Carles Puigdemont, el hijo pródigo del independentismo que se la juega el 12-M al todo o nada

El político gerundense fió su retorno a la lucha para “volver libre” y, a la espera de que la ley de amnistía se apruebe y se aplique, tiene decidido regresar a Cataluña

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Carles Puigdemont, el hijo pródigo del independentismo que se la juega el 12-M al todo o nada.

Carles Puigdemont (Amer, Girona, 1962) ha convertido las elecciones de Cataluña del próximo domingo en un plebiscito. El expresidente de la Generalitat, huido a Bélgica desde 2017 para evitar ser juzgado por el Tribunal Supremo en el marco de la causa del procés catalán, se la juega el 12 de mayo al todo o nada: dejará la política si no es elegido president. Eso sí, a diferencia de hace tres años, cuando quedó tercero en las elecciones de 2021, y ley de amnistía mediante, el líder de Junts ha prometido que volverá a Cataluña el día de la investidura, tenga opciones de ser investido presidente o no.

El político gerundense se ha erigido como hijo pródigo del independentismo, que se negó a regresar a España “esposado” o “rendido ante un juez español para que sea indulgente” y solo fio su retorno a luchar para “volver libre”. Y cuando su llama política se apagaba desde Waterloo, la oportunidad que le brindó Pedro Sánchez tras las últimas elecciones generales le hizo resurgir de sus cenizas.

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Tras arrancar al PSOE una ley de amnistía a medida, el expresident confiaba en tener el tiempo necesario para rearmarse de cara a las elecciones catalanas mientras la norma se aprobara definitivamente y fuera implantada por los tribunales. Si bien, el adelanto electoral en Cataluña frustró sus planes, obligando a Puigdemont a precipitar su estrategia.

A diferencia de hace tres años, cuando las urnas le castigaron a la tercera posición, por detrás del PSC y ERC, su candidatura ha causado el conocido efecto Puigdemont, amenazando con adelantar por la derecha a los republicanos. No obstante, la previsión de una caída de los de Pere Aragonès y la bajada de la CUP aleja la posibilidad de que el bloque independentista sume mayoría absoluta.

El expresidente de la Generalitat y eurodiputado de Junts, Carles Puigdemont, ha anunciado este jueves que será el candidato del partido a las elecciones al Parlament del 12 de mayo. (Fuente: Junts)

Esta hipótesis le situaría lejos de la Generalitat y más cerca de su retiro, un gol por la escuadra para Moncloa. El PSOE ve en su eventual regreso y en la derrota del líder de Junts en las urnas el fin de una etapa y el inicio de otra, con Salvador Illa al frente del Govern. En cambio, si Puigdemont resulta ser elegido president, se daría el peor escenario para el Gobierno, ya que en Moncloa temen que le daría más alas para seguir sometiendo la acción del Ejecutivo en el Congreso.

Tercera vez que se presenta a las elecciones catalanas

“Ahora que se abre la oportunidad de restituir la presidencia destituida por el 155, no tiene sentido que rehúya esta responsabilidad por razones de comodidad personal”, señaló Puigdemont desde Elna (Francia) para confirmar su candidatura a las elecciones al Parlamento de Cataluña, siendo la tercera vez que se presenta en ocho años.

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Puigdemont fue investido president el 12 de enero de 2016. Artur Mas le propuso para sucederle en el trono después del veto de la CUP a la reelección del entonces líder de Convergència Democràtica de Catalunya. Fue diputado del Parlament desde las elecciones de 2006, un puesto que combinó con la alcaldía de Girona desde 2011 hasta que llegó a la Generalitat.

Pero no todo en su vida fue la política. Abandonó sus estudios de Filología Catalana para dedicarse al periodismo, ya que un accidente de coche con 22 años le obligó a redoblar las horas en el diario El Punt. Ahí comenzó a trabajar media jornada como corrector hasta terminar siendo redactor jefe. También, participó en la creación de la Agència Catalana de Notícies (ACN) y trabajó en Catalonia Today.

Partidarios del líder separatista catalán,
Partidarios del líder separatista catalán, Carles Puigdemont, sostienen una estelada en un autobús con la imagen del expresident durante su viaje a Francia. (REUTERS/Nacho Doce)

Si bien, compaginó el desarrollo de su profesión con su activismo independentista. Además de participar en la Crida a la Solidaritat en Defensa de la Llengua, la Cultura i la Nació Catalanes y pertenecer a la Joventut Nacionalista de Catalunya (JNC), se afilió a Convergència Democràtica de Catalunya (CDC). Tres años después, asistió por primera vez a un mitin de Jordi Pujol en Girona en 1980, dando rienda suelta a su férrea defensa del independentismo.

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Esta aspiración le costó lo que él y sus fieles llaman “exilio”, después de huir a Bélgica tras el referéndum ilegal y la declaración unilateral de independencia. Aparte de liderar el Consell de la República Catalana, conocido como “gobierno en el exilio”, Puigdemont fue elegido eurodiputado en 2019, una condición que le garantizó su inmunidad ante la orden de detención que pesa sobre él. Cabe recordar que el dirigente catalán está procesado por los delitos de malversación agravada y desobediencia por el referéndum del 1-O e investigado por terrorismo en el caso de Tsunami Democràtic.

No obstante, su negativa a pisar suelo español hasta tener las garantías de no poder ser detenido, le impidió despedirse de sus padres: Xavier Puigdemont murió en 2019, y en plena campaña electoral ha perdido a su madre, Núria Casamajó.

A escasas semanas de que se apruebe la ley de amnistía (la norma recibirá previsiblemente el aval del Congreso el 30 de mayo) y a la espera de que entre en vigor y su posterior aplicación, Puigdemont asegura que, esta vez sí, regresará a Cataluña. Antes, el 12 de mayo, se juega su futuro político, lo que supondrá un punto y final, o un punto y aparte al procés.

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