han mantenido en el anonimato y se han negado a hablar del que fuera hogar de la Reina de España. Hasta lo que se conoce, esta vivienda ha sido habitada por una sola familia desde 2008.