Qué pasa si te da el sol en un tatuaje reciente

Los efectos de los rayos solares y el calor pueden ir desde una modificación de la forma del dibujo a cuestiones mucho más graves

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Imagen de tatuaje (Europa Press)
Imagen de tatuaje (Europa Press)

A medida que mayo avance, serán cada vez los días en los que el calor y el cielo despejado estén presentes. Con ello, habrá que tomar algunas precauciones para evitar el efecto más dañino de los rayos solares, que pese a ser portadores de algunos beneficios como la vitamina D, también pueden ocasionarnos algún perjuicio como las quemaduras o las insolaciones, un gran riesgo sobre todo para los niños y los más mayores que se cobra muchas vidas al año. Otro grupo que deberá tener cuidado, por motivos igualmente dañinos -e incluso permanentes- será el de aquellos que se hayan hecho un tatuaje recientemente.

Esto es así porque, al fin y al cabo, los tatuajes son un trazado de tinta en la piel que, para hacerse, se requiere una herida superficial en la que se mete tinta. Los cuidados deben ser, por lo tanto, muy parecidos a los de cuando tenemos un corte u otra pequeña incisión en la capa exterior de nuestro cuerpo. Si, aún así, lo expusiéramos al sol, tanto el calor como los rayos solares fuertes podrían dificultar la curación de esta lesión epidérmica o provocar, incluso, la infección del tatuaje.

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Otra cuestión menos grave, pero que se mantendría después de darse la exposición, sería que el sol condicionara el resultado del diseño y el trazado. Al interactuar con este, podría modificar la composición de la tinta y que esta perdiera pigmentación o que se dilatara y por lo tanto algunas líneas se expandieran en detrimento de la forma inicial. Los síntomas de que esto ha ocurrido son, por ejemplo, que el tatuaje negro se haya vuelto de otro color, como azul o verde. Esto dependerá mucho, también, del tipo de tinta y de su calidad.

Episodio: Golpe de calor.

Cómo protegerse de los efectos del sol

Para prevenir estos efectos nocivos, se recomienda que se evite exponer el tatuaje a la influencia de los rayos solares durante tres o cuatro semanas. Aunque veas que la piel está cada vez más fuerte y sana, este órgano tiene varias capas a mayor profundidad que aún pueden estar resentidas y no del todo curadas, por lo que sufrir la exposición podría ser perjudicial. Es mejor no correr riesgos, y evitar que la luz solar de sobre la parte tatuada es una parte más del cuidado de nuestro cuerpo, como lo es limpiar o desinfectar el tatuaje.

De todos modos, una vez cicatrizada la herida, el tatuaje será susceptible de desgastarse más rápidamente si se ve sometido al influjo de los rayos solares. Esa parte del cuerpo será más sensible a los efectos del calor y la humedad, y por ello también es importante aplicarse, cada dos horas como mínimo, algún protector solar que proteja la zona y reduzca la intensidad de la exposición. Por otro lado, es importante que si vas a salir y no ha concluido el plazo de curación, se tape por completo el tatuaje con vendajes o tejidos opacos.

Por último, también es necesario señalar los peligros que podría conllevar tomar el sol antes de tatuarse, especialmente en verano. De hacerlo, la piel podría quemarse y el dolor durante el trazado sería muy intenso. Además, sería muy probable que el tatuaje se infectara o que, simplemente, la piel se pelara, por lo que una parte del tatuaje se podría acabar perdiendo.

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