El universo paralelo de Elliott Erwitt, el fotógrafo fascinado por la condición humana (y canina)

La Fundación Canal acoge, bajo el marco de PHotoESPAÑA 2024, una muestra que recoge 135 obras del fotógrafo de Magnum que trazó la esencia natural de los ciudadanos a través del ingenio y de su lente

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'USA. NYC. 1946.' (©Elliott Erwitt / Magnum Photos)
'USA. NYC. 1946.' (©Elliott Erwitt / Magnum Photos)

Cuando surge la fotografía, lo hace fácilmente, como un regalo que no debe ser cuestionado ni analizado. Ese era el secreto de Elliott Erwitt (1928-2023), la fugacidad, el momento, la creación de la ironía natural que esconde la condición humana. El fotógrafo de Magnum, fallecido a finales del año pasado, perfeccionó la técnica, o más bien la idiosincrasia, de su maestro, Henri Cartier-Bresson, un hombre se movía por la fe en el “instante decisivo”. El suyo es un catálogo sin pretensiones que apela a la fascinación de la observación, eso sí, sin el componente exhaustivo de la espera. Un click basta para capturar la naturaleza mundana de los ciudadanos que capturó con su lente.

La Fundación Canal acoge desde este miércoles hasta el próximo 18 de agosto la exposición Elliott Erwitt. La comedia humana, una muestra comprendida dentro del Festival PHotoESPAÑA 2024. A través de 135 obras divididas en tres secciones (Personas, Animales y Formas), la organización madrileña ahonda en el catálogo pictórico de uno de los mejores fotógrafos del siglo XX. Pese a adquirir notoriedad con sus retratos caninos, unas instantáneas originales con las que bajó a la realidad perruna para contar con una nueva y original perspectiva con la que capturar el tiempo, la maestría de Erwitt va más allá de su predilección por fotografiar al mejor amigo del hombre.

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Erwitt era un observador, una suerte de evolución de un pintor impresionista, con la única diferencia de que el tiempo, para él, no era un ente infinito. “Hoy en día, con el tema de los derechos de imagen, sería mucho más complicado”, ha comentado Andrea Holzherr, comisaria de la exposición, en una visita guiada en la que ha estado presente Infobae España, sobre el trabajo que llevó a cabo el protagonista de la exposición. Difícil, sobre todo, porque la espontaneidad se ha perdido en una coyuntura en la que prima la notoriedad antes que el arte. También porque, con un móvil encima, “todos nos hemos convertido en fotógrafos callejeros”, dice Holzherr.

La Fundación Canal presenta la exposición 'Elliott Erwitt. La comedia humana', dentro de la programación de PHotoESPAÑA, en Madrid (EFE/ Zipi)
La Fundación Canal presenta la exposición 'Elliott Erwitt. La comedia humana', dentro de la programación de PHotoESPAÑA, en Madrid (EFE/ Zipi)

“Como fotógrafo poseía la capacidad única de capturar la esencia de las personas utilizando el corazón y el ingenio”, añadió Holzherr, que no se atreve a considerar a Erwitt como un “fotógrafo callejero”, pero sí reconoce la o se atreve a tildar a Erwitt de “artista callejero”, pero reconoce que se echaba a la calle para esperar el momento mágico que apelase a su flash y lente óptica. Las ocurrencias visuales que inundan las fotografías de Erwitt despiertan una sonrisa cómplice en el espectador, haciéndolo partícipe del espectáculo de la comedia humana.

Mujeres que pasean, parejas que se besan, ciudadanos que toman el sol y que conforman una amalgama de emociones mundanas que no se repiten. Todo ello, desde perspectivas ajenas al ojo humano. Su pulsión por capturar el instante era guiada por la serendipia, ese hallazgo extraordinario que ocurre de forma casual y que trasciende a la mera fotografía que captura la realidad objetiva.

“Puedes encontrar imágenes en cualquier lugar. Es simplemente una cuestión de sentir las cosas y darles forma. Sólo tienes que preocuparte por lo que te rodea y tener en consideración la humanidad y la comedia humana”
La Fundación Canal presenta este martes la exposición 'Elliott Erwitt. La comedia humana', dentro de la programación de PHotoESPAÑA, en Madrid. EFE/ Zipi
La Fundación Canal presenta este martes la exposición 'Elliott Erwitt. La comedia humana', dentro de la programación de PHotoESPAÑA, en Madrid. EFE/ Zipi

“Se trata de reaccionar a lo que ves, idealmente, sin ideas preconcebidas. Puedes encontrar imágenes en cualquier lugar. Es simplemente una cuestión de sentir las cosas y darles forma. Sólo tienes que preocuparte por lo que te rodea y tener en consideración la humanidad y la comedia humana”, afirmaba el propio Erwitt.

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La sugerencia y la humanidad

¿Por qué las fotografías de Elliott Erwitt no evocan ninguna información más allá de la fecha y la localización en la que fueron tomadas? Fácil. El fotógrafo quería que fuese el espectador quien analizase, de forma independiente, los elementos que componían sus imágenes. Depende de ellos determinar qué ven y qué perciben en los marcos de la muestra que sostienen algunas de las obras más destacadas del fotógrafo.

El rechazo de la etiqueta de “callejero” por parte de la comisaria de la exposición no es una negación de su obra bebiendo de la mundanidad, más bien una petición de que su apodo vaya más allá de su predilección por la observación ajena. La particular visión y exploración de formas y abstracciones añade una capa más, una nueva dimensión, a su enfoque.

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'France. St.Tropez. 1979.' (© Elliott Erwitt/Magnum Photos)
'France. St.Tropez. 1979.' (© Elliott Erwitt/Magnum Photos)

El humor y la humanidad que impregnaba en sus instantáneas es otro de los elementos que elevan su arte. No en vano, su fascinación por los perros llevó a Erwitt a querer ver el mundo desde sus ojos. No se conformó con fotografiar a los caninos más llamativos de las ciudades, plazas y avenidas que pisaba, quiso plasmar, también, la perspectiva que ellos tenían del mundo, un interés con el que elaboró algunas de sus mejores fotografías.

La comedia involuntaria que conseguía perpetuar con su cámara, marca registrada de su arte, le permitía distanciarse de los desafíos de la vida diaria, además de crear un universo paralelo en el que relativizar y jugar con la ironía (nunca hiriente o sarcástica). “Hacer reír a la gente es uno de los mayores logros que puede haber. Y cuando puedes hacer reír y llorar a alguien, alternativamente, como lo hace Chaplin, ese es el mayor de todos los logros posibles. No sé si apunto a ello, pero lo reconozco como el objetivo supremo”, afirmaba el fotógrafo.

“Hacer reír a la gente es uno de los mayores logros que puede haber. [...] No sé si apunto a ello, pero lo reconozco como el objetivo supremo”

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Retrato de familia de moda, en Shreveport, Louisiana, 1962. (© Elliott Erwitt/Magnum Photos)
Retrato de familia de moda, en Shreveport, Louisiana, 1962. (© Elliott Erwitt/Magnum Photos)
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