El PSOE ha seguido el “proceso estatutariamente previsto” y abierto expediente a un senador que no ha respetado la disciplina de voto. Se da la particularidad de que este senador se llama Javier Lambán y que la votación era nada menos que la de la ley de amnistía en la Cámara Alta. Su posición no iba a modificar el resultado -el PP la vetó haciendo uso de su mayoría absoluta, devolviendo la norma al Congreso- pero sí a romper la unidad de criterio en su grupo. La decisión le costará previsiblemente 600 euros.
Ha sido el portavoz de Grupo Socialista en el Senado, Juan Espadas, quien este miércoles en RNE ha confirmado el castigo al expresidente de Aragón y secretario general del partido en esta región. Lambán no es que votara en contra o abstención sino que, sencillamente, no participó en la votación. Espadas mantuvo un “cruce de mensajes” por WhatsApp con el díscolo dirigente, que le dirigió una carta para expresar las razones por las que iba a adoptar la postura ya sabida, que no es otra que su rechazo a la medida de gracia.
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Lamentablemente, Lambán suele ausentarse en el Senado por razones de salud, por lo que no extrañaba su no asistencia al pleno. De todos modos, no fue su delicado estado lo que impidió que el PSOE fuera un bloque en defensa del perdón a todos los condenados y encausados por el procés, principalmente a Carles Puigdemont, que en apenas en unas semanas estará de regreso a España, asegurando que presentará su candidatura a la investidura para ser presidente de la Generalitat de Cataluña y que estará presente en ese debate.
Espadas ha querido subrayar que la de Lambán es una opinión “aislada” en el grupo en tanto que “fue la única persona” de la bancada que facilitó las cosas al PP. Lo fue en el grupo pero no en el partido. Otro díscolo habitual -de Pedro Sánchez- es Emiliano García-Page, que no ha tardado en manifestarse. El presidente de Castilla-La Mancha entiende a su más que compañero: “Me considero amigo de Javier Lambán. Le respeto muchísimo intelectual y políticamente y respeto su decisión. No quiero interferir en lo que pueda hacer ni la Ejecutiva Federal, no es mi papel interferir”.
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“La discrepancia se somete a las reglas de las mayorías”
García-Page, que ya ha protagonizado alguna sonada polémica con el Gobierno o con el PSOE a cuenta de la amnistía o alguna de sus derivadas -una de ellas, reciente, sobre los delitos de terrorismo, con el ministro Óscar Puente- ha reaccionado así preguntado por los medios de comunicación presentes en un acto en Requena, en Valencia, donde firmaba un convenio de colaboración sanitario junto al presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón. Page ha recordado su “discrepancia bastante palpable en lo estratégico y en lo ideológico con la amnistía”.
“No me atrevería a decir si es un problema de conciencia -ha dicho Page sobre la no participación de Lambán en la votación-, eso ya queda para cada cual. Yo me conformo con tener claro que discrepo. Lo que pasa es que la discrepancia se somete a las reglas de las mayorías y las minorías, como es lógico en democracia”, ha remarcado, tratando de rebajar la controversia.
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Lo cierto es que más allá de esto, ni senadores de Aragón ni tampoco de Castilla-La Mancha se han saltado la orden de la dirección ni en Senado ni en Congreso hasta la fecha, lo que ha hecho que la amnistía vaya a acabar siendo aprobada definitivamente y entrando en vigor. El PP ha intentado en reiteradas ocasiones apelar a García-Page o a la conciencia de los representantes sobre los que tiene influencia para que se negaran a aceptar una medida que al menos a efectos electorales ha dado buen resultado a Sánchez. El PSC ganó las catalanas y el independentismo ha perdido la mayoría.