62 años de la boda Juan Carlos y Sofía: un triple ‘sí, quiero’, 150 invitados y un intento de censura

El 14 de mayo de 1962 los ahora reyes eméritos se casaron en una popular ceremonia que tuvo lugar en Atenas y dejó tras de sí varios momentos icónicos

Imagen de la boda de Juan Carlos y Sofía. (Getty Images)

El 14 de mayo de 1962 Europa centró su mirada en el palacio real de Atenas, que acogió una esperada boda que unía a dos de las casas reinantes con más historia del continente. Juan Carlos de Borbón y Sofía de Grecia unieron sus vidas en una modesta ceremonia que tuvo como testigo a poco más de 150 invitados de los cuales 143 pertenecían a la realeza europea y otros 27 representaban a otras monarquías.

La encargada de organizar tal evento fue la madre de la novia, la reina Federica, que se esforzó en hacer que el gran día de su hija fuera único. Para ello trabajó durante un año tanto en cómo sería la recepción, el vestido de su vida, el convite o la ceremonia religiosa. Y si bien todo salió a la perfección, tal fue el gasto que desencadenó el enlace que la reina empezó a ser vista como una derrochadora.

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La pedida de mano tuvo lugar apenas unos meses antes, en septiembre de 1961,en el palacete suizo de VIelle Fontaine, donde vivía la abuela de Juan Carlos, la reina Victoria Eugenia. Según han narrado los protagonistas en más de una ocasión, en vez de arrodillarse para darle el anillo se lo lanzó al vuelto y bajo el grito de “Sofi, cógelo”.

Imagen de la boda de Juan Carlos y Sofía. (Getty Images)

“Me tiró por el aire una cajita con el anillo dentro”, ha contado la griega mientras que el emérito por su parte, dijo que eligió esa frase porque “amo a la princesa Sofía desde el primer momento en que la vi. Es una de las pocas mujeres que conozco capaz de llevar con toda dignidad una corona real”.

Si bien su compromiso debería haber suavizado las cosas no fue así y es que había muchas cosas que les separaba. Por ejemplo, que él era católico y ella protestante y que mientras que la familia de Juan Carlos no tenía corona y estaba en el exilio, la de ella sí que reinaba.

Tres bodas

Para terminar el problema religioso se llegó a un acuerdo y el papa Juan XXIII accedió a que los novios se dieron un triple ‘sí, quiero’: civil, católico y ortodoxo. El dictador Francisco Franco, por su parte, también aceptó de buen grado que su ‘heredero’ se desposara con una joven de sangre azul, si bien dijo aquello de “ya sabe que no tiene que casarse con una princesa… pues en España hay no pocas muchachas que, sin ser personas reales, merecen un trono”.

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Imagen de la boda de Juan Carlos y Sofía. (Getty Images)

El escenario de la boda católica, la primera, fue la catedral de San Dionisio donde se dijeron eso de ‘sí, quiero’ ante un gran público, Sofía en griego y Juan Carlos en español. A continuación se desplazaron hasta la Basílica de Santa María, donde tuvo lugar la ceremonia ortodoxa.

Como en todas las bodas, lo que más expectación generó fue el vestido de la novia. Sofía eligió para la ocasión una pieza del diseñador griego Jean Dessés, de corte princesa y lamé plateado recubierto de tul, encaje y una cola de casi siete metros. Como gran joya lució la tiara prusiana, herencia de su abuela, la princesa Victoria Luisa de Prusia y la más importante del joyero real griego.

Esta pieza fue creada en el año 1913 para la princesa Victoria Luisa de Prusia, hija del káiser Guillermo II y también fue la elegida por Letizia para el día de su boda. Está confeccionada con platino y diamantes y tiene una curiosa combinación de hojas de laurel y una greca griega.

Las damas de honor, Irene de Grecia, Irene de Holanda, Alejandra de Kent, Benedicta y Ana María de Dinamarca, Ana de Francia, la infanta Pilar y Tatiana Radziwill también vistieron de Dessés, que les hizo vestidos en blanco. Juan Carlos, por su parte, llevó el traje de teniente de infantería del Ejército de Tierra.

Imagen de la boda de Juan Carlos y Sofía. (Getty Images)

Intento de censura

En Grecia la boda captó una gran expectación, mientras que en España, la situación fue diferente debido a la censura, que se esforzó en eliminar cualquier imagen del padre del novio para prevenir que el evento se enalteciera como una celebración de la monarquía. La ceremonia se recogió en un documental de TVE que fue por la madrugada.

En ese momento Franco ni siquiera había decidido el modelo de Estado a seguir tras su muerte. A pesar de los esfuerzos del gobierno por boicotear el enlace de Juan Carlos y Sofía, se otorgó a la novia un regalo excepcional: la tiara floral -una pieza muy apreciada por la reina Letizia- que la por entonces princesa Sofía lució convertida en collar en uno de los eventos de gala previos al enlace.

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