Las precipitaciones que se han dado en Cataluña desde Semana Santa han permitido que las reservas hídricas del sistema Ter-Llobregat, que abastece a cerca de seis millones de personas del área metropolitana de Barcelona y parte de Girona, crezcan hasta el 25%, por lo que el pasado martes el Govern de Pere Aragonès decidió levantar la fase emergencia por sequía y flexibilizar las restricciones al uso del agua. Una medida que, sin embargo, las organizaciones ecologistas tachan de “grave error” debido a la proximidad del verano, que no solo podría ser uno de los más calurosos desde que hay registros y con pocas lluvias, sino que también es la época en la que el litoral catalán se desborda de turistas, que gastan unas tres veces más de agua que los residentes, y aumenta el riego por parte de los agricultores.
Aunque el Govern “puede legalmente” levantar la fase de emergencia por sequía para regresar a la excepcionalidad al haber alcanzado los embalses de ese sistema el 25% de su capacidad, “hay que preguntarse si es coherente con la realidad que se avecina” en los próximos meses, dice a Infobae Dídac Navarro, portavoz de Ecologistas en Acción en Cataluña. “Estamos a punto de entrar en la temporada de verano con un aumento de las temperaturas generalizado, un aumento de la evaporación del agua superficial y de la evapotranspiración de las plantas. Además, en breve la gente empezará a llegar a sus segundas residencias en muchos municipios de la costa, más todos los turistas del extranjero”, explica el activista. De hecho, Cataluña fue la comunidad autónoma más visitada por el turismo internacional en 2023, con 18 millones de visitantes en todo el año (casi 3 entre junio y septiembre) cuando su población se sitúa en los 8 millones.
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“Conociendo esta realidad que nos viene ahora, nos parece poco prudente y desafortunado salir de la situación de emergencia, porque tendríamos que estar planificando para medio o largo plazo. No podemos ser tan cortoplacistas como hemos sido hasta ahora”, lamenta Navarro.
En esa misma línea se pronuncian desde la plataforma Aigua és Vida, que tilda la decisión del Govern de “grave error”, porque aparte de la llegada masiva de turistas, en verano también se registran los consumos más elevados de agua por las campañas de riego. “Ante ese escenario, como mínimo, creemos que es peligroso decretar la salida de emergencia, y más si se tiene en cuenta que puede poner en riesgo la garantía de abastecimiento de agua a partir de octubre”, añade por su parte Dante Maschio, portavoz de la plataforma.
A pesar de las últimas lluvias, Cataluña acumula más de tres años de sequía, la peor de la historia por intensidad y duración, lo que llevó a los pantanos de las cuencas internas -que nutren gran parte de las provincias de Barcelona, Girona y Tarragona- al récord histórico del 14,3% de capacidad a principios de marzo. De hecho, Cataluña y Andalucía son las regiones más afectadas por la sequía, donde ya habido cortes en el suministro de agua que han afectado a miles de personas.
Una “estrategia” de cara a las elecciones
Que la Generalitat haya levantado la fase de emergencia por sequía a cinco días de la celebración de elecciones autonómicas no es casualidad, según critican las organizaciones ecologistas. “Es una manera de decir que la gestión de la sequía ha sido correcta, es una estrategia”, asegura Navarro, quien también sostiene que la falta de lluvias en Cataluña no solo se debe a una cuestión climática, sino que “se trata de un problema que tiene que ver con el modelo económico y productivo catalán”.
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“En la actualidad, prácticamente todas las actividades económicas que están implantadas en Cataluña sobreexplotan los recursos naturales y esa es una realidad que hay que abordar. Debemos decidir qué futuro queremos, si queremos perpetuar el modelo actual de urbanismo desenfrenado y de explotación de los recursos naturales sin ningún tipo de compensación para el medio o si lo que queremos es un nuevo modelo de desarrollo con una agricultura y una ganadería más sostenible, más destinada al abastecimiento de la ciudadanía”, concluye el activista.
Por su parte, Maschio recuerda que tanto el sector agrícola como el turístico han sido los primeros en celebrar la flexibilización de las restricciones de agua al “salir favorecidos”.
Medidas de excepcionalidad
Al haber regresado a la situación de excepcionalidad, según indica el comunicado de la Agencia Catalana del Agua, a partir del lunes 13 de mayo el límite de consumo diario será de 230 litros, en lugar de los 200 permitidos en el escenario de emergencia. Para usos recreativos, se reduce el consumo de agua al 15% en ámbitos urbanos y al 50% en riego, mientras que los usuarios del sector agrícola se reduce el consumo en un 40%, en lugar del 80% actual, entre otras medidas.
Por otro lado, sí queda prohibido el uso de agua para el riego de jardines y zonas verdes de carácter público o privado, excepto el riego para garantizar la supervivencia de árboles o plantas, que se hará por goteo o con regadera. Además, en situación de excepcionalidad no se permite en ningún caso el llenado de piscinas privadas de uso individual o unifamiliar, al igual que queda prohibido llenar aquellas piscinas sin sistemas de recirculación de agua.