Eurovisión 2024 sigue sufriendo contratiempos. Tras la expulsión del representante de Países Bajos por una denuncia de una miembro del equipo de producción, este sábado tres países se han ausentado del ensayo general de la gran final, que tendrá lugar en directo a las 21 horas.
Al comienzo del ensayo, el tradicional desfile de banderas dejaba una alarmante imagen: los representantes de Irlanda, Suiza y Grecia no han estado presentes sobre el escenario del Malmö Arena. Su ausencia no ha pasado desapercibida y pronto han surgido los rumores de boicot, ya que los tres artistas han mostrado abiertamente su apoyo a Palestina.
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Minutos más tarde, le representante de Irlanda, Bambie Thug, ha publicado un comunicado en su perfil de Instagram en el que aclara el motivo por el que no ha estado en el último ensayo general previo a la final. Según relata, mientras esperaban para salir al escenario en el flag parade, hubo una situación que “necesitaba atención urgente de la UER”.
“La UER se ha tomado en serio este asunto y estamos discutiendo sobre qué medidas hay que tomar. Esto significa que me he perdido mi ensayo general. Lo siento mucho por los fans que han venido a verme”, prosigue Bambie, que finalmente deja en el aire también su presencia en la gala en directo: “Espero veros en el escenario esta noche”, concluye.
Tras lo sucedido, el programa de la televisión israelí Erevtov ha asegurado que los tres representantes ausentes “se quejaron de la delegación israelí por filmarles sin su permiso”. Según el citado medio, “el diseñador del look de Eurovisión de Eden Golan, Itai Bezalali, intentó tomar una foto de la griega Marina Satti detrás del escenario, quien respondió mostrando una imagen obscena, gestos y gritos’”.
Polémica constante
Lo cierto es que las polémicas y conflictos han sido constantes en esta semana eurovisiva. Al incidente protagonizado por el representante neerlandés, Joost Klein, se suma el acoso que muchos periodistas acreditados en el certamen denuncian estar recibiendo por parte de miembros de la delegación israelí o de periodistas de ese país.
La polémica por la participación de Israel ha generado la movilización de muchos artistas participantes y de la población sueca, que ha protagonizado protestas masivas en Malmö en el marco del festival. Así, la tensión se ha ido incrementando hasta dejar un ambiente irrespirable en la que ya es una de las ediciones más controvertidas que se recuerdan del certamen.
En medio de este escándalo que está haciendo saltar por los aires el propósito de paz y unión entre países con el que nació el certamen, la UER se mantiene de perfil pese a las constantes críticas recibidas. La organización aseguró antes del inicio del festival que respetaría la libertad de opinión y de expresión, pero lo cierto es que está haciendo notables esfuerzos por aparentar normalidad, como demuestran los aplausos enlatados en la actuación de Israel para tapar los abucheos y las proclamas propalestinas de parte del público asistente al Malmö Arena.