No basé mi carrera en tener hits, tengo hits porque yo senté las bases, afina Rosalía en Bizcochito, una de las canciones más desenfadadas de Motomami. A esa conclusión, entre muchas otras, ha llegado Daniel Gómez, el hombre que ha elevado la figura de la cantante catalana a materia académica. En abril, el musicólogo y psicólogo presentó en la Universidad Complutense de Madrid la primera tesis doctoral centrada en la artista: Rosalía, intercambios culturales entre la cantante y compositora y su equipo formativo-creativo, dirigida por Francisco Bethencourt Llobet. “Considero que los músicos tenemos una responsabilidad social, ya no solamente de estudiar, sino de reconocer. Cuando ves algo que crees que es digno de estudio, lo tienes que hacer”, indica a Infobae España.
Para hablar de un estudio que conecta la figura de Rosalía con artistas de la talla de Silvia Pérez Cruz o Enrique Morente, además de enarbolar un esquema de la rica estructura musical que nutre su arte, Gómez consigue abrir las puertas del Paraninfo de la Complutense, una suerte de oasis histórico en el centro de Madrid y el escenario escogido para su entrevista con este medio. Si la catalana se atrevió a fusionar al compositor clásico Tomaso Albinoni con Tim Cook en una de sus estrofas de La Combi Versace, Gómez es capaz de quebrar el preciosismo académico para introducir a la artista española en la sala más importante de la estancia. Una ruptura que conecta con su tesis, que plantea un análisis contemporáneo de uno de los nombres más notorios de la industria musical coyuntural.
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“Si estoy más melancólico, me pongo Los Ángeles”, dice sobre el catálogo musical de la catalana. “Si tuviera que elegir, probablemente me quedaría con El Mal Querer, pero Aute Cuture es mi canción favorita, siempre se lo digo a Rosalía”, afirma. Gómez demuestra un control exhaustivo de la teoría y la práctica sonora, un bagaje académico que le ha permitido ahondar en el concepto artístico de Rosalía (y en todas las fuentes que la inspiran). Empezó su carrera estudiando la música jazz en Portugal y acudió a la universidad Oxford Brookes, institución en la que apostó por la teoría de la composición. Allí se percató de la importancia de analizar el modus operandi de los iconos que copan las listas de éxitos y que cambian el paradigma en la industria. “Tuve un profesor que se llamaba Dai Griffiths, es un referente en el estudio de las músicas populares y es experto en Radiohead”, explica. “Si él estudió a la banda británica, yo tengo que estudiar a esta chica, porque va a ser un fenómeno global”, pensó entonces. No se equivocó.
“Pensar que mi nombre estará vinculado a Rosalía por el estudio de su música y de su talento me emociona”
El musicólogo entró en el club de fans de Rosalía tras escucharla cantar en el concierto sorpresa que dio en la Plaza de Colón de Madrid el 31 de octubre de 2018: una efeméride clave en la carrera de la catalana, el inicio de algo grande, la presentación de El Mal Querer. “Fue como una epifanía, nunca había visto o escuchado nada igual”, indica. Su sensación fue un eco colectivo que se apoderó de los allí presentes. “Pensar que mi nombre estará vinculado a Rosalía por el estudio de su música y de su talento me emociona”, indica. No ha sido fácil. Infinidad de conciertos, entrevistas con más de 80 personalidades asociadas a la catalana y más de un lustro de recopilación informativa y análisis musical. “Ha sido un trabajo muy arduo, pues he tenido que aprender los códigos rítmicos del flamenco, sus estructuras, para, de alguna manera, saber de dónde bebe Rosalía”, explica.
“Me recuerda a Kanye West”
Tras el concierto en la concurrida plaza de la capital, una suerte de exorcismo en el que Rosalía vendió su alma a la notoriedad pública exacerbada, Daniel Gómez comenzó a indagar en su figura. “Cuando la escuchaba me venía a la cabeza The Life of Pablo, de Kanye West, porque rompe con todo lo establecido para crear algo totalmente novedoso, es una deconstrucción de las estructuras formales de la música popular”, dice de El Mal Querer, el disco que encumbró a la catalana en nuestro país antes del dominio global que consiguió con Motomami. “¿Cómo puede ser que una chica que está cantando flamenco esté haciendo lo que en su día hizo West?”, apostilla.
Para el musicólogo, una de las claves de la fuerza visual del segundo álbum de la catalana es Pili Vila, la hermana de la cantante “que nutre la base conceptual de Rosalía”, pues estudió Humanidades. El Mal Querer es un emotivo viaje por una relación tormentosa que se basa en Flamenca, la obra anónima publicada hace más de siete siglos en la que se analiza la metamorfosis del amor, desde los momentos celestiales hasta la caída a los infiernos a causa de los celos del marido de la protagonista. Para Gómez, el folclore (”no sólo el flamenco, también las músicas de raíz”) conforma una parte importante de la tesis que ha presentado en la Complutense.
