Salvador Illa, un “viajero entusiasta” que quiere poner fin al viaje del independentismo catalán

La mayoría independentista frustró su aspiración de conquistar la Generalitat en 2021, pero en esta nueva oportunidad que brinda el 12-M, el candidato del PSC tiene más opciones de liderar un nuevo ciclo en Cataluña

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El primer secretario del PSC y candidato a presidente de la Generalitat, Salvador Illa. (Quique García/EFE)
El primer secretario del PSC y candidato a presidente de la Generalitat, Salvador Illa. (Quique García/EFE)

Salvador Illa tiene hoy más opciones de convertirse en president de la Generalitat que hace poco más de tres años, cuando fue por la mínima el ganador de las elecciones autonómicas. Nacido en la Roca del Vallès en 1966, el primer secretario del PSC y candidato a la Generalitat en los comicios del 12 de mayo está dispuesto a no dejar pasar la oportunidad de presentarse a una investidura y, por supuesto, a convertirse en el primer president no independentista desde José Montilla (2006-2012), también del PSC.

Su “fuerte liderazgo en el territorio”, como destacó la portavoz del PSOE, Esther Peña, es la mejor “receta” que llevará al partido a cosechar unos “magníficos resultados” el próximo 12-M, según auguró Pedro Sánchez en la última Comisión Ejecutiva Federal del partido para analizar los resultados de las elecciones vascas del pasado 21 de abril. Illa, que ganó en votos el 14 de febrero de 2021 (pero empató a escaños con ERC, con 33 cada uno) se quedó con la miel en los labios frente a la mayoría del bloque independentista, que finalmente aupó al republicano Pere Aragonès.

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Desde ese momento, este licenciado en Filosofía en la Universitat de Barcelona se ha recorrido Cataluña de cabo a rabo. Según un documento interno del partido socialista catalán recogido por EFE, el jefe de la oposición en el Parlament se pateó más de 18.334 kilómetros en Cataluña durante los dos primeros años de legislatura (hasta septiembre de 2023), visitando 320 localidades y reuniéndose con 261 entidades.

Personas que han trabajado con él ponen en valor su “enorme capacidad de trabajo”. De hecho, como anécdota, destacan que, en los meses previos a la campaña de las elecciones catalanas, si algún domingo no tenía ningún encuentro o visita, “pedía a su equipo que lo programara”. Estas voces también subraya su “gracia” para crear equipos, aunque eso no quita que sea “muy exigente” a la hora de tener en cuenta el currículum de sus colaboradores, “especialmente la formación”.

Tras la salida de Junts del Govern catalán, Illa tendió la mano a Aragonès para alcanzar “acuerdos de país”. De hecho, ambos pactaron los presupuestos de la Generalitat de 2023, que dieron oxígeno al Ejecutivo en minoría de los republicanos. “La primera función de los políticos es pensar en la gente y sus problemas concretos”, defendió Illa recientemente, cuando hizo lo propio con las cuentas públicas de este año, aunque el rechazo de los Comuns impidió su aprobación, lo que desencadenó el adelanto electoral.

Aparte de ser “un lector voraz de ensayo y un viajero entusiasta”, como lo definen en el PSC, a Illa le encanta salir a correr por el Passeig Marítim de Barcelona. Si supera su particular carrera de obstáculos para convertirse en president de la Generalitat, el líder de los socialistas catalanes se compromete a “pasar página” y “dejar atrás 10 años” de independentismo. Por ello, y ante la caída en las encuestas del bloque secesionista, que le brinda la oportunidad de intentar su investidura, está dispuesto a dialogar con quien haga falta, incluso con Carles Puigdemont, a excepción de Vox y Aliança Catalana. Eso sí, tiene claro que no sellará una alianza con el líeder de Junts “porque apuesta por el bloqueo”.

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Desde su equipo añaden que lo de querer tender puentes no es postureo, pues tiene “obsesión” por poder hablar con todos los partidos, a excepción de estas dos fuerzas, “las extremas derechas en versión nacional y catalana, respectivamente”. Asimismo, rebelan una debilidad del aspirante a president de Cataluña: “Se pone nervioso cuando hay palabras gruesas, exageraciones o intervenciones pensadas solo para cortes breves en redes en el debate político”. Otro dato curioso es que, de alcanzar el Palau de la Generalitat, sería el primer presidente autonómico aficionado al Espanyol.

Salvador Illa, en un mitin de la campaña electoral. (Quique García/EFE)
Salvador Illa, en un mitin de la campaña electoral. (Quique García/EFE)

En el PSC destacan su perfil de “gestor”. Aunque proviene del mundo académico -en 1993 obtuvo el MBA en la escuela de gestión y negocios IESE de la Universidad de Navarra-, lleva décadas en política: con 21 años fue elegido concejal de Cultura de su pueblo, y en 1995, el año en que se afilió al PSC, se convirtió en alcalde de La Roca, un puesto que desempeñó durante 10 años.

Su perfil de gestor cabalga para alejarse del ‘caso Koldo’

Desde 2005 y hasta 2009, Illa asumió la Dirección General de Gestión de Infraestructuras del Departamento de Justicia de la Generalitat, y, tras un breve paso por el sector privado, se convirtió en director de Gestión Económica del Ayuntamiento de Barcelona (2010-2011); ejerció de coordinador del Grupo Municipal Socialista en el Ayuntamiento de Barcelona (2011-2016) y fue jefe de gabinete de Jaume Collboni (2014-2016). Con la incorporación del PSC en el Gobierno municipal de la capital, en 2016 fue nombrado gerente de Empresa, Cultura e Innovación del Ayuntamiento.

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En enero de 2020, Illa recibió la llamada de Pedro Sánchez para ser ministro de Sanidad. Asumió una cartera a priori tranquila, pero la irrupción de la pandemia sanitaria de Covid-19 a las pocas semanas de asumir el cargo le convirtió en uno de los rostros del Gobierno con más peso y exposición pública. Por sus manos pasó la compra centralizada del material sanitario durante los peores meses de la pandemia, una gestión por la que ha sido cuestionado en el Congreso y el Senado al hilo del caso Koldo y en medio de la precampaña de las elecciones. No obstante, Illa defendió que su departamento “no contrató nada” a la empresa relacionada con la presunta trama.

El ministro de Sanidad durante la pandemia, Salvador Illa, dice que en aquellos meses sólo habló una vez con el exasesor socialista Koldo García y que lo hizo para remitirle a los técnicos del ministerio de Sanidad, aunque ha remarcado que su ministerio no contrató con la empresa Soluciones de Gestión y Apoyo a Empresas, epicentro de la trama del 'caso Koldo'. (Fuente: Congreso)

Aupado por la gestión de la crisis sanitaria, con el proceso de la compra de vacunas ya cerrado, Illa se despidió de Sanidad el 26 de enero de 2021 para irse a otra responsabilidad que no iba “a ser cómoda”, esto es, encabezar la candidatura del PSC. “Yo no me he movido nunca por conveniencias ni comodidades personales, estoy donde puedo ser más útil”, alegó en respuesta a las críticas por dejar su cargo en plena tercera ola de Covid-19.

La mayoría independentista frustró su aspiración de conquistar la Generalitat, pero en esta nueva oportunidad que brinda el 12-M, tras más de tres años ejerciendo de líder del “Govern Alternatiu de Catalunya”, Illa se encomienda a la caída del bloque independentista para protagonizar un nuevo ciclo político en Cataluña que ponga fin al procés.

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