Este lunes 13 de mayo, el ahora presidente en funciones de la Generalitat, Pere Aragonès, ha asumido la responsabilidad del batacazo electoral de ERC sufrido durante este 12 de mayo y como consecuencia ha decidido dejar la primera línea política y no recogerá el acta de diputado. En concreto, ERC tan solo consiguió cosechar 20 escaños, lejos de los resultados electorales obtenidos durante las últimas elecciones celebradas en el año 2021, cuando registraron 33 diputados. Sin embargo, como expresidente podrá solicitar una serie de privilegios como un salario, una pensión vitalicia, una dotación para gastos de oficina, personal eventual, seguridad y coche oficial con chófer.
Pere Aragonès, al término de su mandato como presidente de la Generalitat de Cataluña, podrá acceder a una serie de privilegios recogidos por el Estatuto de los expresidentes de la Generalitat. Entre estos beneficios, se incluye una asignación económica, la cual equivale al 80% del salario correspondiente al cargo de presidente. Esta asignación se concede por un periodo igual a la mitad del tiempo ejercido en el cargo, con un mínimo de duración de una legislatura.
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Es importante destacar que este salario es incompatible con cualquier empleo en el sector público o privado, así como con la participación en consejos de administración de empresas. Los expresidentes deben presentar una declaración de actividades para que la administración evalúe su compatibilidad.
Además del salario, el Estatuto catalán estipula una pensión vitalicia para los exmandatarios al alcanzar los 65 años, calculada en el 60% del salario del cargo de presidente, aunque a Pere Aragonès todavía le quedan 24 años para poder disfrutar de esta retribución, dado que actualmente tiene 41 años. Cabe mencionar que esta pensión es incompatible con la asignación mencionada anteriormente.
Renunciar a estos privilegios
A pesar de estos beneficios económicos, la ley permite que el expresidente pueda renunciar total o parcialmente a estos privilegios. Asimismo, el Parlamento de Cataluña tiene la capacidad de revocar todos o parte de estos beneficios con un amplio consenso, necesitando el apoyo de dos tercios de sus miembros, lo que se traduce en al menos 90 votos afirmativos de los 135 parlamentarios.
Adicionalmente, como parte de los privilegios para asegurar que los expresidentes mantengan la dignidad y el decoro correspondientes a las funciones que ejercieron, la Generalitat ofrece una serie de beneficios institucionales. Estos incluyen una dotación presupuestaria destinada a cubrir gastos de oficina, así como el apoyo de tres empleados con rango de personal eventual. También se proporciona a los expresidentes un coche oficial con chófer y servicio de seguridad, facilitando así su movilidad y protección personal tras abandonar el cargo.
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Estos privilegios son una muestra del reconocimiento a la labor desempeñada por los líderes de la Generalitat, aun después de concluir su servicio público, subrayando la importancia de su rol político e institucional en Cataluña.