“Cuando escuchaba a Rosalía me venía a la cabeza ‘The Life of Pablo’, de Kanye West, porque rompe con todo lo establecido para crear algo totalmente novedoso”
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Aunque muchos rechazaron el nexo entre Rosalía y el flamenco tras el auge de Los Ángeles, y sobre todo el de El Mal Querer, Gómez considera que “el tiempo ayuda a colocar las cosas en su lugar”: “Las obras que rompen los esquemas pueden causar cierto escándalo al principio. Cuando se estrenó La consagración de la primavera la gente se puso a dar voces y fíjate, ahora es una de las obras más importantes de la modernidad”, indica. Para él, lo mejor del segundo disco de la cantante es “su base conceptual”, una de las aptitudes que más valora en su discografía.
Preguntando por las claves del éxito de El Mal Querer y la posterior fascinación colectiva con la figura de su creadora, el musicólogo cree que los videoclips de Malamente, Pienso en tu mirá y Di mi nombre fueron clave para la construcción del mito. “Se los autofinanció con el dinero que había ganado en la gira de Los Ángeles”, explica. “Yo los considero su Pinta, su Niña y su Santamaría, tres buques insignia con los que conquistó” al público y que fueron una carta de presentación de todo lo que estaba por llegar. Otro elemento distintivo fue la colaboración con El Guincho y Raül Refree, dos nombres que permitieron a Rosalía “hacerse global con dos productores indies”.
“Los videoclips de ‘Malamente’, ‘Pienso en tu mirá' y ‘Di mi nombre’ son la Pinta, la Niña y la Santamaría de Rosalía, tres buques insignia con los que conquistó al público”
Cuando Daniel Gómez comenzó la investigación de la tesis, los viajes al Taller de Músics de Barcelona, espacio en el que Rosalía cursó sus estudios musicales (además de un espacio referente en la educación del jazz), se convierten en su nueva rutina. “Le da una paleta armónica tremenda”, dice del género que acompasa a su currículum. “Rosalía habla jazz y habla clásico, eso le da una mezcolanza de potencial, de experimentación, fabulosa”, explica.
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Las motos comienzan a rugir
Daniel Gómez estuvo presente en casi todos los conciertos del Motomami World Tour. Más de 20 horas de pie inspeccionando, como si hubiese sido transportado a un laboratorio, cada movimiento del ecléctico y catártico show de Rosalía. Haciendo homenaje al vehículo que da nombre a su tercer álbum de estudio, el concierto de dos horas es un despliegue de adrenalina y energía. El ruido del motor se apodera del aura de la sala.
Con Motomami, el quiebro musical que la convirtió en un referente global, Gómez encontró su propia Piedra Rosetta. “Cuando lo escuché dije ‘por fin’, porque era la primera vez que Rosalía metía jazz en una canción”, explica. Habla de Saoko, la apertura, la primera carta de presentación de un disco en el que la cantante se permitió jugar con las melodías y las letras, en ocasiones menos oscuras que en su proyecto predecesor. “Son canciones encapsuladas, parte de una y desarrolla otra”, dice el musicólogo sobre el virtuosismo de la artista. Su currículum sonoro se convierte en una colección de matrioshkas que esconden una riqueza musical plena.
“Motomami me recuerda al tebeo, es un cómic en el que ella recrea su propio universo, que es el ‘universo motomami’”, dice. El rugido, la velocidad y la adrenalina tienen un carácter autobiográfico, pues “su madre y su padre siempre la llevaban a las motos”, explica. Gómez cree que el ‘rechazo’ inicial a los singles fue por la capacidad que mencionaba anteriormente del concepto, de la idea cerrada. Los proyectos de Rosalía se entienden como un conjunto orgánico de elementos musicales que tienen sentido y que se complementan entre sí.
“‘Motomami’ me recuerda al tebeo, es un cómic en el que ella recrea su propio universo, que es el ‘universo motomami’”
Tras su primer concierto en Almería, ciudad en la que presentó por primera vez la futurística puesta en escena que paseó por los escenarios de medio mundo, los seguidores de la catalana comenzaron a adoptar su estética. España se convirtió en una pasarela de prendas de polipiel pese a las altas temperaturas propias de un caluroso y estival mes de julio. En Madrid, los bomberos rociaban con agua a los asistentes de la doble cita escénica en la capital. Los cascos de moto, las gafas de sol, las trenzas y las botas hasta la rodilla: la fiebre Motomami se erigió como una estatua helenística.
