Como la noche al día, pero tendrán que convivir. El futuro Grupo Mitx que queda tras los comicios catalanes del 12 de mayo agrupará al independentismo de ambos extremos: la ultraizquierdista CUP (cuatro escaños) y la ultraderechista Aliança Catalana (dos escaños).
El Grupo Mixto es el “grupo formado por los diputados que no están integrados en ningún grupo parlamentario”, según expone el glosario de términos publicado por el Parlament. El reglamento de la Cámara dicta que para formar un grupo parlamentario se necesitan por lo menos cinco representantes, por lo que todos los partidos que no reúnan este requisito quedarán relegados a este conjunto.
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El objetivo es aglutinar a los escaños minoritarios -también formados por miembros no adscritos a ninguna formación- para canalizar sus iniciativas en el Parlament, al igual que se hace en el Congreso de los diputados.
La CUP, que logró cosechar nueve miembros en los pasados comicios de 2021, tuvo que conformarse con cuatro escaños y después del 12m, es decir, cinco representantes y 62.000 votos menos. La victoria del candidato del PSC, Salvador Illa, ha supuesto un cambio de rumbo en Cataluña, donde el independentismo lograba mayorías absolutas desde el inicio del procés en 2012.
En el caso de los anticapitalistas, la formación que ahora lidera Laia Estrada llevaba siendo la llave del govern desde 2015. Lo fue también en las pasadas elecciones, cuando arrebató la Presidencia a Illa al unirse en coalición con ERC y Junts.
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Por otro lado, AC apenas tiene tres años desde su fundación en octubre de 2020 y ya ha irrumpido en el Parlament, como reflejo del auge del discurso de extrema derecha que inunda Europa. La formación de Sílvia Orriols ya consiguió el ayuntamiento de Ripoll en las pasadas municipales de 2023 a través de un discurso islamófobo que le ha llevado a obtener un escaño en la circunscripción en Girona y Lleida.
Un consenso imposible
“El extremismo de derecha solo tiene como objetivo dividir a la sociedad catalana, independientemente de la bandera en la que se esconda”, afirmó Estrada, que definió a la formación como“un peligro” para la causa soberanista. Lo cierto es que el único nexo de unión entre ambas formaciones es la independencia y la defensa del catalán. En todo lo demás son eso, división.
Mientras que la CUP aboga por una renta básica universal que mejore los derechos de los migrantes y facilitar los permisos de residencia a éstos, AC reclama la expulsión de todos los musulmanes”. Si la CUP planteaba en su programa aplicar un IRPF único fijado en el 49% y una “renta máxima a las grandes fortunas”, AC contempla una reducción generalizada de impuestos. La Cataluña “sin policías” de los anticapitalistas se contrapone al hiperbólico discurso de inseguridad de Orriols, y así con prácticamente todo.
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A la espera de los futuros pactos que determinen el nuevo gobierno en la autonomía, habrá que ver si se alcanza algún pacto entre Aliança Catalana y la CUP. Por ahora, los deberes pendientes consistirán en repartir los cargos de confianza que el grupo minoritario podrá contratar para trabajar en el Parlament.