El Gobierno quiere ir despacio después de la vuelta de Pedro Sánchez al ruedo político, una etapa en la que el presidente quiere “liderar”, que “no monopolizar”, el debate de regenerar, mejorar y defender la democracia. Tras el parón del líder del Ejecutivo para reflexionar sobre su continuidad, y después de la incertidumbre a la que sometió al país, incluido a su propio Ejecutivo, el resultado de su decisión no solo se ha topado con el esperado rechazo de la derecha. La ausencia de un plan B para la “regeneración democrática” en España, a pesar de que para Sánchez es “una gran causa nacional” –como definen en Moncloa–, ha sumido a la izquierda en el desconcierto, borrando casi de un plumazo el inédito apoyo expresado en los días previos desde fuerzas de diversa índole.
Dirigentes de Sumar y los partidos que los conforman, ERC, EH Bildu, Podemos, PNV o BNG, es decir, todos los grupos que apoyaron la investidura menos Junts, se situaron detrás del presidente del Gobierno cuando anunció que necesitaba parar para pensar si valía la pena seguir en política. Las fuerzas progresistas del país mostraron una insólita unidad para dar un golpe en la mesa contra la “guerra sucia” que amenaza con destruir la voluntad expresada en las urnas y defender la legitimidad del Ejecutivo de coalición y el apoyo de los partidos nacionalistas e independentistas.
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Más allá del apoyo del PSOE en el Comité Federal, las acciones del resto de partidos se complementaron con otras protestas impulsadas por la ciudadanía a través de manifestaciones en apoyo a Sánchez y “por amor a la democracia”. Y, tal como reconoció Sánchez, influyó de manera decisiva en su decisión de quedarse. “El momento clave fue la madrugada del sábado después del Comité Federal, después de las manifestaciones, los escritos, las movilizaciones, los actos distinta índole en favor de proteger la democracia”, confesó acerca del instante en el que tomó la decisión de continuar.
Si bien, tras manifestar que seguirá al frente de la Presidencia del Gobierno, estos partidos no esconden su decepción al entender que es Sánchez quien tiene que pasar de las palabras a los hechos para poner pie en pared con la situación que casi le lleva por delante, aunque transciende al propio Sánchez. Tanto el líder del Ejecutivo como estos partidos coinciden en el diagnóstico (luchar contra la desinformación y los bulos o rebajar el ruido político), pero sus socios reprochan su inacción, llegando a poner incluso en duda la razón por la que el secretario general de los socialistas necesitó cinco días para reflexionar.
Críticas a Sánchez
“Lo que toca ahora es lo que reclama la ciudadanía: gobernar mejor. Darle contenido a ese punto y aparte que ayer definió el presidente. Nos han votado para eso. No podemos convertir los problemas de los políticos, en los problemas de la ciudadanía. Por tanto, aceptando la reflexión del presidente, tenemos que dar un paso adelante y empezar a gobernar con políticas públicas”, urgió la vicepresidenta segunda y líder de Sumar, Yolanda Díaz.
“Yo creo que este hombre necesita otros 5 días para reflexionar”, ironizó el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, a través de la red social X. Asimismo, tanto ERC como Junts, en plena campaña de las catalanas, tacharon de “maniobra partidista” la decisión de Sánchez de continuar en el cargo tras unos días de incertidumbre. Y es que, a pesar de su exposición pública durante las últimas 48 horas (con una comparecencia desde Moncloa y las dos entrevistas posteriores en medios de comunicación), Sánchez salió a “decir nada, cero propuestas”, como criticó Irene Montero, la exministra de igualdad y candidata de Podemos a las elecciones europeas.
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El portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, mostró su “perplejidad” con “lo que ha sucedido y cómo se ha desarrollado”, afeando que “no ha propuesto absolutamente nada, más allá de hablar de una regeneración democrática”. EH Bildu también instó al Gobierno a “poner en marcha una agenda democratizadora que blinde derechos y amplíe libertades”.
En esencia, estas formaciones han confrontado la ausencia de medidas concretas por parte de la parte socialista del Gobierno con sus propias recetas. La propia líder de Sumar trasladó a Sánchez algunas de ellas en el encuentro mantenido en la Moncloa horas después de que el presidente anunciara su continuidad. Otros líderes políticos lo han hecho a través de los micrófonos.
La derogación de la ley de seguridad ciudadana, conocida como ley mordaza, es un clamor entre todas las fuerzas progresistas. En la pasada legislatura, su reforma descarriló ante el rechazo de ERC y EH Bildu por la negativa del Gobierno a prohibir el uso de las pelotas de goma y las devoluciones en caliente de migrantes en la frontera.
Renovar el CGPJ: una cuestión urgente
En el terreno de la justicia, Sumar y Podemos coinciden en retomar la ley que rebaja las mayorías parlamentarias exigidas para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), una opción a la que el PSOE sigue resistiéndose. La norma, registrada en la legislatura pasada por los partidos de la anterior coalición del Gobierno (los socialistas y Unidas Podemos), fue retirada ante las advertencias de Bruselas.
Si bien, al persistir el bloqueo del PP a renovar la cúpula judicial, con el mandato caducado desde hace más de cinco años, la izquierda estatal llama a dar un paso decidido en este sentido: “Ya no sirve la negociación con el PP. Hay que cambiar la ley y las mayorías de elección del CGPJ”, señaló Díaz. Su formación también apuesta por “democratizar el acceso a la carrera judicial”, esto es, que “ser jueza y juez pueda ser accesible como en la sanidad o la educación”.
Podemos registró en el Congreso una proposición de ley orgánica para rebajar las mayorías exigidas para elegir a los vocales del órgano de gobierno de los jueces y poder así renovarlo sin el PP. Si bien, el portavoz adjunto de Sumar, Enrique Santiago, también avanzó que registrarían varias enmiendas a proyectos que se tramitan en el Congreso para reformar la ley orgánica del Poder Judicial, acabar con el “secuestro” del órgano de gobierno de los jueces y limitar sus competencias en funciones.
Para hacer frente a la desinformación, Podemos e IU han exigido “una ley de medios de comunicación”, mientras el Gobierno solo habla de velar por el cumplimiento de la ley de publicidad institucional y pedir transparencia sobre la financiación de los medios. Sumar también se pronuncia en esta dirección. Su portavoz en el Congreso, Íñigo Errejón, señaló que hace falta una mayor transparencia para conocer, por ejemplo, el reparto y los criterios de reparto de la publicidad institucional y ver quién paga a esos medios “para que hagan ese trabajo de agitación”. En todo caso, defendió que se trata de un debate que no corresponde a los políticos sino a los periodistas.
El PNV espera que la apuesta de Sánchez por la regeneración democrática pase por la desclasificación de los secretos oficiales después de que su proposición de ley acumule varias legislaturas guardada en un cajón. “Supongo que la Ley de Secretos Oficiales ahora irá como un tiro y no la retrasarán otra legislatura más después de todos los intentos que hemos hecho, pero igual es demasiado suponer”, bromeó Esteban.
ERC, que advierte del registro de una “batería de medidas”, ya ha deslizado “una reforma en profundidad del Código Penal”, mientras que el secretario general de JxCat, Jordi Turull, en esa apuesta por la “regeneración democrática”, instó a Sánchez a que “empiece por poner orden en su casa” y “rompa con todos los socialistas que forman parte del cordón umbilical del ‘atado y bien atado’, que rompa con Felipe González y Alfonso Guerra”.