El movimiento del euríbor en abril ha ido a contracorriente y no ha experimentado la caída que vaticinaban los analistas. A falta de un día para que termine el mes, la media provisional del índice que utilizan los bancos para calcular el interés de las hipotecas variables en España es del 3,704%, una cifra muy próxima al 3,757% con que cerró marzo.
Estos porcentajes indican que el euríbor permanece estable ante la bajada de tipos que prevé llevar a cabo el Banco Central Europeo (BCE) el próximo mes de junio y que los mercados prevén que será de 25 puntos básicos, hasta situar el precio del dinero en el 4,25%, desde el 4,5% que alcanza ahora.
Te puede interesar: Cambio de rumbo en la vivienda: subida moderada de precios, aumento de las ventas e hipotecas más baratas marcarán 2024
La bajada a cuentagotas del índice en abril aliviará poco a los que están pagando ahora una hipoteca a tipo variable. Sus cuotas apenas bajarán. Así, para una hipoteca media de 150.000 euros a devolver en 25 años, con un interés de euríbor más 1% y revisión anual, las cuotas bajarán de casi 856 a poco más de 851 euros; casi cinco euros menos al mes y unos 55 euros al año.
En tanto que los que tengan revisión semestral verán un mayor recorte en sus cuotas, puesto que el euríbor cotizaba en el 4,160% en octubre de 2023. Así, para la hipoteca media del ejemplo anterior, si se revisa semestralmente con el euríbor de abril, las cuotas bajarán de casi 891 euros a algo más de 851 euros, lo que supone unos 40 euros menos al mes y cerca de 240 euros menos al semestre.
El índice se estabiliza
El dato de abril refleja que el euríbor se ha estabilizado por lo que los analistas descartan una caída considerable del índice en los próximos meses, A juicio de Olivia Feldman, economista y cofundadora de HelpMyCash, la expectativa de un descenso brusco del euríbor a corto plazo puede ser demasiado optimista. Vaticina que es probable que el indicador se mantenga relativamente estable alrededor del 3,7% hasta junio.
“El euríbor ya está bastante alejado de los tipos de interés del Banco Central Europeo, que aún están en el 4,5%. Esto es así porque el mercado ya ha descontado la bajada de junio. De hecho, el euríbor se ha estancado en el 3,7%, décima arriba, décima abajo, desde diciembre”.
Te puede interesar: Los depósitos españoles, a la zaga de los europeos en rentabilidad a pesar de su última subida y de batir a la inflación
El rumbo del euríbor seguirá la batuta del BCE en política monetaria y esta dependerá de la evolución de la inflación en la zona euro, que cerró marzo en el 2,4%, muy cerca del objetivo del 2% que se ha marcado el eurobanco, y del impacto en la economía de los conflictos bélicos desatados en Ucrania y Gaza.
Además, “existe la posibilidad de que Europa incremente el gasto público este año, especialmente en defensa y desarrollo de la industria armamentista. Esto podría revitalizar la economía, lo que nos alejaría de esta zona crítica de bajo crecimiento económico y riesgo de recesión, y a su vez, generaría nuevas tensiones sobre la inflación”, advierte Olivia Feldman, para quien, “con la inflación de la eurozona unas décimas por encima del 2% y alejada del riesgo de recesión, no hay motivos para que bajen los tipos de interés de forma pronunciada”.
Otro factor que puede incidir en el movimiento de tipos de interés por parte del eurobanco es el comportamiento de la Reserva Federal de Estados Unidos sobre los suyos. Por el momento, la Fed no prevé bajar tipos el 12 de junio. Los expertos auguran que habrá que esperar como mínimo a septiembre para ver un movimiento a la baja.
Depósitos menos rentables
El cambio de rumbo de la política monetaria del guardián del euro también incidirá en la remuneración de los depósitos, que irá a la baja, a un ritmo similar al del euríbor. A pesar de estos augurios, los ahorradores en depósitos siguen apostando por ellos y en marzo, según los últimos datos del Banco de España, ingresaron en ellos 7.900 millones de euros, aumentando un 0,79% el saldo hasta superar el billón de euros, la cifra más alta desde finales de 2022. En concreto, a cierre de marzo, los hogares tenían depositados en la banca española un total de 1,001 billones.
Este apetito por los plazos fijos se debe a que han aumentado su rentabilidad en los últimos meses, aunque sigue siendo menor que la que ofrece su competencia europea.
Según los últimos datos del BCE, la rentabilidad media que ofrecieron en febrero los bancos españoles por sus depósitos a plazos inferiores a un año se situó en el 2,37%, lo que supone un aumento de casi un punto y medio respecto al mismo mes del año anterior. Pero es menor de la que da la banca europea a ese mismo plazo, que alcanzó el 3,2% de media.
Lo mismo ocurre con los depósitos a más de un año de vencimiento que la banca española retribuyó en febrero con un interés medio del 2,47%, frente al 3,02% de las entidades de la eurozona. Mientras que en plazos de más de dos años, nuestra banca remuneró con un 2,4% y el conjunto de la zona euro con un 3,17%.