El rey Felipe VI y su padre, el emérito Juan Carlos, han coincidido fortuitamente este martes 14 de mayo en el aeropuerto de Vitoria. Padre e hijo han protagonizado un inesperado reencuentro a pie de pista después de que el avión del monarca tuviera que desviar su trayecto entre Madrid y San Sebastián por motivos meteorológicos.
Según adelanta El Mundo, el rey tenía previsto aterrizar en el aeropuerto de Donosti y desde allí desplazarse en coche hasta Hernani, donde participa en un acto este martes. Por su parte, el emérito tomaba un vuelo desde Ginebra (Suiza) a Vitoria para someterse a unos controles médicos.
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Apenas minutos después de que el jet privado en el que viajaba Juan Carlos aterrizara en Foronda, lo hacía también el avión oficial de Felipe VI, que se vio obligado a desviar su trayecto debido a las condiciones meteorológicas en San Sebastián.
El citado medio asegura que el emérito, al enterarse de la inminente llegada de su hijo, le esperó para encontrarse con él a pie de pista, donde se saludaron cordialmente y entablaron una conversación de apenas dos minutos.
A continuación, Felipe VI se montaba en el coche oficial y la caravana emprendía el viaje a Hernani, donde el monarca ha presidido la inauguración de la exposición ‘100 años de Eduardo Chillida con la colección Telefónica’.
Por su parte, Juan Carlos ha repetido la ruta que ya hizo durante su visita el pasado mes de marzo, haciendo una parada técnica en Vitoria-Gasteiz para visitar a su médico de confianza y someterse a unos controles antes de trasladarse a Sanxenxo para participar en las regatas de este fin de semana.
Acercan posturas
La última vez que coincidieron padre e hijo fue el pasado 8 de abril en Madrid, donde asistieron al funeral de Fernando Gómez-Acebo, primo de Felipe VI. Aunque entonces los eméritos y los actuales reyes entraron y salieron por separado, evitando ser captados juntos, la situación fue distinta en la misa homenaje a Constantino de Grecia que se celebró en febrero en Windsor, Londres.
Tras el acto religioso, Felipe y Juan Carlos protagonizaban la imagen de la jornada a la salida del templo, ya que el emérito se agarraba del brazo de su hijo para andar, mientras que la reina Letizia les seguía unos pasos por detrás. Se trataba de la imagen más cercana y cordial entre padre e hijo desde la marcha del emérito a Abu Dabi y el escándalo judicial que obligó al actual monarca a distanciarse de la figura de su progenitor para desvincular su reinado de la sombra de la corrupción.