Hay que reconocer la creatividad de la industria militar a la hora de bautizar sus productos. Piraña, por ejemplo, se antoja un nombre bastante apropiado para un blindado anfibio, que no es otra cosa que un vehículo capaz de operar tanto en tierra como en agua, pese a que estos peces carnívoros típicos de Sudamérica no sobrevivirían mucho tiempo una vez en la superficie. Así designa, justamente, la filial europea de la empresa estadounidense General Dynamics (GDELS) a los carros que desarrolla pensando en su despliegue por parte de las infanterías de marina de numerosos países, entre ellas, la de España.
La Infantería de Marina española posee una flota de 39 blindados Piraña IIIC: 18 de estos corresponden a la versión 1, que fueron recibidos por la Armada entre 2003 y 2004; mientras que los 21 restantes son de la versión 2, que la fuerza naval incorporó entre 2007 y 2013. Además, este segundo lote se divide en diversas configuraciones: diez Vehículos de Combate de Línea, un Vehículo de Mando, uno de Recuperación, uno de Guerra Electrónica, cuatro de Zapadores y otros cuatro de Reconocimiento.
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Actualmente, estas últimas unidades están siendo sometidas a un proceso de mantenimiento de media vida en el que el Ministerio de Defensa ha invertido 14,3 millones de euros. Los trabajos de actualización, que están siendo realizados por la firma local Santa Bárbara Sistemas -propiedad de GDELS- en las instalaciones que posee en Alcalá de Guadaíra (Sevilla), incluyen el desmontaje de los vehículos, la reparación y puesta a punto de todos los subsistemas, según ha explicado la propia compañía. Una vez finalizado los trabajos, los Piraña se vuelven a montar, se pintan y se realizan las pruebas finales bajo la inspección militar.
GDELS ha informado esta semana que ha concluido la modernización de tres de estos blindados, que se suman así a otros cinco finalizados con anterioridad. La Infantería de Marina, para comprobar su estado óptimo, se ha llevado el trío de Pirañas rodando por carretera desde la fábrica hasta el Tercio de Armada en San Fernando (Cádiz), un viaje de poco más de 130 kilómetros.
Características del Piraña
Estos blindados son un diseño original de la empresa suiza Mowag, fagocitada por General Dynamics en 2010. Los Piraña IIIC presentan una tracción 8x8, están propulsados por un motor Caterpillar C9 de seis cilindros y 400 caballos de fuerza y su tripulación asciende a 11 soldados. El fabricante destaca que el vehículo es capaz de alcanzar velocidades de hasta 105 kilómetros por hora en carretera y de cinco nudos en el agua, con una autonomía de hasta 480 kilómetros.
Respecto al armamento, los Piraña pueden equiparse con una ametralladora de calibre 12,70 milímetros, como también un lanzagranadas de 40 mm y diversos tubos fumígenos M-246 de 66 mm. Estos vehículos están en uso en más de 20 países que redunda en aproximadamente 11.000 unidades en servicio alrededor del mundo en sus diferentes versiones. El Piraña V es el modelo más modernos de la familia, que ha servido de diseño base para el 8x8 Dragón del Ejército de Tierra, actualmente en construcción aunque con importantes retrasos.
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Uno de los puntos fuertes del Piraña es, según el fabricante, su modularidad, que posibilita adaptaciones rápidas frente a las más diversas amenazas diversas a partir de sistemas de protección intercambiables. Esta característica se traduce en una capacidad de supervivencia elevada ante proyectiles, fragmentos, minas antitanques y ataques con dispositivos explosivos improvisados, entre otros. Asimismo, las misiones que puede llevar a cabo son variadas: transporte de personal, vehículo de combate de infantería, reconocimiento, comando y control, mantenimiento, recuperación y ambulancia en entornos de confrontación nuclear, biológica y química.