“Si queremos la paz, debemos prepararnos para la guerra”. Europa lleva más de dos años con una guerra en sus puertas que amenaza con extenderse en toda la región. En palabras del primer ministro Emmanuel MAcron “la guerra está a menos de 1.100 kilómetros de Estrasburgo” y el bloque quiere contar con una defensa “creíble” que pueda hacer frente a su vecino conflictivo, Rusia. Al tiempo que la Unión reitera hasta la saciedad que es necesario contar con un ejército común, los países de Europa lanzan llamadas de alarmismo y blindan su presupuesto en Defensa
El último en anunciarlo ha sido Suecia, uno de los pocos países europeos que se declararon neutrales durante la Segunda Guerra Mundial y que desde marzo es nuevo miembro de la OTAN. El gasto en defensa del país nórdico se ha duplicado desde 2020 hasta alcanzar alrededor de 120.000 millones de coronas (11.000 millones de dólares) en 2024, año en el que el gobierno ha asegurado que cumplirá el objetivo de la OTAN de un presupuesto militar equivalente al 2% del producto interno bruto (PIB). De hecho, hay quienes piden elevarlo al 2,6%.
El informe anual Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo reflejó que el gasto militar en 2023 aumentó en las cinco regiones geográficas por primera vez desde 2009. Además, la compra de armamento encadena nueve años al alza.
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Lo cierto es que el gasto en armamento se concentra en un pequeño grupo de países. Solo entre los dos países que más gastan, Estados Unidos y China, ya constituyeron cerca de la mitad del gasto militar mundial en 2023. En conjunto, los diez primeros en 2023 representaron casi las tres cuartas partes (74%) del total mundial.
El rearme de Europa
En cuanto a Europa, ya acostumbrado a ser el tablero mundial en el siglo XX y con la guerra en curso entre Rusia y Ucrania, el informe resalta que el gasto militar ascendió a 588.000 millones de dólares en 2023, un 16% más que en 2022 y un 62% por encima de hace una década.
Reino Unido se sitúa a la cabeza en el Viejo Continente -cuarto país en el mundo-, con cerca de 75.000 millones de dólares, lo que se traduce en el 2,32% de su PIB. De hecho, el primer ministro británico Rishi Sunak ya ha manifestado sus intenciones de elevar el gasto a 80.000 millones de dólares de cara a 2030 para hacer frente a “los peligros globales”. Le sigue Alemania con 66.000 millones, Ucrania, con 64.800 millones -el 37% de su PIB- y Francia, en noveno puesto con 61.000 millones.
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En escalones inferiores se sitúan los Italia, Austria y Polonia con 35.000,32.000 y 31.000 millones de euros, respectivamente. Dentro del top 20 mundial se encuentra España -decimoséptimo- con una inversión anual de 23.700 millones, y Países bajos -16.000 millones-.
“Estamos viviendo el momento más crítico en Europa desde la Segunda Guerra Mundial”, adevirtió el primer ministro polaco Dondald Tusk. Precisamente, el gasto militar de Polonia fue en 2023 de 31.600 millones de dólares, después de elevar el gasto un 75% entre 2022 y 2023. Con diferencia, se trata del mayor aumento anual de cualquier país europeo, en parte por ser el país de la Unión que hace frontera con la guerra. En este sentido, el gasto militar polaco fue un 181% mayor en 2023 que en 2014.
De manera paralela, algunos socios europeos presionan para la creación de un cuerpo militar común y efectivo que pueda hacer frente a las ambiciones del Kremlin y reducir así su dependencia con EEUU. No obstante, aún quedan varios países por convencer, entre ellos España. En junio se celebrarán elecciones al Parlamento Europeo y no cabe duda de que uno de los temas que coparán esta campaña será la política de Defensa común.