Seis amigas con un pasado común, muchos secretos y un misterio que les ha perseguido siempre, el de una compañera de instituto que desapareció durante un viaje de fin de curso. Han pasado 25 años y el cuerpo de esa chica ha aparecido después de que su hermana lo haya buscado durante todo este tiempo.
Ahora, las seis amigas se reencontrarán después de que una de ellas se marchara a Londres para iniciar una carrera como cineasta. Las demás, han seguido en el pueblo, en Elda (Alicante) con sus vidas.
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Este es el punto de partida de Las largas sombras, miniserie de Disney Plus+ basada en la novela de Elia Barceló del mismo título, que ha dirigido Clara Roquet, ganadora del Goya a la Mejor Dirección Novel por Libertad y que cuenta con uno de los repartos femeninos más impresionantes de los últimos tiempos.
Un gran elenco de actrices
La acción se sitúa tanto en el pasado, cuando las chicas tenían 17 años, como en el presente, de forma que la intriga se irá configurando en ambos tiempos. Para ello, la directora ha reclutado a un casting impresionante de actrices que dan vida a los personajes en ambos estadios.
Por una parte tenemos a Rita (Elena Anaya), que vuelve para vender la casa de su madre tras su fallecimiento; Candela (Itziar Atienza) es abogada y mantuvo una relación sentimental con Rita en su juventud; Teresa (Belén Cuesta) es médico y atraviesa una crisis en su matrimonio; Sole (Marta Etura) se presenta para dirigir el partido político en el que milita; Carmen (Ana Rayo) tiene una inmobiliaria y Lena (Lorena López), la más sensible del grupo, no pasa por su mejor momento.
Cada una de ellas arrastra algún trauma que las atormenta de alguna manera (y que, en su mayoría, tiene que ver con el abuso de poder masculino y la represión) y se han refugiado en una coraza que esconde en algunos casos problemas de adicciones o de salud mental. Por otro lado, la hermana de la chica desaparecida, Paula Ríos (Irene Escolar), es policía y ha dedicado su vida a investigar qué pasó con su hermana y, de alguna manera, se convertirá en el punto de vista del espectador en la historia.
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“Creo que la serie trata de cómo las sombras de la adolescencia han marcado a estas mujeres a través del trauma”, cuenta Belén Cuesta a Infobae España. “Todas han tenido que atravesar situaciones de dolor muy grande y lo han asimilado de diferentes maneras. Creo que antes no se hablaba ciertas cosas que nos provocaban vergüenza o culpa, no sabíamos compartir y eso nos dejaba heridas que podrían haber sanado”, continúa la actriz. “Por eso la ‘sororidad’ ahora es tan importante y creo que las cosas están cambiando, es muy importante que la gente joven rengo un espacio de cuidado”.
El silencio del pasado y la necesidad de hablar en el presente
Belén Cuesta piensa que la serie es un catálogo de cómo cada una de estas mujeres se enfrenta a lo que le ocurrió en su infancia. “Se puede huir, refugiarse en el trabajo o caer en la depresión y necesitar ayuda médica. Así que más allá de que la serie tenga una estructura de thriller, creo que se habla de temas importantes y profundos”.
“Yo creo que venimos de una sociedad donde la vulnerabilidad estaba mal vista y era sinónimo de debilidad, cuando es precisamente lo contrario”, añade Marta Etura. “Y creo que de alguna forma esta serie lo que propone es poner sobre la mesa problemas reales y mujeres llenas de luces y de sombras”.
A Elena Anaya le parece importante que se escriban personajes que representen a las mujeres maduras. “Cumples años, te haces mayor y la sociedad no quiere participar del envejecimiento de las personas, de las caras. Y a mí es algo que me parece fundamental que se cuente, porque hemos hecho un trayecto que nos da una experiencia y una perspectiva. Pero parece que solo se premia la juventud, la belleza, que son valores tan efímeros”.
Precisamente, sus ‘alter egos’ juveniles, que habitaban los años noventa, se sentían absolutamente perdidas y sin ninguna red de atención. Eran amigas, pero no eran capaces de contarse lo que les ocurría de verdad. Por eso, la serie lo que explora es precisamente esos secretos que ocultan y que les harán desconfiar las unas de las otras más allá del cariño que se tengan. Porque, lo que no se dice, no existe y, hasta que cada una no ponga las cartas sobre la mesa, no se resolverá ese misterio que las condicionó para siempre.