España continúa registrando mayores avances en su Producto Interior Bruto (PIB) que el resto de las grandes economías europeas. Según los datos publicados este martes por el INE y por Eurostat, el PIB creció un 0,7% en el primer trimestre de 2024, frente al 0,3% de la UE y de la eurozona. En comparación con el último trimestre anterior a la pandemia, España tiene un PIB un 3,7% superior y prácticamente ha igualado el crecimiento medio de los 27, a pesar de que fue la economía que más se hundió en 2020 y de que tuvo una recuperación más lenta.
No obstante, las buenas noticias del principal dato macroeconómico (el PIB) no se trasladan con la misma intensidad a ciertos hogares por el impacto negativo que tienen la inflación y las subidas de tipos de interés. Estos dos factores opacan también el impacto de las subidas de las rentas salariales por el aumento del empleo y de los sueldos y la reducción del endeudamiento, de manera que no hay una mejora notable en la vulnerabilidad de los hogares, según calcula el Banco de España en su Informe Anual de 2023 publicado este martes.
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“Se observa un incremento en el porcentaje de hogares que no podrían cubrir su gasto esencial entre finales de 2020 y finales de 2023″, señala el documento, y lo cifra en 0,2 puntos porcentuales más, hasta situarse en el 7,2%. Esto supone que en torno a 1,4 millones de hogares (de un total de 18,8, según el INE) no pueden hacer frente a los gastos básicos: la suma de alimentación, suministros, alquiler de la vivienda principal y pagos por deudas. Además, este incremento es algo superior para los hogares situados en el quintil inferior de la distribución de la renta (0,9 puntos), mientras que apenas existe variación para los hogares de los tres quintiles superiores.
Pese al mayor aumento de la vulnerabilidad en los hogares con menores rentas, las ayudas desplegadas en forma de transferencias han ayudado a reducir el impacto. El Banco de España señala específicamente el incremento puntual de las pensiones no contributivas, la subida del Salario Mínimo Interprofesional, la introducción del Ingreso Mínimo Vital o la reforma del Código de Buenas Prácticas. “El porcentaje de hogares vulnerables habría aumentado en 4 puntos porcentuales en caso de que no se hubiera considerado el aumento de los ingresos, siendo el incremento especialmente significativo en el quintil inferior de renta (9,4 pp)”, advierte.
El supervisor bancario español ya realizó este análisis para el año 2022, en el que concluyó que hasta el 9% de los hogares no podían cubrir sus gastos básicos. Esta tendencia coincide con la registrada por la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) del INE referida a 2022, según la cual aumentó en cinco décimas (hasta el 26,5%) la población en riesgo de pobreza o exclusión social. Esto se debe a un empeoramiento de los indicadores relacionados con la carencia material y social severa, muy afectados por la inflación y por las subidas de tipos.
En 2023, la buena marcha de la coyuntura económica, con una desaceleración de la inflación y con subidas salariales superiores a las de años anteriores, ha contribuido a reducir los hogares vulnerables (del 9% al 7,2%), según el Banco de España, aunque los tipos continúan en su máximo nivel y pueden agravar el problema si no descienden. Estos seguirán afectando a las hipotecas y a la financiación de los hogares, aunque se espera que posiblemente empiecen a bajar a partir de junio.
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Suponiendo que los tipos de interés evolucionan en línea con las expectativas y que las rentas y los precios avanzan según lo contemplado en las últimas proyecciones macroeconómicas del Banco de España, los hogares vulnerables volverían a aumentar en 2024, aunque sería un crecimiento “limitado”. Según recoge el informe, el incremento sería de una décima, hasta el 7,3%, y de tres décimas para los hogares situados en el quintil inferior de la distribución de renta. Si los tipos o la inflación no bajan al ritmo esperado, el crecimiento de los hogares vulnerables será mayor.
Existen “bolsas de vulnerabilidad”
A pesar del aumento de los hogares vulnerables, el fuerte dinamismo del empleo ha permitido que la desigualdad de la renta disminuya “de forma significativa”, señala el Banco de España. De hecho, se sitúa en niveles similares a los observados antes del comienzo de la crisis financiera, según la última ECV. No obstante, se observan “algunas bolsas de vulnerabilidad en determinados colectivos”, que están relacionadas con dificultades de acceso a la vivienda.
Como ya señaló el supervisor la semana pasada, el gasto en vivienda supone un “elevado esfuerzo”, especialmente en el alquiler y para los colectivos de menor renta, entre los que destacan los jóvenes y la población inmigrante. Esto los sitúa en “una posición económica vulnerable”. Por ello, un 45% de los hogares de España que residían en alquiler en 2022 estaban en riesgo de pobreza o exclusión social, frente al 31% medio de la UE.
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Debido a las dinámicas del mercado de la vivienda, la desigualdad de la riqueza “ha aumentado sensiblemente”: menos hogares concentran más riqueza que a comienzos de siglo. Esto se debe en parte a una menor posesión de la vivienda principal en los segmentos más bajos de la distribución de la renta y en los jóvenes, que transfieren gran parte de su renta a través de alquileres que poseen el segmento con más riqueza de la población. También influye el auge de las rentas de otro tipo de capital, como el procedente de las acciones, del que disponen más las rentas altas.