Los últimos de Ciudadanos: el partido naranja se aferra al milagro en Cataluña para no desaparecer del mapa político español

La formación liderada por Carlos Carrizosa, que supo ganar las elecciones catalanas de 2017, busca un resultado que le permita seguir existiendo como formación política. Todas las encuestas pronostican que no entrará en el Parlament

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El candidato de Cs a
El candidato de Cs a las elecciones catalanas, Carlos Carrizosa, acompañado por barones de su partido en Barcelona (Europa Press)

Carlos Carrizosa, Marina Bravo y Noemí de la Calle buscarán revalidar su escaño en el Parlament de Catalunya en los comicios de este domingo. Ellos son, junto a otros tres compañeros, los últimos de Ciudadanos, los únicos seis representantes que le queda a la formación naranja en un parlamento autonómico, la resistencia de un partido que lucha por no desaparecer del mapa político español y caer en la irrelevancia, si es que aún no lo ha hecho. Las encuestas auguran que no lo logrará.

De todas formas, nadie podrá negar que los liderados por Carrizosa no lucharon hasta el final y optaron por morir de pie que seguir viviendo de rodillas en una lista conjunta con el Partido Popular, alternativa que desde Madrid veían como la única vía de supervivencia posible, después de rehusar concurrir a las elecciones generales del año pasado. La férrea y obstinada negativa del líder de la formación en Cataluña hizo naufragar las negociaciones y, como daño colateral, provocó la renuncia de Adrián Vázquez como secretario general del partido, puesto que continúa vacante desde finales de marzo. Por su parte, Vázquez anunció días atrás que integrará la lista del PP para las elecciones europeas de junio.

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El azar suele ser caprichoso y esta vez ha querido que la historia de Ciudadanos sea un círculo perfecto que se cierre en el mismo sitio donde comenzó, allá por 2006. Los comicios catalanes de aquel año fueron las primeras elecciones a las que se presentó la formación naranja, que empapeló Barcelona con la imagen de Albert Rivera completamente desnudo y tapándose sus vergüenzas con las manos. El partido obtuvo entonces tres escaños, el triple de lo que pronostican ahora todos los sondeos. Carrizosa es más pudoroso.

Carrizosa (Cs) afirma que pueden batir las encuestas si les votan "con el corazón"

El triunfo de 2017

Lejos queda 2017 cuando, en los comicios posteriores al referendo ilegal del 1 de octubre y la aplicación del artículo 155, Ciudadanos se convirtió en el primer partido no nacionalista en ganar unas elecciones autonómicas en Cataluña, con Inés Arrimadas como candidata a presidir la Generalitat. Una victoria histórica que, no obstante, terminó por caer en saco roto.

De nada le sirvieron al partido los 1.109.730 votos cosechados ni los 36 escaños obtenidos dado que el independentismo mantuvo la mayoría absoluta. Consciente de que sería un esfuerzo inútil, Arrimadas ni siquiera inició una ronda de consultas con los partidos para tratar de recabar apoyos. El ex secretario general de Ciudadanos José Manuel Villegas aclaró entonces que la candidata naranja no se postularía para una investidura “inviable” al considerar que “no es una buena opción” cuando las cuentas no salen.

Ahora a quien tampoco le salen las cuentas es a Carrizosa. El cabeza de lista de Ciudadanos para estos comicios ha hecho un llamamiento este viernes, durante el cierre de campaña, a revertir los sondeos que vaticinan el fin de su formación. Para ello, ha pedido “a los 1.100.000 catalanes que votaron a CS” en el pasado que vuelvan a confiar en la formación naranja, “para seguir dando caña en el Parlament”.

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“Batimos siempre todas las encuestas y lo vamos a volver a hacer en estas elecciones”, ha asegurado el líder naranja, que además ha subrayado que “siempre se intenta desanimar a aquellos partidos que rompen con el establishment”. ¿Huele, otra vez, a remontada?

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