“Rosalía tiene el eye of the tiger, el convencimiento de que, como dice en Saoko, ‘si eres la pámpara, nada te puede parar’. Ella lo sabe, sabe quién es y qué quiere hacer”, dice. La salida de la catalana al escenario en el Motomami World Tour, momento en el que se revela al público tras quitarse el casco de moto, le recuerda a la portada de Dangerous, el álbum de Michael Jackson en el que aparece con una máscara blanco. “Ella siempre hace guiños”, admite. “Qué pena que Michael Jackson no la haya visto”, añade, certero de que el ‘rey del pop’ habría vibrado con la música de la catalana. La fiebre por la estética y la lírica de Motomami llevó a Daniel Gómez a hacer una curiosa petición al organismo lingüístico por antonomasia del país. “Escribí una carta a la Real Academia Española (RAE) y propuse que aceptaran la palabra motomami”, explica emocionado. Le respondieron y le dieron las gracias, pero no supo más del tema.
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Freddie Mercury, Rocío Jurado... y Rosalía
Daniel Gómez se arranca a interpretar, durante su entrevista con Infobae España, algunos de los versos más icónicos de la discografía de Rosalía para explicar la teoría musical que inspira a la intérprete. Un pozo de riqueza que nace del flamenco y el folclore, y que se extiende a las tendencias contemporáneas de los líderes de pensamiento sonoro. Un croquis que el musicólogo ha tenido que plasmar en su tesis doctoral. En dicho proyecto llega a la conclusión de que Rosalía cuenta con una “genialidad musical, una impronta de música y de oficio” que ha corroborado con casi un centenar de personalidades: productores, compositores, profesores, cantantes, bailarines, artistas...
“Para mí están Rocío Jurado y ella”, responde a la pregunta de si la catalana es la figura más importante de la música en nuestro país. Reitera en varias ocasiones que es su opinión, única e intransferible, una afirmación con la que espera esquivar las balas que le puedan caer por su declaración. “Vi a Whitney Houston cantar en Londres antes de morir, quiero decir, he visto a muchos artistas en vivo y no es lo mismo ser músico que ser un icono”, explica. “Rosalía es un icono, una diva, ella pisa el escenario y parece que el concierto dure 20 minutos”, relata.
“Rosalía es un icono, una diva, pisa el escenario y parece que el concierto dure 20 minutos. [...] Para mí están Rocío Jurado y ella”
Los motivos que llevan al autor de la tesis a considerar a Rosalía como un icono son “la centralidad de su voz”, su carta de presentación, y “la capacidad de anticipación”, de ir por delante de la tendencia o de crear una propia. “Rosalía es una persona muy adelantada a su tiempo, tiene la capacidad de poder acudir al pozo musical del que ella dispone para anticiparse y preparar un sonido que sorprenda”, admite. Ambos elementos llevan a Gómez a pensar que la artista ha conseguido seguir los pasos de Freddie Mercury. “En Bohemian Rapsody combina un montón de cosas que aparentemente no tienen sentido, pero que escuchándolas de principio a fin sí encajan”, compara, una facultad que también avista en ella.
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Daniel Gómez ha conformado su propio álbum y, tras mucha promoción, se despide de él para comenzar una nueva etapa. Con la tesis doctoral presentada (recibió un sobresaliente por parte del jurado de la Complutense), el musicólogo no sólo ha abierto la puerta en España para estudiar, en un escenario académico, los fenómenos contemporáneos conectados con las nuevas generaciones (como ya ha ocurrido en Estados Unidos o Reino Unido con Taylor Swift). También comenzará a impartir clases en el taller en el que Rosalía estudió composición. Un círculo perfecto que encuentra su clausura.
“Me parece increíble lo que se puede conseguir cuando uno tiene el convencimiento de que algo es importante”, dice de su proyecto, un tratado específico, a la par que global, sobre una artista entre un millón. “No todas las tesis van a tener que ser sobre la ópera de Verdi”, ironiza, consciente de que Rosalía, intercambios culturales entre la cantante y compositora y su equipo formativo-creativo puede servir como precedente para un cambio de paradigma académico.
“Rosalía es una persona muy adelantada a su tiempo, tiene la capacidad de poder acudir al pozo musical del que ella dispone para anticiparse y preparar un sonido que sorprenda”
Gómez ha estado en contacto con la cantante mientras confeccionaba las páginas de su manuscrito musical. “Me escribió el otro día”, dice emocionado porque la catalana no sólo ha valorado su trabajo en los últimos años, también por el honor que ha supuesto para ella ser homenajeada de esta manera. “Me dio las gracias”, añade. Una hora después de comenzar la entrevista, Gómez sigue con carrete suficiente como para alimentar un pódcast de varios capítulos, un interés que denota la pasión que profesa por Rosalía y por la música. El Paraninfo de la Complutense, un escenario onírico en la calle San Bernardo que no suele abrirse para este tipo de entrevistas (una fortuna a la que ha tenido acceso Infobae España), pide que sus luces se vayan apagando. “Creo que Rosalía nos va a volver a sorprender con su siguiente álbum”, concluye.