La Unión Europea fijó para el año 2030 el objetivo de reducir un 55% menos de emisiones netas de gases de efecto invernadero y en 2035 alcanzar las cero emisiones de CO2 para vehículos y furgonetas. A partir de entonces ya no podrán venderse en territorio europeo coches nuevos con motores de combustión, ni siquiera serán válidos los híbridos. Sólo habrá cabida para los vehículos emisiones cero: los eléctricos.
En este sentido, el objetivo a 2030 es que España alcance un parque matriculado de cinco millones y medio de vehículos eléctricos, y solo en 2023 y se contabilizaron más de 465.000 unidades, según el informe de la Asociación Empresarial para la movilidad eléctrica. Sin embargo, aún existen muchas dificultades que retrasan la compra de este tipo de vehículos como su alto coste -alrededor de 34.661 euros-, la vida útil de las baterías o la falta de infraestructuras.
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Es por eso que en España existen aparcamientos diseñados específicamente para coches eléctricos, cuya cantidad está regulada por el Real Decreto 6/2015, de 30 de octubre. Estos aparcamientos están equipados con estaciones de carga, lo que permite a los usuarios cargar sus vehículos mientras están estacionados. Sin embargo, es cada vez más común que los coches de combustión invadan estas plazas reservadas.
En Estados Unidos y Canadá, se ha identificado esta práctica como icing, que proviene del inglés ICE (Internal Combustion Engines) e involucra a propietarios de vehículos de combustión interna obstaculizando plazas de estacionamiento reservadas para coches eléctricos y híbridos.
Esta acción ya es considera por la Dirección General de Tráfico (DGT) como una infracción seria y recurrir a esta táctica puede estar expuesto a una multa que asciende a los 200 euros.
Dónde se encuentran estos aparcamientos
Los aparcamientos para coches eléctricos pueden encontrarse en varios lugares, entre los que se incluyen áreas urbanas y centros de ciudades; centros comerciales y supermercados; estacionamientos públicos y privados; o estaciones de servicio y áreas de descanso en autopistas.
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Según explica en una publicación Repsol, la recarga semirápida puede tardar dos horas en cargar el vehículo, mientras que el punto de recarga rápido reduce el tiempo a los 40 minutos. Ya si el punto de recarga es ultrarápido tarda entre 6 y 13 minutos en cargar.
En España no existe un número oficial de los puntos de recarga de coches eléctricos, pero según la aplicación Electromaps, existen en nuestro país 12.149 puntos de recarga de uso público, de los cuales la mayor parte se encuentra en Barcelona (1.381), Madrid (1.346) y Valencia (731).
Este número sigue siendo muy inferior si se quiere alcanzar el objetivo europeo marcado para 2030. Según refleja el estudio Un modelo de transporte descarbonizado para España en 2050 elaborado por Monitor Deloitte se necesitarían entre 65.000 y 95.000 puntos de recarga para alcanzar la circulación de cinco millones de vehículos eléctricos.