La prestación por incapacidad permanente en España se otorga a trabajadores que, tras recibir un tratamiento médico y ser dados de alta, presentan reducciones anatómicas o funcionales graves que afectan su capacidad para trabajar. Esta ayuda busca mitigar la pérdida de ingresos debido a la incapacidad para realizar ciertas actividades laborales.
Durante el mes de abril, 948.558 personas recibieron esta ayuda. Para acceder a ella, no hay un requisito de edad específico, pero es necesario haber realizado contribuciones a la Seguridad Social por un periodo establecido, menos en el caso de las enfermedades laborales o accidentes ocurridos en el ámbito de trabajo, que no tendrán que cumplir esta condición.
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La incapacidad permanente cuenta con cuatro niveles: Incapacidad Permanente Parcial, Incapacidad Permanente Total, Incapacidad Permanente Absoluta y Gran Invalidez.
Información que tiene en cuenta el tribunal
Las evaluaciones de incapacidad, así como sus revisiones, son realizadas por un Tribunal Médico del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS). Este organismo valora la situación del trabajador mediante la redacción de informes que posteriormente son utilizados por la Seguridad Social para decidir sobre la concesión de la prestación.
Para someterse a la evaluación, es vital que el solicitante esté bien preparado. Esto incluye proporcionar información y documentos claros al médico examinador. La información que tendrá en cuenta son las preguntas sobre el estado actual del paciente, la que obtenga de una una exploración física detallada y de un cuestionario psicológico. Estas evaluaciones pueden incluir pruebas específicas según la dolencia reportada, como ejercicios para valorar la movilidad en casos de lumbalgia.
Preguntas trampa
En una evaluación médica, es común que se formulen preguntas específicas para entender mejor la situación del paciente. Estas preguntas incluyen la evaluación de su mejoría reciente, la descripción de su puesto de trabajo y las tareas esenciales, así como las dificultades que enfrenta en su desempeño profesional.
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El objetivo de estas preguntas es comprender el estado del paciente y cómo sus dolencias afectan su vida diaria. Entre algunas de las preguntas destacadas se encuentran: “
- ¿Has venido solo a la evaluación?
- ¿Qué actividades realizas en tu rutina?
- ¿Por qué crees que necesitas una incapacidad permanente?
- ¿Por qué etapas has pasado durante tu enfermedad o lesión?
- ¿Notas que has mejorado últimamente?
- ¿Qué puesto ocupas y cuáles son las tareas fundamentales de tu profesión?
- Explica las dificultades que tienes en el desempeño de tu trabajo
- ¿Muestras conformidad con lo que la mutua o tu especialista afirmas sobre tus dolencias?
- ¿Cómo te afectan tus síntomas o secuelas?
- ¿Cómo te sientes actualmente?
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Los pacientes a menudo temen estas llamadas “preguntas trampa”, que son diseñadas para profundizar en detalles específicos sobre las limitaciones que la enfermedad o lesión imponen, así como la conformidad del paciente con la evaluación de su mutua o especialista.