Los fans de Sálvame han celebrado el regreso del alocado universo del programa con el estreno de Ni que fuéramos. El formato de Fabricantes Studio en Canal Quickie iniciaba sus emisiones en streaming este miércoles 15 de mayo con una excelente acogida por parte de los espectadores, que han demostrado que el extinto espacio de Telecinco puede tener una segunda vida en el mundo online.
Aunque la sombra del fracaso planea sobre todo estreno, María Patiño tenía claro que el interés por Sálvame seguía muy vivo y que así lo demostraría el público en este nuevo proyecto: “El programa no había muerto. (...) Cuando voy por la calle, todavía la gente reacciona y me habla como si estuviese en emisión”, confiesa a Infobae España la presentadora, que asegura que esto no le había ocurrido con otros programas “largos y muy conocidos” como DEC.
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La periodista se muestra “contenta y muy ilusionada” con esta nueva oportunidad profesional que le llega tras 11 meses en los que ha tenido que vivir un complicado proceso de adaptación. “Cuando estás tantas horas en el trabajo, de repente dices ‘ahora puedo hacer lo que quiera’ y no lo hacía. Entonces pedí ayuda y me ha costado mucho disfrutar de mí misma y de mi gente, pero me ha venido muy bien porque estaba realmente agotada, lo que pasa es que hasta que frenas no te das cuenta”, relata.
Vuelta al trabajo
A la cancelación de Sálvame, María tuvo que sumar su salida de Socialité, pasando de un frenético ritmo de trabajo a tener toda la semana libre. Curiosamente, ahora Patiño tiene que pasar cada día por delante del plató del programa del fin de semana de Telecinco para acceder al de Ni que fuéramos, ya que ambos estudios se encuentran pared con pared en la sede de Fabricantes.
Sobre lo que siente cuando pasa por delante del que fue su programa, la periodista asegura que no lo vive con nostalgia y solo lo recuerda como “algo que me dio una cierta experiencia para trabajar en un programa con pocos recursos y que llegamos a hacer en su día hasta un 18% y durante mucho tiempo un 15″.
Además, desvela que la noticia de su salida de Socialité no le pilló por sorpresa: “Intuía que iba a terminar de alguna manera mi estancia allí. No me sentía como al principio”, comenta, algo que empezó a notar desde su vuelta de vacaciones en septiembre, con Sálvame ya cancelado. “Sentía algo raro, pero tenía tan buena sintonía con el equipo que no me atrevía a dar el paso. Realmente estaba supercómoda, pero sentía que no era igual, no sé cómo explicarlo. Nunca tuve problemas con el equipo”, aclara.
“En otros programas hay una guerra más soterrada y ahí yo me muevo fatal, no lo veo venir”
En cuanto a volver a trabajar con sus excompañeros, María destaca el “punto de comodidad” de trabajar con alguien que tenga su “mismo lenguaje”, por lo que dijo que sí en cuanto se lo propusieron. Distinta fue su respuesta a ofertas laborales que le llegaron con anterioridad, las cuales rechazó por falta de ganas de empezar de nuevo: “Esto es como cuando llevas muchos años de matrimonio con alguien, rompes y te da pereza volver a meter a alguien de nuevo en tu casa. Yo tendría amantes, más que una pareja fija”, confiesa.
Pese a que parte del secreto del éxito de Sálvame fue convertir a sus colaboradores en protagonistas, María Patiño asegura que su “única obsesión” es que Ni que fuéramos se convierta en “referente de la actualidad”. “Mi obsesión es que las revistas tengan que recoger algo de lo que contemos porque sea importante, más allá de que me caiga de una silla o tenga un susto”, agrega.
Como no podía ser de otra manera, en esa tarea de informar surgirán tramas internas y conflictos, algo para lo que afirma estar más que preparada: “Lo bueno de esto es que las cartas están boca arriba cuando hay un conflicto. En otros programas, los conflictos existen, pero es una guerra más soterrada y ahí yo me muevo fatal, no lo veo venir”.