El acceso a la vivienda es uno de los principales problemas de los habitantes de Cataluña, que ven cómo los precios de compra y de alquiler se disparan, expulsando a una parte de la población de ambos mercados. Ante este escenario, los partidos políticos que se presentan a las elecciones autonómicas de este domingo han introducido en sus programas electorales medidas para paliar un problema que va a más.
Las cifras son demoledoras. En la última década, el precio del alquiler en las cuatro capitales catalanas se ha disparado más de un 80%, según datos de Fotocasa. Girona es la capital de provincia que ha sufrido el mayor encarecimiento de las rentas en diez años, un 106% desde 2014.
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Barcelona ocupa el segundo lugar del ranking, con una subida del 88%, seguida por Tarragona, con un incremento del 71%, y Lleida donde la subida de las rentas ha sido del 60% en diez años. Estos incrementos han colocado el coste del alquiler en las cuatro provincias catalanas en máximos históricos, superando los años del boom inmobiliario.
Un encarecimiento provocado, principalmente, por la caída generalizada de la oferta de vivienda en alquiler, lo que dificulta la bajada de los precios frente a la elevada demanda de pisos en renta.
“Situación crítica”
“Cataluña y sus provincias se encuentran en una situación crítica, en la que el encarecimiento del alquiler parece no tener freno y supone un obstáculo para el 40% de quienes interactúan en este mercado“, explica María Matos, directora de estudios y portavoz de Fotocasa.
Si se analiza la evolución del alquiler en el último año, la tendencia también es al alza. En abril, las rentas subieron en la Comunidad de Cataluña un 1,9% respecto al mismo mes del año anterior, según datos de pisos.com. En Barcelona subió un 1,8%, manteniéndose como la capital con los alquileres más caros del país, 21,1 euros el metro cuadrado, mientras que la media nacional es de 13 euros.
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Para frenar la escalada de los alquileres y limitar su precio, la Generalitat de Catalunya se ha acogido a una de las medidas que integra la Ley de Vivienda, el índice de precios de referencia de los alquileres, y ha solicitado la declaración de 271 municipios como zonas tensionadas. Ha sido la única región que, por el momento, ha solicitado esta medida que afecta principalmente a las localidades del área metropolitana de Barcelona y al litoral de la comunidad.
La cuarta región con los precios más caros
Si el alquiler sube en Cataluña, el precio de la vivienda no se queda atrás y parece no tocar techo. Según los últimos datos de que se disponen, el precio de los pisos de segunda mano en abril experimentó una subida del 5,67% en la región respecto al mismo mes del año anterior, hasta alcanzar los 2.769 euros el metro cuadrado, frente a los 2.266 que se paga de media en España.
Tras este repunte, Cataluña es la cuarta región con el precio de la vivienda más elevado, por detrás de Baleares donde el coste del metro cuadrado cerró abril en los 4.392 euros; Madrid, donde se pagó a 4.118 euros; y País Vasco, donde se cotiza a 3.130 euros.
La escalada de precios se debe a que “la oferta es tan escasa que ya no solo están insatisfechos los perfiles con menor poder económico, sino también aquellos más solventes, a los que cada vez les cuesta más encontrar una respuesta en el mercado”, explica el director de Estudios de pisos.com, Ferran Font.
En cuanto a las provincias, Barcelona es la más cara de la comunidad y la quinta del país, con un precio de 3.119 euros el metro cuadrado. Al contrario que Lleida, que es la más barata, con un coste de 1.180 euros. Eso sí, es la provincia que más ha subido a nivel nacional en los últimos 12 meses, un 19,78%. En cuanto a Girona, el precio en abril alcanzó los 2.211 euros el metro cuadrado; y en Tarragona, los 1.485 euros.
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Sin techo a la vista
Las cuatro capitales catalanas vieron incrementado el precio de la vivienda en el último año. Barcelona es la tercera capital del país con el precio de la vivienda más elevado, al cerrar abril en los 4.761 euros el metro cuadrado, por detrás de San Sebastián, con 6.606 euros, y Madrid, con 5.761 euros.
En Girona, el precio subió los últimos 12 meses un 13,49%, situándose como la décima capital española que más escaló en abril, hasta los 2.723 euros el metro cuadrado. Lleida es la más barata, con 1.354 euros el metro cuadrado, mientras que en Tarragona se paga a 1.818 euros.
“La evolución del precio de la vivienda de segunda mano se mantiene en un encarecimiento abultado. En estos momentos, la demanda en máximos y la oferta en mínimos crean una gran tensión en el coste de la vivienda. Además, la previsión de desescalada de tipos de interés en el segundo semestre del año avivará todavía más la demanda, por lo que es probable que el precio continúe con la tendencia alcista”, prevé María Matos.
Más viviendas sociales y de alquiler asequible
Con el objetivo de mejorar la accesibilidad a la vivienda tanto en alquiler como en propiedad, los partidos políticos catalanes han introducido medidas en sus programas electorales que, a su juicio, paliarán el problema.
Así, el Partit Socialista de Catalunya (PSC), liderado por Salvador Illa, contempla un plan ambicioso para renovar el parque de viviendas, principalmente las que tengan más de 50 años de antigüedad. También propone la creación de 100.000 viviendas, 50.000 de alquiler social en los próximos años y la movilización de 50.000 más a través de la recuperación de vivienda vacía y la rehabilitación.
Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) apuesta por nuevos modelos impositivos y se compromete a destinar a vivienda una partida presupuestaria superior a los 1.000 millones de euros.
En cuanto a Junts, propone llevar a cabo una auditoría en todo el territorio para radiografiar las necesidades de vivienda que hay en cada comarca y adaptar las medidas a las realidades de cada territorio. Además de recuperar el concepto de “cuentas vivienda” consistentes en cuentas de ahorro remuneradas y con exención total de impuestos, siempre que el dinero ahorrado en ellas se utilice exclusivamente para adquirir la primera vivienda.
El PP se inclina por construir 50.000 viviendas públicas en suelo público y Ciudadanos propone la rehabilitación de las viviendas existentes para dinamizar el mercado.
En cuanto al alquiler, Junts propone incentivos fiscales a los propietarios que alquilen sus viviendas a jóvenes, mientras que el PSC, ERC, CUP y Comuns Sumar se muestran partidarios de continuar con la aplicación de los topes a los precios.
Por su parte, Esquerra también pide el uso de un índice propio, la CUP reclama que se tengan en cuenta los ingresos de las familias arrendatarias y Comuns pone el foco en alquileres de temporada y habitaciones individuales. PP, Ciudadanos y Vox apuestan por eliminar el tope a los alquileres, por considerarlo una medida ineficaz.
Huir de partidismos y buscar consenso
Ante estas propuestas Ferran Font indica que “nos alegramos de que la vivienda sea una parte central en el programa electoral de los partidos, pues es la única forma de resolver el actual problema de accesibilidad al mercado al que se enfrentan los catalanes, sobre todo los más jóvenes sin capacidad de ahorro y menor poder adquisitivo”.
A su juicio, “la clave pasará por huir de políticas partidistas y encontrar consenso, creando pactos y asegurando que se forme un Gobierno para resolver uno de los grandes retos que tenemos no solo en el sector, sino también como sociedad”.