Qué validez tiene en la herencia un testamento hecho a mano y sin notario

Un testamento ológrafo es aquel escrito por el testador como última voluntad. Para su validez, requiere de un procedimiento legal que asegure su autenticidad

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Qué es un testamento ológrafo (Pexels)
Qué es un testamento ológrafo (Pexels)

Redactar el testamento antes de morir tiene numerosas ventajas para los herederos, como facilitar los trámites y permitirles ahorrar tiempo y dinero. Existen varios tipos según la manera de redactarlos y su elección dependerá de las circunstancias personales de los causantes. Uno de estos testamentos puede ser el elaborado de manera manuscrita por el testador sin intervención notarial, conocido como testamento ológrafo. Para que tenga validez legal, este tipo de manuscrito deberá cumplir con ciertos requisitos establecidos en el Código Civil.

Funcionamiento del testamento ológrafo

Un testamento ológrafo es aquel testamento que ha sido escrito, fechado y firmado íntegramente por el testador, es decir, por la persona que decide dejar constancia de su última voluntad respecto a sus bienes y derechos después de su muerte, sin la intervención de un notario. Este tipo de testamento se rige por normas específicas en España para asegurar su validez y autenticidad. Su funcionamiento implica varios pasos, desde su creación hasta su ejecución:

  • Creación: El testador debe redactar el testamento de su puño y letra, especificando claramente la distribución de sus bienes y posibles asignaciones a herederos y legatarios. Debe incluir la fecha exacta en la que lo escribe y firmarlo al final del documento. No se requiere la presencia de testigos en este momento.
  • Conservación: Después de escribirlo, el testador debe conservarlo en lugar seguro. No es obligatorio, pero el testador puede informar a una persona de confianza sobre su existencia y ubicación.
  • Presentación tras el fallecimiento del testador: Tras el fallecimiento del testador, la persona que tenga en su poder el testamento ológrafo debe presentarlo ante el Juzgado de Primera Instancia del lugar del último domicilio del fallecido o ante el notario competente, en un plazo máximo de 10 días hábiles desde que tuvo conocimiento del fallecimiento o desde que se abra la caja de seguridad donde se encuentra, si este fuera el caso.

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  • Proceso de adveración (o validación): Para que el testamento ológrafo sea declarado válido, debe ser adverado judicialmente. Esto implica un procedimiento en el que se debe verificar la autenticidad de la letra y firma del testador. Se suele requerir la opinión de testigos que conocieran la letra y firma del testador o, en su defecto, un análisis pericial caligráfico.
  • Protocolización: Una vez adverado, el testamento debe ser protocolizado. Esto significa que se incorpora al protocolo notarial para formar parte de los archivos públicos y se llevan a cabo las acciones necesarias para cumplir con las disposiciones testamentarias.
  • Ejecución: Finalmente, siguiendo las disposiciones del testamento ológrafo validado y protocolizado, se procede a la ejecución del testamento, repartiendo los bienes entre los herederos y legatarios de acuerdo con la voluntad del testador.


Cabe destacar que el testamento ológrafo ofrece una gran libertad y privacidad al testador, pero también puede generar inconvenientes y retrasos en el proceso sucesorio debido a los trámites de adveración y protocolización que requiere. Además, existe el riesgo de que sea impugnado por algún familiar que ponga en duda su autenticidad o el cumplimiento de los requisitos legales. Por ello, a menudo se recomienda consultar con un profesional en derecho para asegurar que el testamento refleje fielmente la última voluntad del testador y cumpla con todas las disposiciones legales.

Este tipo de testamento tiene validez legal en España, siempre que cumpla con los requisitos establecidos por la ley. . Es importante recordar que, aunque este tipo de testamento permite cierta flexibilidad y privacidad, su autenticación puede ser más compleja en comparación con los testamentos notariales. Sin embargo, una vez validado por el proceso judicial correspondiente, tiene la misma validez para efectuar la distribución de la herencia según la última voluntad del testador.

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