La mujer que perdió el dedo amputado de su marido en una cafetería: “No sé cómo hice. Lo debí sacar y se me cayó”

El pasado miércoles 8 de mayo una noticia rocambolesca desconcertó a los residentes de Redondela, municipio de casi 29.000 habitantes ubicado a las afueras de Vigo. Según informaron medios gallegos como La Voz de Galicia, Faro de Vigo y Atlántico, la Policía Nacional puso en marcha una investigación tras la aparición de la parte de un dedo en el suelo de un bar de la localidad.

El trozo de cuerpo humano era, previsiblemente, la media falange del dedo pulgar de un hombre adulto y los trabajadores del local lo encontraron envuelto en una servilleta durante las labores de limpieza del establecimiento.

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Acto seguido lo trasladaron a dependencias policiales y se desató una ola de hipótesis sobre a quién pertenecía y el motivo por el que habría acabado en el bar.

El cotejo de la huella del dedo arrojó luz a lo sucedido. El dedo pertenecía a un vecino de Redondela y, tras dar con él, se esclareció el caso: el individuo había sido amputado unos días antes tras un accidente laboral.

“Lo operaron de urgencia y en una semana lo llamó la Policía para preguntarle si había perdido un dedo. Él respondió ‘no, los tengo todos’” y la Policía le insistió preguntando si no le habían amputado uno”, explica Isolina Ramos, mujer del protagonista de la historia, en declaraciones a la Televisión de Galicia.

Tras esa cuestión, el hombre se dio cuenta y dijo que sí que se lo habían amputado y los agentes confirmaron que había aparecido en la cafetería.

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“El domingo fuimos a la nave, encontramos el dedo y dije ‘¡qué bonito!’ Porque mi marido tienes las manos muy bonitas. Y dije que lo llevábamos para enmarcar, pero en plan broma. Lo metí en el bolsillo de la chaqueta y me olvidé de él. Esto fue el domingo. El lunes fuimos a desayunar a la cafetería y no sé cómo hice. Lo debí sacar y se me cayó, y a los dos o tres días volví a acordarme del dedo”, detalla la mujer.

Al darse cuenta de que ya no tenía el dedo en su bolsillo, Isolina preguntó a su marido por su paradero, pero no supieron donde estaba hasta que recibieron la llamada de la Policía.

La noticia fue un shock para todos los vecinos, especialmente para los empleados del establecimiento. Juan Figueirido, dueño del local, explicó su sorpresa a la TVG: “Pensaban que era una uva y al final resulta que era un trozo de dedo”.

El caso del dedo se cerró y con un final tranquilo, pero veremos qué ocurre con la operación de rastreo de la Guardia Civil en la zona rural de Jijona (Alicante), después de que un perro hallase un brazo.

Este descubrimiento, registrado el pasado 27 de abril, ha motivado la apertura de una investigación por parte de las autoridades, quienes han impuesto confidencialidad sobre los detalles del caso para preservar la integridad de las pesquisas.

La búsqueda, que hasta el momento no ha logrado localizar otros restos, se lleva a cabo por un conjunto interdisciplinario de la Guardia Civil. Dentro de este equipo de trabajo se incluyen el Servicio Aéreo, el Equipo Pegaso, unidades caninas especializadas, el Seprona, el GEAS y agentes asignados a la seguridad ciudadana, todos ellos apoyados por drones oficiales.

El área de operaciones comprende todo el municipio de Jijona, extendiéndose por diversos terrenos con el objetivo de cubrir la mayor cantidad de espacio posible.