Los cinco días que movieron a Sánchez de amagar con la dimisión al histórico “he decidido seguir”

El presidente del Gobierno y líder socialista agradeció la “movilización social” de los últimos días, que influyó “decisivamente” en su decisión de seguir al frente del Ejecutivo

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Pedro Sánchez decide seguir al frente del Gobierno.

El presidente del Gobierno volvió a dar la sorpresa este lunes con su decisión de seguir al frente de la Presidencia del Gobierno de España. Cuando todo apuntaba a su dimisión, Pedro Sánchez apostó por continuar “con más fuerza”. Está por ver el alcance de su decisión de seguir como líder del Ejecutivo, pues avisó de que quedarse no supone “un punto y seguido“, sino “un punto y aparte”.

Antes de dilucidar los siguientes pasos, que los socios de coalición y parlamentarios han instado a tomar en respuesta a la petición del presidente sobre la necesidad de una “regeneración democrática”, cabe destacar el motivo por el que Pedro Sánchez decidió quedarse después de cinco días de reflexión. También, cómo se fraguó esa respuesta inédita durante un periodo en el que el secretario general de los socialistas se aisló del mundo para desgracia de los suyos.

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Según explicó el presidente del Gobierno este lunes por la noche en el Telediario’ de La 1, Begoña Gómez, cuya causa judicial fue “la gota que colmó el vaso” y motivó su tiempo de reflexión, fue “la primera” en decirle que no dimitiera tras la publicación de la carta, una misiva que no conocía ni su mujer. Si bien, reconoció que, tras la publicación de la carta, pensó en dimitir: “No le niego que posteriormente sí”, aseveró.

“He reflexionado en la intimidad, he hecho balance de estos 10 años y de las vivencias gratas, pero también de los acosos que hemos sufrido. Mi pareja ha sufrido mucho. Desde 2014, la mal llamada policía política le espió. El momento clave fue la madrugada del sábado después del Comité Federal, después de las manifestaciones, los escritos, las movilizaciones, los actos distinta índole en favor de proteger la democracia”, confesó acerca del momento en el que tomó la decisión de continuar.

Si bien, hasta el momento de la comparecencia, a las 11:00 horas, poca gente conocía su decisión, una incógnita que ha sumido tanto al PSOE y al Gobierno en la máxima incertidumbre, desplazando de la agenda la campaña de las elecciones catalanas y el resto de cuestiones políticas. También, en su equipo más cercano, que ha seguido “con atención y respeto” la decisión del presidente de reflexionar sobre si merecía o no la pena seguir al frente del Gobierno. El resultado: un país en vilo durante cinco días.

Declaración institucional del presidente del
Declaración institucional del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Complejo de la Moncloa. (Moncloa)

Una hora antes de anunciar su decisión, cuya intervención estaba prevista en un principio para las 12:00 horas (la Secretaría de Estado de Comunicación no dio una hora exacta hasta las 08.41 de la mañana del lunes), personas de su núcleo duro, como la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, y el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, acudieron a la Moncloa. Según ha podido saber este medio, otros ministros socialistas también sabían que Sánchez iba a comunicar su continuidad al menos media hora antes de hacerlo público. En la parte de Sumar, varias fuentes señalan que los ministros desconocían la decisión definitiva, aunque Sánchez se reunió con Yolanda Díaz tras la declaración institucional.

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El propio Sánchez trasmitió al rey en la Zarzuela lo que unas horas después dijo a todo el país en una declaración que pasará a la historia. Aunque la visita no estaba en los planes oficiales de Sánchez y a pesar de las especulaciones por este encuentro, llamó la atención que Felipe VI mantuviera posteriormente la visita al Centro de Excelencia Contra Artefactos Explosivos Improvisados (C-IED CoE), tal como tenía previsto en su agenda.

“He decidido seguir y seguir con más fuerza, si cabe, al frente de la Presidencia del Gobierno de España”, pronunció el presidente del Gobierno casi en la recta final de su discurso, cuando sus primeras reflexiones apuntaban a todo lo contrario. Y es que, su declaración fue una fotografía exacta de cómo evolucionaron los ánimos en el PSOE, en el Gobierno y en el resto de partidos desde el pasado miércoles a esta parte.

De la conjura al miedo a una dimisión

Al shock inicial en las filas socialistas y en Moncloa tras la carta a la ciudadanía en la que Sánchez amagaba con dimitir, le siguió un estado de incertidumbre permanente hasta este lunes. El miedo a una posible retirada del presidente del Gobierno y líder socialista se instaló a partir del jueves y fue en aumento a medida que se acercaba el plazo fijado por Sánchez para comunicar su decisión.

