La negativa del Consejo de Administración de Banco de Sabadell a aceptar la propuesta de fusión ofrecida por BBVA pone al banco vasco en la disyuntiva de si seguir con su proyecto de compra o desistir. Y más cuando desde el banco catalán inciden en su comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en que la oferta “no solicitada, indicativa y condicionada” “infravalora significativamente el proyecto” y sus perspectivas de crecimiento, por lo que prefiere navegar en solitario, ya que “como entidad independiente generará un mayor valor para sus accionistas”.
En este escenario, las alternativas del grupo presidido por Carlos Torres para hacerse con Banco Sabadell se reducen a tres, a juicio de los analistas. La primera consiste en mejorar la oferta, lo que implicaría una parte en efectivo. La primera propuesta fue de 11.500 millones de euros mediante un canje de acciones para hacerse con el 100% de Banco Sabadell, un 30% más que su valor en bolsa el lunes 29 de abril, un día antes de que saltó la noticia. Esto es, ofrecía una de sus acciones por cada 4,83 de las del Sabadell, con el objetivo de crear el segundo banco de España y el tercero de Europa, solo por detrás de BNP Paribas y Santander.
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Aunque BBVA mejore su oferta, Sabadell podría declinarla, indica Juan José Fernández-Figares, director de Gestión de Instituciones de Inversión Colectiva de Link Securities, ya que “el margen para ello no es grande”. Incide en que “el motivo principal del rechazo de la operación no ha sido la oferta económica sino de tipo estratégico, ya que el banco tiene su propio plan estratégico que pasa por seguir creciendo de forma orgánica y, probablemente, mediante adquisiciones. Mientras que la operación de BBVA es contraria a este plan”.
Otra alternativa por la que BBVA se podría decantar es lanzar una opa hostil a Sabadell. Posibilidad que descartan la mayoría de los analistas debido a que es una práctica inusual en el sector bancario español.
La tercera opción es que BBVA desista de su intento de hacerse con Banco Sabadell, lo que dejará al banco vasco en una posición delicada teniendo en cuenta que ya ha sido rechazado dos veces por el banco catalán. La primera fue en 2020 cuando intentó la misma operación y terminó fracasando.
Confianza y reputación dañadas
Este nuevo rechazo, “no solo daña la reputación de BBVA como actor estratégico en grandes operaciones, sino que también impacta la confianza de inversores y socios potenciales”, argumenta Sergio Ávila, analista de IG.
A su juicio, BBVA debe ahora redefinir su estrategia de crecimiento, buscando nuevas vías para expandirse y consolidarse en el mercado financiero, ya que “la oportunidad perdida de sinergias y expansión de mercado por la fusión no realizada añade presión, mientras la incertidumbre futura puede influir negativamente en la moral del equipo y la confianza del inversor”. Por ello considera que es fundamental que BBVA revalúe su camino estratégico y prepare un plan convincente para enfrentar estos retos.
Tome la hoja de ruta que tome, BBVA no lo tiene fácil, y menos cuando el banco catalán no está por la labor de unirse al vasco, reconoce Nuria Álvarez, analista de Renta 4 Banco: “Del comunicado emitido por Sabadell a la CNMV se interpreta la falta de predisposición a entablar conversaciones en un caso hipotético en el que BBVA pudiera estar dispuesto a mejorar las condiciones de la oferta. En este sentido, no vemos margen para una mejora del precio”.
Por su parte, Fernández-Figares está convencido de que el banco vasco ya ha diseñado una nueva estrategia a seguir: “Estoy seguro de que tienen un plan B y la respuesta inicial del Sabadell no creo que les haya sorprendido. Lo que no te puedo decir es cuál va a ser ese plan, si subir su propuesta o si lanzar una oferta de modo no amistoso y que sean los accionistas del Sabadell los que decidan”.
Antes de tomar una decisión, Sergio Ávila considera que BBVA debe evaluar cuidadosamente tanto el crecimiento orgánico como el inorgánico para maximizar el valor para sus accionistas. Además, “la presión de los inversores podría influir significativamente en la elección de estrategia y, aunque una nueva propuesta de fusión con Sabadell no se descarta, BBVA podría necesitar tiempo para reevaluar y explorar otras opciones antes de un nuevo intento”.