Este lunes 6 de mayo se cumple un año de la coronación de Carlos III como rey de Inglaterra. El multitudinario evento que tuvo lugar en la Abadía de Westminster cumplió con lo esperado del regio protocolo y la fastuosidad de la corona británica. Sin embargo, hubo un contratiempo que empañó la experiencia de los nuevos reyes y del que ahora se han conocido nuevos detalles.
Aquella mañana, los príncipes de Gales, Guillermo y Kate, llegaron después que Carlos y Camila, un retraso que no estaba previsto y que dejó una imagen para la historia fuera del templo, con el hijo de Isabel II visiblemente molesto mientras esperaba en su carruaje.
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Según relata el biógrafo de la familia real británica Robert Hardman en el libro The Making of a King: King Charles III and the Modern Monarchy, estaba previsto que Guillermo, Kate y sus hijos llegaran al lugar ocho minutos antes de que lo hicieran los reyes. Sin embargo, no fue hasta un minuto y medio después de que apareciera su padre cuando el príncipe y su familia hicieron acto de presencia.
Los invitados que ya ocupaban su lugar en la abadía no se percataron de este contratiempo que obligó a modificar el plan previsto, pero Hardman asegura que fuera se vivió “una escena incómoda”. Y es que, tal y como captaron las cámaras, Carlos III mostraba un semblante serio mientras comentaba algo con Camila dentro del carruaje, unas palabras que interpretó un lector de labios para Sky News: “Nunca podemos llegar a tiempo… Siempre hay algo… Esto es aburrido”, asegura el experto que dijo el monarca.
Para el biógrafo, ese episodio y el del enfado por mancharse de tinta con una pluma estilográfica fueron la imagen de “un hombre bajo una presión extrema ante la mirada de los medios de comunicación del mundo”.
El motivo del retraso de Guillermo y Kate
El autor recoge en su libro las diferentes informaciones sobre el motivo por el que los príncipes de Gales rompieron con el protocolo y llegaron tarde a la coronación de Carlos III. Así, mientras que algunas fuentes aseguran que la grabación de un vídeo sobre su asistencia al evento les hizo perder unos “segundos valiosos”, el personal de Kensington defiende que el carruaje de los reyes se adelantó al tiempo previsto, haciendo que el coche de Guillermo y Kate quedase atrapado tras la comitiva cuando debía haber circulado delante de la misma.
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“Es inusual que las dos llegadas más importantes a un evento tan importante y en una ruta tan transitada sean tan impuntuales. El resultado es una reescritura frenética del orden de ejecución”, escribe Hardman, que asegura que no había tiempo para esperar la llegada de los príncipes, por lo que hubo que modificar el orden y que estos accedieran al templo después que Carlos y Camila.