Tal como han sostenido a lo largo de estos días muchos dirigentes socialistas, la decisión de Sánchez es “personal y no política”, lo que ha limitado la capacidad de mediación para que el secretario general del PSOE reconsiderase su postura, más cercana a la dimisión que a quedarse en el Gobierno. Más allá de las sensaciones compartidas por sus compañeros de filas, las cuatro páginas de la carta publicada en la red social X revelaron un pesimismo inusual en alguien de la talla de Sánchez, que expuso los principales episodios que le obligaron a plantearse su futuro. “Se trata de una operación de acoso y derribo por tierra, mar y aire, para intentar hacerme desfallecer en lo político y en lo personal, atacando a mi esposa”, confesó.

La vicepresidenta primera del Gobierno,
La vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero, saluda a un grupo de simpatizantes en Ferraz. (EFE/Rodrigo Jiménez)

Ante el temor a una dimisión que dejara huérfano al PSOE y pusiera en peligro la continuidad de la izquierda en el Gobierno frente al avance de la derecha y la ultraderecha, al partido no le quedó más remedio que tirar de épica para tratar de convencer a Pedro Sánchez de que se quedara. El destino quiso que el Comité Federal previsto para el sábado, convocado inicialmente para decidir sobre la lista de las europeas, sirviera de escenario para enviar ánimo a raudales al Palacio de la Moncloa, donde Sánchez estaba “encapsulado”.

La euforia de los militantes en la calle Ferraz llegados desde todos los puntos del país contrastaba con la incertidumbre vivida dentro del cuartel general de los socialistas. De las intervenciones en abierto realizadas por los principales dirigentes del partido destacó la de Emiliano García-Page, el barón más crítico con Sánchez, que acudió al cónclave y mostró un insólito respaldo a su “compañero”. Ante el desbordamiento a las afueras del cónclave, el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, dio la orden de parar las intervenciones de los dirigentes socialistas para salir con los militantes a la calle.

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Al ritmo de Quédate, la famosa canción de Quevedo, la catarsis se apoderó del partido como último recurso para intentar influir en la decisión del presidente. El cierre de filas con Sánchez ha sido total en el partido, fiel a su jefe, pero con algún verso suelto, como Page, que también se arrimó a la dirección del PSOE. Fuentes presentes señalan que algunos dirigentes enviaron vídeos al líder del Gobierno de los aledaños de la sede del partido, pero este, de manera escueta para no dar pie a especulaciones, solo respondió que había recibido los mensajes de ánimo.

La movilización social, “decisiva” en la decisión de Sánchez

Asimismo, los partidos situados a la izquierda del PSOE (sus socios de la coalición, Sumar, y sus aliados parlamentarios) también entendieron que la situación iba más allá de una persona. Durante los últimos cinco días, las fuerzas progresistas dieron un golpe en la mesa, siguiendo la estela del presidente del Gobierno, contra la “guerra sucia” de la derecha para evitar la voluntad expresada en las urnas y defender la legitimidad del Ejecutivo de coalición y el apoyo de los partidos nacionalistas e independentistas. Estas acciones se han complementado con otras protestas impulsadas por la ciudadanía a través de manifestaciones en apoyo a Sánchez y “por amor a la democracia”.

Cinco días después, Pedro Sánchez y su esposa, Begoña Gómez, son conscientes de que la “campaña de descrédito no parará. Llevamos diez años sufriéndola. Es grave, pero no es lo más relevante. Podemos con ella. Lo importante, lo verdaderamente trascendente, es que queremos agradecer de corazón las muestras de solidaridad y de empatía que hemos recibido, de todos los ámbitos sociales. Lógicamente, me van a permitir un agradecimiento especial a mi querido Partido Socialista”, explicó Sánchez.

En su declaración, el presidente del Gobierno confirmó que los movimientos impulsados durante sus horas más duras al frente del Ejecutivo surtieron efecto: “Gracias a esa movilización social que ha influido decisivamente en mi reflexión y que vuelvo a agradecer, quiero compartir con todos ustedes lo que finalmente he decidido. De ello he informado previamente al jefe del Estado esta misma mañana. He decidido seguir y seguir con más fuerza, si cabe, al frente de la Presidencia del Gobierno de España”, anunció a Sánchez para dar paso a una nueva etapa al frente del Ejecutivo.

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