Los últimos días de Lola Flores, la pérdida que arrastró a su hijo Antonio: así fueron los 15 días más trágicos de los Flores

La conocida cantante tuvo unas últimas horas muy dolorosas. Murió el 16 de mayo de 1995 a los 72 años en su casa de Madrid, ‘El Lerele’

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Lola Flores en una imagen de archivo. (Getty Images)
Lola Flores en una imagen de archivo. (Getty Images)

Hay muertes que por mucho que pasen siguen estando más que presentes en la memoria del público. Una de ellas es la de Lola Flores, pues con su último aliento se cerró una etapa en la música, comenzó el mito y empezó la peor etapa de los Flores. La andaluza falleció el 16 de mayo de 1995 a los 72 años como consecuencia de un cáncer de mama que le fue diagnosticado más de dos décadas antes y por el que se sometió a duras sesiones de quimioterapia.

La Faraona, como se la conocía popularmente, no quiso operarse y apostó su curación tanto a este tratamiento como a la terapia de cobalto y es que, como desvelaron sus hijas años más tarde en un especial sobre su figura, Lola quiso mantener la normalidad en los escenarios todo lo posible. “Mi bata de cola no me la quita nadie. Y moriré con ella. No en el escenario, por supuesto, haré lo posible para que no. Pero a lo mejor pido que en la caja me la metan”, declararía ella misma en el programa La clave en 1984.

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Otro motivo, como explicó su hermana Carmen en Lazos de sangre, es que la de artista era una mujer presumida y no quiso que su físico cambiara, aunque eso podría prolongar su vida. “Yo fui con ella al médico y le dijo que lo del pecho, después de doce años, le había pasado al otro pecho. El médico le dijo que si se lo cortaba, se salvaba. Y ella dijo que no. Era tan coqueta que no quería”.

Lola Flores con su marido, Antonio González 'El pescailla', y su hija Lolita, posando en el hospital. (RTVE)
Lola Flores con su marido, Antonio González 'El pescailla', y su hija Lolita, posando en el hospital. (RTVE)

Pese a que su enfermedad era de sobra conocida, no habló de ella de manera abierta hasta 1989, cuando fue entrevistada por Julia Otero. “Yo tenía un bulto en el pecho izquierdo que ya se me salía por los escotes y se me veía un poco. Fui al médico y me dijo: ¿Eres valiente? Y yo le dije: hombre, creo que sí. Dice: es que le voy a cortar el pecho. Hace 17 años. Yo le dije que no, ‘que no me cortas el pecho, me cortas por la cintura, porque entonces tengo que dejar de trabajar’. Yo me iba a darme cobalto y después me iba a trabajar”, explicó a la periodista.

Por ‘suerte’, las peores consecuencias del cáncer tardaron en llegar a su vida y pudo disfrutar los últimos 20 años casi con normalidad. Según su hija Lolita la clave fue que “nunca dejó de trabajar y de ser ella”, algo a lo que se afanó hasta el final.

Lola Flores, actress and singer  (Photo by Quim Llenas/Cover/Getty Images)
Lola Flores, actress and singer (Photo by Quim Llenas/Cover/Getty Images)

Aquellos que estuvieron cerca de ella en sus últimos días saben lo duros que fueron. El periodista Manuel Román fue uno de ellos y contó en Chic que “las últimas horas de Lola Flores fueron muy dolorosas”, ya que la enfermedad había hecho estragos en su cuerpo provocándole, por ejemplo, que tuviera la espalda ”llena de costras, con bultos, también el vientre”.

Un adiós multitudinario

El funeral de Lola Flores sigue presente en la memoria de aquellos que estuvieron presentes, pues asistieron una gran cantidad de rostros conocidos además de admiradores. La capilla ardiente se situó en el Centro Cultural de la Villa de Madrid, en la Plaza de Colón, donde se acercaron más de 150.000 personas a darle el último adiós. Se instaló el ataúd abierto y se podía ver a La faraona con una mantilla blanca.

El entierro fue también público, en el cementerio de La Almudena, y se llegó a retransmitir por televisión. De hecho, hay imágenes de ese cortejo fúnebre en él abundaron los “¡guapa!” con los que el pueblo de Madrid se despidió de ella. En esta popular despedida hubo dos grandes ausencias, la de su marido, Pepe El Pescaílla, y la de su hijo, Antonio Flores, que prefirieron llorar su pérdida en privado.

Lola Flores en una imagen de archivo. (Getty Images/Pepe Franco/Cover)
Lola Flores en una imagen de archivo. (Getty Images/Pepe Franco/Cover)

Aquellos fueron unos días sumamente complicados para los más allegados de Lola, que jamás se imaginaron que mayo se convertiría en un mes negro para ellos. El único hijo varón de la artista, Antonio Flores, no pudo superar su pérdida. Madre e hijo estaban unidos hasta niveles inimaginables, pues compartían una conexión única y especial hasta el punto de poder pasar a diario horas y horas charlando, ajenos al mundo. El también cantante, al que se le deben himnos como Siete vidas, tuvo un pasado marcado por las drogas y las recaídas, una realidad que nunca negó. “He tenido una historia con la droga que me ha hecho la vida imposible. Esa experiencia no me ha gustado. Quería quitarme sin que mis padres se enterasen para luego decirles: he estado enganchado, pero me he quitado. Pero es imposible, necesitas ayuda. Cuando estaba ya hasta los cojones me derrotaba, y como mi madre no es tonta ni mi padre tampoco, me veían y me decían: ‘A ti te pasa algo’. Hasta que les dije: ‘Mamá, papá, tenéis razón, ayudadme”, se sinceró en una entrevista en Informe Semanal.

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Pese a sus deseos de mejorar su vida, especialmente tras el nacimiento de su hija Alba, la muerte de Lola Flores lo cambió todo. Antonio llegó a la casa familiar cuando su madre ya había muerto y todos los presentes, amigos y familiares, vieron cómo se rompió la mano al dar un puñetazo en la pared antes de gritar: “Dónde está mi madre”. Todo el mundo salió de la habitación de Lola y allí pasó varias horas en las que se escuchaban sus lloros y gritos.

Lola Flores y su hija Lolita en una imagen de archivo. (Gianni Ferrari/Cover/Getty Images)
Lola Flores y su hija Lolita en una imagen de archivo. (Gianni Ferrari/Cover/Getty Images)

“Mi hermano nos llamaba y decía: ‘No puedo vivir sin ella. A mi hija la adoro, pero me falta mi luz, no puedo vivir sin ella’. La gente que le conocía sabía que le iba a costar vivir sin ella”, contó Lolita hace unos meses en Lazos de sangre, recordando esa unión. Y si bien Antonio Flores volvió a subirse a los escenarios poco después, el 26 de mayo, para no volver a pisarlos más. Menos de quince días después de perder a su madre, el 30 de mayo, Antonio Flores murió a causa de una combinación de alcohol y barbitúricos que le provocaron una sobredosis a sus 33 años.

Así contó su hermana Lolita cómo fueron aquellos momentos en el programa En la tuya o en la mía, presentado por Bertín Osborne: “Cuando llegó el Samur yo les dije: ‘Déjenlo a él, que ya no tiene remedio, y sálvenme a mi hermana Rosario. Es que daba botes de un metro, como en El Exorcista”. La doble pérdida provocó que la familia viviera “un año y medio en el que estuvimos desquiciados”. “Me volví loca. Bebía. Le pegaba puñetazos a las puertas. Tenía una revolución dentro de mí. No entendía lo de mi hermano. Gracias a mis hijos lo reconduje”.

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