El largo adiós del F-18: la baja del caza más antiguo del Ejército del Aire despeja la pista para la llegada del F-35 a partir de 2030

Defensa está inmerso en el reemplazo de los aviones de combate que posee en Canarias y prevé que los F-18 con base en la península continúen volando hasta 2035. El caza estadounidense podría servir tanto en la Armada como en el Ejército del Aire

Caza F-18 de España (Javier Chao/Ejército del Aire)

Ocho son los cazas F-18 de España que actualmente se encuentran desplegados en Lituania, bajo bandera de la OTAN, en el marco de la misión de Policía Aérea del Báltico, cuyo objetivo es interceptar las aeronaves rusas que sobrevuelan sin autorización por espacio aéreo de la Unión Europea. Estos son los aviones de combate más antiguos que posee el Ejército de Aire y del Espacio y el Ministerio de Defensa ya trabaja en su reemplazo. Las primeras unidades que serán dadas de bajas son las de la base aérea de Gando, en Gran Canaria, que serán sustituidas por Eurofighter. A estas le seguirán, previsiblemente a comienzos de la próxima década, los F-18 de la península que, de acuerdo a los planes de Defensa, serán reemplazas no sólo por el caza europeo sino también por un segundo modelo aeronave. El silencio del departamento que lidera Margarita Robles al respecto es absoluto, pero todo indicios señalan al F-35 estadounidense.

La posibilidad de que España se sumara a la lista de clientes de la aeronave que fabrica la empresa Lockheed Martin siempre ha estado sobre la mesa, pero comenzó a cobrar mayor fuerza en los últimos dos años, con los Harrier de la Aramda cada vez más próximos al fin de su vida útil, a finales de esta década. Lo cierto es que el F-35, en su versión B, es el único en el mercado con capacidad de despegue y aterrizaje vertical, una característica fundamental que deben tener los aviones de la fuerza naval para hacer viable su despliegue desde el portaaviones Juan Carlos I.

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Aunque sin señalarlo directamente, el Ministerio de Defensa, a finales de 2022, despejó las dudas respecto al F-35 al dividir en dos programas distintos la renovación de la flota de 60 cazas F-18 que el Ejército del Aire posee entre las bases de Torrejón de Ardoz (Madrid) y Zaragoza. Por un lado, el proyecto Halcón II por 25 Eurofighter, valorado en 4.500 millones de euros, y, por otro, un nuevo programa en el que se incluye también el sustituto de los Harrier, con un presupuesto de 6.250 millones.

El hecho de separar en dos programas el reemplazo de los F-18 y, en uno de ellos, incluir también el de los cazas de la Armada no hizo otra cosa que disparar aún más los rumores sobre la compra de la aeronave estadounidense. De esta manera, la compra del F-35 no estaría destinada sólo a la fuerza naval española sino también al Ejército del Aire, algo positivo para los expertos que señalan que ninguna fuerza aérea debe basar en un único modelo de caza su flota de combate. No obstante, en 2023, el Gobierno destinó 50 millones de euros para la compra de repuestos y componentes del F-18 y así extender su vida hasta 2035.

Caza F-35 (EFE/Vicent Jannink)

El hermetismo sobre esta compra responde a que al Gobierno siempre la ha visto contradictoria con su política de vincular el gasto militar a la generación de empleo local y como una apuesta por la industria sino española al menos europea. Adquirir el F-35 supondría volver a depender de la industria de defensa de Estados Unidos, en un producto tan sensible como aviones de combate, cuya elevada inversión no tendría un retorno directo en la economía española.

El F-18 en España

En mayo de 1983, España finalizó un extenso proceso de evaluación al seleccionar el F-18 para reforzar su flota de combate, con una compra inicial de 72 unidades, distribuidas en 60 monoplazas (modelo A) y 12 biplazas (modelo B). Los primeros cazas llegaron a la base de Zaragoza en julio de 1986, incorporándose al Ala 15 y más adelante al Ala 12, en Torrejón de Ardoz, en reemplazo de los F-4C. Esta adquisición marcó un hito al ser la primera vez que el Ejército del Aire concluyó un programa completo de evaluación y compra de un cazabombardero de manera autónoma, sin intervenir acuerdos de amistad diplomáticos.

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Posteriormente, España adquirió otras unidades de F-18 excedentes de Estados Unidos, fortaleciendo el Ala 46 de la base aérea de Gando (Gran Canaria), después de un breve periodo en la base aérea de Morón (Sevilla). El F-18, conocido por su capacidad de ataque y penetración sin especializarse en un único ámbito, ha demostrado ser un sistema de armas versátil, con habilidad para ejecutar misiones tanto aire-aire como aire-superficie.

El F-18 posee características técnicas sobresalientes como una longitud de 17,07 m, envergadura de 11,43 m y una altura de 4,67 m. Con un peso vacío de 12.701 kg y un peso máximo al despegue de 25.400 kg, el caza alcanza velocidades máximas de 1.8 Mach y una autonomía de 780 km, extendiéndose a 3700 km en misiones de traslado (ferry). Equipado con dos motores General Electric F404, un cañón Vulcan de 20 mm, misiles Sparrow, Sidewinder y Taurus, junto con una capacidad de carga lanzable de hasta 7.700 kg, el F-18 se destaca por su versatilidad y alto rendimiento operativo.

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