Los pactos en Cataluña serán decisivos a partir de este domingo después de las elecciones autonómicas. El PSC, con Salvador Illa a la cabeza, ha ganado por primera vez en la historia los comicios catalanes en escaños y votos tras lograr 42 escaños, aunque para los socialistas, la victoria es doble: por primera vez en 40 años, el independentismo y el nacionalismo no tienen mayoría absoluta en el Parlament de Cataluña.
“Los catalanes han decidido abrir una nueva etapa. En esta decisión han influido muchos factores, y tiempo habrá para analizarlos uno a uno, pero seguro que uno de estos factores y el más destacado ha sido las políticas realizadas por el presidente del Gobierno de España, a quien envío mi reconocimiento y agradecimiento por su liderazgo”, subrayó Illa, poniendo en valor el papel de Sánchez tras impulsar sus polémicas medidas en el marco de la su “política de reencuentro” en Cataluña.
Asimismo, desde el cuartel general de los socialistas, ven en la doble victoria de Illa “un aval y un impulso muy importante” a dichas iniciativas pactadas con los partidos independentistas: los indultos a los líderes del procés en junio de 2021 y la eventual ley de amnistía, que recibirá previsiblemente el respaldo definitivo en el Congreso el próximo 30 de mayo.
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Más allá de esto, 14 años después, el PSC está más cerca que nunca de volver a liderar la Generalitat. De hecho, los resultados cosechados por Salvador Illa son iguales a los obtenidos por Pasqual Maragall cuando en 2003 llegó al Govern gracias al apoyo de Esquerra Republicana (ERC) e Iniciativa per Catalunya-Verds (ICV). Este famoso tripartito se reeditó en 2006, ya con José Montilla al frente, y duró hasta 2010.
Ahora, es ERC (20 escaños) quien tiene en su mano la decisión de permitir un govern de izquierdas, toda vez que Comuns Sumar (seis diputados) ha garantizado a Illa su apoyo. De lo contrario, la política catalana está abocada a la repetición electoral tras el batacazo del independentismo, que pierde 15 escaños con respecto a los comicios de febrero de 2021.
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En este sentido, el Gobierno de Sánchez se apunta un tanto al desactivar al bloque independentista. La suma de Junts, ERC y la CUP rompe la racha de tres mayorías absolutas consecutivas desde 2015, coincidiendo con el auge del proceso independentista. “Desde hoy se abre una nueva etapa en Catalunya para mejorar la vida de la ciudadanía, ampliar derechos y reforzar la convivencia”, se jactó el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE en un mensaje en X.
En efecto, los socialistas consideran que ahora le corresponde a Salvador Illa intentar liderar una “nueva etapa” en Cataluña tras 12 años de inestabilidad desde la irrupción del procés. Tras la amnistía y la normalización de Junts y ERC en el Congreso, formaciones que permitieron la investidura de Pedro Sánchez, la cuestión territorial no ha sido el eje central de la campaña de las elecciones.
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La reacción del independentismo al batacazo
Por ello, en el PSOE celebran que su apuesta para “recuperar la convivencia” en Cataluña “ha merecido la pena”, a pesar de los “insultos, amenazas y ataques de todo tipo”, y las más de 150 sedes vandalizadas, tal como resumió la portavoz del partido, Esther Peña. “Unos compañeros han sufrido agresiones ultras y otros han tenido que volver a llevar escolta. Hoy les decimos a todos ellos, pero también a todos los socialistas de toda España y a nuestro presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que claro que merecía la pena”, añadió desde el cuartel general de los socialistas.
Si bien, todavía está por ver el alcance de los resultados de las elecciones y su impacto en la legislatura, ya que cualquier iniciativa de Pedro Sánchez pasa sí o sí por el apoyo de Junts y ERC. Los de Carles Puigdemont han recuperado la hegemonía dentro del bloque independentista después de que el expresident volviera a la primera línea tras la oportunidad de decidir sobre la gobernabilidad del país. De esta forma, Junts se convierte en la segunda fuerza del Parlament con 35 escaños, tres más que hace poco más de tres años.
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Por otro lado, los republicanos, que gobernaban la Generalitat, han perdido 13 escaños. Si bien, sus 20 diputados tienen la llave de un gobierno de izquierdas, más allá de que su líder, Pere Aragonès, aseguró que su partido seguirá trabajando desde “la oposición”. Se abre la posibilidad de que los republicanos den un nuevo giro a su política después del que ya dieron en Madrid al apostar por el diálogo con el Estado.
No obstante, el batacazo del bloque independentista deja en el aire el interrogante sobre cómo articulará su respuesta tras los resultados en las urnas de este domingo. Más aún cuando su papel en el Congreso es decisivo. En todo caso, desde el Gobierno no temen por una supuesta ruptura de las relaciones con estos partidos en la Cámara Baja, ya que si la legislatura salta por los aires –aseguran fuentes de Moncloa–, no se podrán llevar a cabo los acuerdos adoptados con ERC y Junts en el marco de la investidura de Pedro Sánchez.