Locomía fue un fenómeno de la música dance-pop que marcó toda una época en España y más allá de sus fronteras. Este grupo musical, conocido por sus trajes extravagantes y el uso icónico de grandes abanicos en sus coreografías, capturó la imaginación del público en los años 80 con su estilo único y su presencia escénica. Sin embargo, detrás del brillo y el éxito, se escondía una historia compleja de rivalidades, problemas con las drogas y traiciones. Con el estreno de Disco, Ibiza, Locomía, repasamos la historia que ahora ha llevado a la gran pantalla Kike Maíllo de la mano de Jaime Lorente y Blanca Suárez.
Los inicios de Locomía se remontan a finales de los años 80, cuando fue fundado por Xavier Font. Originalmente, el grupo comenzó como un proyecto de performance más que una agrupación musical convencional. Su estilo combinaba elementos de moda, diseño y música, y rápidamente se ganó el cariño del público por su propuesta fresca y diferente. Canciones como Locomía, Rumba, Samba, Mambo y “Loco Vox” se convirtieron en éxitos rotundos, catapultando al grupo a la fama.
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El estilo de Locomía no solo era musical, sino también visual. Los trajes extravagantes y los coloridos abanicos que utilizaban en sus presentaciones se convirtieron en su sello distintivo. El grupo no solo hacía música; ofrecía un espectáculo completo que rompía con las normas establecidas y atraía tanto a jóvenes como a adultos por igual. Nada parecía estar fuera de su alcance, y la meteórica subida del grupo les permitió realizar giras internacionales y vender miles de discos.
Sin embargo, la década de los 90 trajo consigo una serie de problemas que desafiarían la cohesión y el éxito de Locomía. Empezaron a surgir tensiones internas, exacerbadas por la presión de mantener su imagen y su éxito comercial. Uno de los problemas más críticos fue el consumo de drogas, que comenzó a afectar a varios de los miembros del grupo. La vida en el ojo público, combinada con la facilidad de acceso a sustancias y el estrés inherente a su estilo de vida, creó un ambiente propicio para los excesos.
Caída en los 90
Otro factor que contribuyó a la caída en desgracia del grupo fueron las traiciones internas. Los desacuerdos dentro del grupo se agudizaron hasta el punto de que algunos miembros tomaron acciones legales contra otros. Las disputas contractuales y la pelea por los derechos sobre el nombre y la marca Locomía desgastaron la credibilidad del grupo y afectaron su cohesión. Algunos miembros acusaron a Xavier Font de gestión inapropiada y de tratar de aprovecharse de los otros integrantes, lo que aumentó el resentimiento y creó una atmósfera tóxica.
Estos problemas internos hicieron que Locomía estuviera constantemente en las noticias, aunque no siempre por razones favorables. Los dramas personales y los conflictos legales se convirtieron en un tema recurrente en los medios, alejando al público que una vez había sido cautivado por su música y su estilo. La combinación de problemas con las drogas, traiciones y disputas internas hizo que la calidad de sus producciones musicales se viera afectada, y varios de sus proyectos no lograron alcanzar el mismo nivel de éxito que sus lanzamientos iniciales. La falta de estabilidad en la formación del grupo, sumada a los problemas legales y personales, hizo que Locomía comenzara a perder relevancia en la escena musical. Mientras otros grupos y estilos musicales comenzaban a ganar popularidad, Locomía luchaba por mantenerse relevante. Finalmente, la banda se disolvió, dejando detrás de sí una estela de conflictos sin resolver y una imagen empañada por los escándalos.
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Pese a su caída en desgracia, Locomía dejó un legado en la música y en la cultura popular española. Su estilo y su enfoque innovador para el espectáculo y la música dance-pop siguen siendo recordados por muchos. Aunque su historia está plagada de problemas, traiciones y dificultades, su impacto cultural es innegable. El ascenso y la caída de Locomía sirven como recordatorio de los desafíos que pueden acompañar el éxito rápido y la presión de la fama en la industria musical, que ahora han llegado en forma de película a las salas de cine.