La escritora gallega Nuria Pérez es una auténtica todoterreno. Ha vivido aquí y allá, se ha nutrido de todos esos sitios, ha trabajado como directora creativa de una agencia de publicidad ganando multitud de galardones dentro del sector. Pero, su curiosidad la llevó por otros derroteros.
En 2019 creó Gabinete de curiosidades, un podcast (o más bien un proyecto sonoro) que empezó a levantarse a través de ‘crowfunding’ y terminó ganando el Premio Ondas en 2022. En él, nos trasladaba de un lugar, un acontecimiento a otro, tejiendo una red de invisible para hablar alrededor de temas culturales y humanos a través de la concatenación de hechos, ideas y pensamientos para crear un universo propio.
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Después llegarían los ensayos El monstruo del monóculo y otras bestias (Secretos y engaños en la edad dorada de Hollywood) y Gabinete X, en torno a la Generación X. En ambos, el cine, la música y la cultura popular, adquirían una razón de ser, al igual que ahora ocurre en su primera novela, No tocarás (Salamandra).
Referencias ‘pop’
“La cultura popular es una forma de anclarnos y situarnos en el mundo”, cuenta Nuria Pérez a Infobae España. “Por eso, casi todos mis libros generan anexos, o ‘playlist’ de Spotify. Me gusta porque prolongo el tiempo de viaje entre el lector y la obra. Y me encanta mezclar, por ejemplo, Sorolla con Fatboy Slim”.
En No tocarás, se concentra el mundo de la autora, su gusto por los detalles, por las historias no contadas pero, para ella, no es una extensión de Gabinete de curiosidades. “Siempre me gustado encontrar conexiones entre las cosas, y eso sí que está presente en este caso, también un tono común, que es el mío, pero para mí esta experiencia ha sido totalmente diferente.
A Nuria Pérez le interesa encontrar en sus relatos aquello que nos une y no lo que nos divide. “Creo que estamos rodeados de polarización, de blancos y negros y me parece más interesante explorar los grises. No me gustan los radicalismos y los pensamientos totémicos, y creo que para acabar con ellos hay que escuchar al otro. Lo radical aburre, cansa y solo esconde un gran vacío”.
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Una historia de tres mujeres que buscan ser libres
Por ello, en No tocarás, encontramos varios puntos de vista, el de diferentes mujeres que habitan diferentes espacios y tiempos. El de una joven, Mary Hessler que vive en Londres en 1987 y que se verá arrastrada, y condenada por un acto inconfesable. El de Adela Ferri, una escritora de éxito que vive sumida en una profunda crisis personal y del de Marta Soler en 1998, que trabaja en el Museo Sorolla.
Todas se encuentran marcadas de alguna manera por la culpa, por los condicionamientos sociales, por la represión patriarcal y por la necesidad de libertad dentro de un mundo que las oprime. “Utilicé como referencia la Divina Comedia como hilo conductor, por eso hay una cita al principio. Quería hacer un homenaje a la estructura, por eso las tres partes. Cada mujer, además, tendrá un acompañante que iluminará su recorrido, explorando el concepto de búsqueda a través del otro”.
Para Nuria Pérez es importante abrazar la debilidad. “Hace poco leí a Manuel Vicent que decía que no hay mejor gasolina que el pecado, porque si no lo hubiera, seguiríamos viviendo como chimpancés. La ira, la rabia, la envidia, es al final lo que nos empuja”, continúa. “Las tres protagonistas tendrán que aceptar sus debilidades para precisamente poder ser libres”. Apunta, además, que en nuestro tiempo, a causa de las redes sociales, se ha perdido un poco el concepto de exploración, convirtiéndose en una especie de prisión castrante en la que todos estamos metidos.
La importancia de los detalles
En esta ocasión, la escritora ha podido imaginar, configurar un universo alrededor de sus personajes, pero también hay hechos reales que adquieren una importancia fundamental. “La no ficción supone un buen salvavidas, porque si una investigación está bien trabajada, lo sabes y te sientes segura. En este caso, empecé buscando espacios y hechos poco conocidos para darles una nueva vida, por eso al final de la novela hay un pequeño catálogo con todos los sucesos reales que aparecen, como el Alexandra Palace, un lugar muy conocido de Londres que esconde una historia muy oscura”.
Reconoce que los tres personajes femeninos tienen algo de ella. “Al igual que Marta, tengo ‘aritmomanía’, como Adela, soy escritora y he vivido en la misma zona de Londres que Mary”. También quería explorar temas como la salud mental y la máscara de las apariencias. “Hay muchas mujeres que sienten la necesidad de dar a entender que son todo éxito y serenidad, y por dentro están destrozadas, porque han ido escondiendo y tragando”.
¿Y qué importancia le da a los detalles? “Los detalles lo son todo, son la base de la empatía”.