La renuncia de Pere Aragonès deja un vacío en ERC y una lucha de poder entre el inhabilitado Oriol Junqueras y la exiliada Marta Rovira

Pere Aragonès, número tres de Esquerra, abandona la política tras la debacle electoral. Pide que se abandonen “los personalismos y la batallas estériles” sabedor que ahora se inicia una nueva y decisiva etapa en la formación republicana e independentista.

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Pere Aragonès no recogerá su acta de diputado tras el mal resultado de este domingo

La renuncia de Pere Aragonès es un hecho. El presidente de la Generalitat en funciones y coordinador nacional de ERC anunció este lunes que deja la política y no recogerá su acta de diputado. Asume “personalmente” los malos resultados de la formación republicana, que el domingo perdió 170.000 votos y 13 escaños. Se va por “responsabilidad y honestidad” y su marcha deja irremediablemente un vacío y una lucha de poder entre las dos caras más visibles del partido independentista: Oriol Junqueras y Marta Rovira. El primero siguió en directo, muy serio, la rueda de prensa de Aragonés. La segunda no pudo hacerlo, ya que sigue huida en Suiza al estar encausada en la investigación que se sigue en la Audiencia Nacional por los altercados presuntamente organizados por la plataforma Tsunami Democràtic.

La gran pregunta que sigue a la marcha de Aragonès es si será la única cabeza que se llevará por delante el descalabro electoral de Esquerra, el tercero en un año. No hay que olvidar que en las generales de julio de 2023 los republicanos perdieron seis diputados en el Congreso (bajando de 13 a 7) y en las municipales de mayo de ese año se dejaron por el camino 300.000 votos, bajando de primera a tercer fuerza por detrás del PSC y Junts. “ERC hará una reflexión colectiva [sobre el futuro], tiene un proyecto y unos valores que valen la pena. Habrá que fortalecerlo”, respondió cuando se le preguntó por la posibilidad de que otros líderes de su formación pudieran asumir también responsabilidades por los malos resultados. Todas las miradas tomaban una dirección, la de Junqueras.

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El líder de ERC, Oriol Junqueras, junto a Pere Aragonès y las portavoces y candidatas Marta Vilalta y Raquel Sans en el Consell Nacional de ERC. (Europa Press)
El líder de ERC, Oriol Junqueras, junto a Pere Aragonès y las portavoces y candidatas Marta Vilalta y Raquel Sans en el Consell Nacional de ERC. (Europa Press)

De momento nadie sabe nada. Queda claro que Aragonès no seguirá como coordinador nacional, el número tres del partido. Este lunes no se pronunció sobre qué pasará con el líder y presidente de la formación, Oriol Junqueras, y la secretaria general y número dos, Marta Rovira. Cuando se le preguntó por este incómodo debate, Aragonès se limitó a decir que “tocará fortalecer el proyecto” y que se “tomarán las decisiones colectivamente”. “Miraremos adelante y el proyecto continuará”. ¿Con quién? Solo Aragonès representaba el poder institucional. Junqueras y Rovira, por su parte, esperan a que la ley de amnistía se apruebe para poder que puedan volver a la normalidad política (el Supremo mantuvo en 2023 la inhabilitación del primero y la Audiencia Nacional ha cursado una comisión rogatoria para localizar a la segunda, que reside en Suiza).

En principio, Junqueras no ha dado ningún síntoma de querer tirar la toalla. Participó activamente en la campaña y de momento, tras el descalabro electoral, no se le ha escuchado. Rovira mantiene un discreto segundo plano. La realidad es que a pesar de los malos resultados, Esquerra tiene la llave tanto en Madrid como en Barcelona. Sus siete diputados son claves para que Pedro Sánchez pueda ir sacando poco a poco la legislatura. Y los 20 diputados obtenidos este domingo son la llave de la gobernabilidad en Cataluña. En este doble juego Junqueras juega con ventaja, ya que tiene muy buena interlocución con el PSC. El anuncio de Aragonès también deja un vacío en el Parlament, ya que alguien tendrá que sustituirle como portavoz y líder de la formación en el Palau. Aquí, Marta Vilalta, Raquel Sans y Laila Cañigueral jugarán un papel destacado.

La secretaria general de ERC, Marta Rovira, interviene de manera telemática durante el congreso de ERC, en enero de 2023 (Marc Trilla - Europa Press)
La secretaria general de ERC, Marta Rovira, interviene de manera telemática durante el congreso de ERC, en enero de 2023 (Marc Trilla - Europa Press)

Lo que está claro es que Esquerra inicia ahora un debate complicado. Tanto el socialista Salvador Illa, el ganador de las elecciones con 43 escaños, como Carles Puigdemont, líder de Junts que obtuvo 36 escaños, han anunciado su voluntad de presentarse a la investidura y aquí los votos de Esquerra son clave. En el PSC esperan que los republicanos se avengan a pactar un tripartito con Comuns Sumar. Puigdemont, por su parte, ha pedido un Gobierno casi imposible en minoría independentista y ya ha advertido a Sánchez que si él gobernó siendo la segunda fuerza en el Congreso, lo mismo puede pasar con el independentista en Cataluña. En la despedida de Aragonès, este insistió en que Esquerra “estará en la oposición” y trasladó la presión a Illa y a Puigdemont como los responsables de desbloquear la gobernabilidad de Cataluña. “Tendrán que entenderse”, sentenció. La pregunta es que si Esquerra puede permitirse quedarse al margen teniendo en cuenta que actualmente 369 altos del Govern dependen del partido y que el riesgo de bloqueo puede ser aún más letal para sus intereses electorales en caso de repetición en otoño.

Analizar cuidadosamente el futuro teniendo en cuenta lo que ha ocurrido en el pasado. Otro debate que se inicia en Esquerra es dilucidar si la estrategia de jugar la mano de un independentismo pragmático para pactar con el Gobierno de España ha podido pasar factura. Todo ello habrá que revisarlo, aunque ahora lo prioritario es redefinir el liderazgo del partido: Junqueras, Rovira o una tercera vía. Lo que está claro es que el partido afronta un periodo convulso con riesgo de una importante fractura interna. Aragonès lo sabe bien, por eso apeló en su despedida a la unidad, reclamando que se abandonen “los personalismos y la batallas estériles” para que el independentismo y, sobre todo, Esquerra, remonten.

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