El caso Asunta ha vuelto a estar en boca de todos gracias a la serie protagonizada por Candela Peña y Tristán Ulloa que se estrenó el pasado viernes. En ella se recoge la historia del asesinato de Asunta Basterra Porto, de 12 años, por parte de sus padres adoptivos. Ambos fueron condenados a 18 años de prisión por haberla sedado con pastillas para más tarde asfixiarla y abandonar su cuerpo en una pista forestal cercana al chalet de la madre. Esta sentencia fue dictada por José Antonio Vázquez, el juez gallego más famoso de España.
El magistrado, que en la serie Javier Gutiérrez interpreta una versión ficticia llamado juez Malvar, nació en la localidad orensana de A Merca en 1968 y a parte del juicio a los padres de Asunta, ha tenido en sus manos unos cuantos litigios famosos. Desde el robo del Códice Calixtino a casos de narcotráfico, durante su carrera se ha ganado con razón los apodos de “el Garzón gallego” y el “Robin Hood de Villagarcía”.
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La guerra contra los reyes del narcotráfico
Si se habla de la lucha contra el narcotráfico en Galicia, el primer juez que viene a la cabeza de todos es Baltasar Garzón, que en 1990 consiguió encarcelar a la vieja guardia en la Operación Nécora. Sin embargo, las operaciones siguieron funcionando, comandadas desde la prisión, principalmente por la falta de policías que hubo en la segunda mitad de los años noventa. Esta situación siguió así hasta 1999, momento en el que Vázquez Tain llegó a los juzgados de Vilagarcía de Arousa.
Solo necesitó cuatro años para parar los pies a estos criminales y conseguir victorias insólitas con un trabajo meticuloso, realizado con mucha paciencia. Quizás el que fue su mayor éxito fue el encarcelamiento de uno de los principales reyes del narcotráfico, Marcial Dorado. Un hombre que se paseaba por Galicia con total impunidad, conocido por todos los vecinos, y sin ningún tipo de escolta.
A parte de en calidad sus logros también se midieron en cantidad. En este tiempo incautó más de 50 toneladas de droga, una labor que superó con creces la realizada por los llamados superjueces de la Audiencia Nacional: Baltasar Garzón, Carlos Bueren, Ruiz de Polanco, Teresa Palacios y Carlos Dívar. Tan solo en 2003 consiguió la aprehensión de 30 toneladas, lo que duplicaba la cocaína incautada en toda España durante todo el 2002.
Los alijos más significativos durante ese año fueron los del South Sea, un barco senegalés apresado con 7.500 kilos de polvo blanco; los mercantes Poseidón y Alejandra, localizados con 5.300 kilos en un operativo en el que participó la DEA; la lanzadera Cork, que traía 3.600 kilos de coca y permitió la detención de Sito Miñanco; el pesquero Pesca I, con 2.621 kilos de cocaína procedente de Venezuela; o los de barcos como el Nonga, que pretendía desembarcar tres toneladas.
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El robo del Códice Calixtino
El 5 de junio de 2011, los archiveros de la catedral de Santiago de Compostela denunciaron que el Códice Calixtino había desaparecido. Este se encontraba en una cámara blindada, en la que están depositadas las obras más valiosas de esta institución. Una sala totalmente hermética a la que solo tenían acceso tres personas, el deán de dicha catedral, José María Díaz, y dos colaboradores suyos, pero que no presentaba ningún signo de haber sido forzada.
Debido a su alto valor económico, pero sobre todo al histórico, se comenzó una investigación para esclarecer los hechos que alcanzó hasta a los medios internacionales. Uno de los encargados de esta tarea fue Vázquez Taín, como instructor del caso. Las primeras indagaciones apuntaron al organista, que más tarde se descubrió que tenía páginas del mismo, pero no la obra completa.
Bajo presiones políticas y teniendo que esquivar el hermetismo de la Iglesia Católica los investigadores llegaron a una conclusión que sorprendió a todo el mundo. El ladrón no fue otro que Manuel Fernández Castiñeiras, el electricista de la catedral. Este hombre consiguió pasar totalmente desapercibido en las primeras instancias, por la tranquilidad que mantenía en todo momento. Tranquilidad que siguió manteniendo en el momento de confesar el delito tras haber sido detenido.
Suspensión temporal por realizar producciones audiovisuales
Si todo lo anterior parecía poco, el magistrado ha tenido en los últimos meses un encontronazo con la Comisión Disciplinaria del Consejo General del Poder Judicial en su puesto actual como titular del Juzgado de lo Penal número 2 de A Coruña. El pasado mes de septiembre de 2023 fue sancionado, por una falta muy grave por incompatibilidad de su cargo con la creación de una productora de televisión, a la suspensión profesional durante 10 días.
El Poder Judicial abrió en junio de ese año un expediente contra Taín al tener conocimiento de que participaba en una productora audiovisual, por lo que se abrió una investigación a cargo de un instructor (promotor de la acción disciplinaria) que determinó que había incurrido en una posible falta muy grave, lo que ha sido ratificado ahora por la Comisión Disciplinaria con la decisión de sancionar al juez gallego al considerar que ejerce una actividad ajena al ámbito judicial y totalmente incompatible con el ejercicio de la judicatura.
En los últimos años había presentado con su productora dos documentales audiovisuales. Peregrinas, que trata sobre la mujer en el Camino de Santiago, y O Camiño Mozárabe: sangue, suor e fe, que repasa la historia del trayecto que unió el norte y el sur peninsular durante más de mil años y que construye un relato audiovisual a modo de documental a través de los siglos y que pone en valor la memoria histórica de la Vía de la Plata.