Crónica de un retraso anunciado. La ministra de Defensa Margarita Robles podría haber parafraseado sin problemas la obra de García Márquez cuando, el pasado lunes, dio a conocer que el S-82 Narciso Monturiol, el segundo submarino del programa S-80, no podría ser botado a finales de este año, tal como estaba previsto, debido a nuevos contratiempos en su construcción por parte de Navantia. El anuncio se esperaba desde hace algún tiempo y no sorprendió a aquellos acostumbrados a las demoras de este importante -y costoso- proyecto de la Armada que, en más de 20 años, sólo ha concebido un único sumergible de cuatro planificados.
“Hay un retraso que excede de lo razonable”, describió Robles, con preocupación. Sin embargo, durante su visita a la base de submarinos en el arsenal de Cartagena, la ministra no dio detalles sobre las causas de este nuevo retraso y se limitó a pedir “un esfuerzo especial” a la compañía naval pública. No obstante, fuentes consultadas por Infobae España han señalado que las demoras están relacionadas con problemas en el suministro de los materiales y componentes necesarios para la fabricación del buque.
Te puede interesar: Nuevo envío de armamento a Ucrania: el Gobierno suministrará a Kiev misiles Patriot
Para el analista en temas de defensa Enrique Navarro, los atrasos pueden estar vinculados al desarrollo de una de las partes fundamentales del proyecto: el sistema de propulsión independiente de aire -más conocido como AIP por sus siglas en inglés- que permite al submarino permanecer mucho más tiempo sumergido. Sin embargo, nuevamente por diversas demoras, habrá que esperar hasta el tercer sumergible de la familia para que este sistema esté equipado en un buque desde su entrega a la Armada.
En este sentido, Navarro señala como “un riesgo posible, aunque no probable”, que finalmente ninguno de los cuatro buques del programa cuente con una AIP. “Sería una pena porque es una de sus características principales, pero el submarino sigue siendo plenamente operativo sin este sistema de propulsión”, asegura a Infobae España. De todos modos, apunta el experto, “obviamente hay gente que le pone muy nerviosa pensar que no tiene lo que ha pagado”.
Siete ‘dragones’ en cuatro años
Por otro lado, el nuevo dolor de cabeza del Ministerio de Defensa tiene que ver con un proyecto del Ejército de Tierra, y no es otro que el futuro vehículo de combate sobre ruedas (VCR) 8x8 Dragón. Hace cuatro años, en 2020, el Gobierno contrató a la firma Tess Defence para el desarrollo de este blindado, llamado a ser la piedra angular de la fuerza terrestre de cara a las próximas décadas.
El acuerdo alcanzado establecía que, a lo largo de los siguientes cinco años, la compañía suministraría 348 dragones, pero cuatro años después sólo se han recibido siete, que fueron entregados allá por 2022. De acuerdo al nuevo cronograma -que claramente tuvo que ser modificado- este año el Ejército debería recibir 90 vehículos, pero, ante la consulta de este diario, desde la cartera de Robles no han podido concretar cuántos blindados esperan incorporar antes de que termine 2024.
Te puede interesar: Suenan tambores de guerra en Europa, pero los españoles no los oyen: “La inversión en defensa no se contrapone a más camas de hospital”
Para Navarro, demoras como estas son “muy normales” cuando se asumen riesgos tecnológicos. “Los inconvenientes radican en que el Ministerio de Defensa ha decidido que determinados elementos de este vehículo sean desarrollos nacionales”, explica. Y es que si bien el 8x8 Dragón está basado en el Piraña V, exitosa plataforma desarrollada por General Dinamics European Land Systems (empresa estadounidense dueña de la española Santa Bárbara Sistemas), el resto de sus componentes son innovaciones ideadas por tres compañías locales: Indra, Escribano Mechanical & Engineering y SAPA que, junto a la mencionada Santa Bárbara Sistemas, conforman Tess Defence.
¿Problemas con la transmisión?
Uno de los componentes críticos del Dragón es su transmisión, cuya fabricación está a cargo de la firma SAPA, y a la que siempre se ha señalado como uno de los elementos que más influía en los retrasos. “Obviamente sin transmisión el vehículo no se mueve, pero la empresa que la ha diseñado está resolviendo los problemas que plantea este desarrollo”, afirma Navarro.
En este sentido, desde SAPA aseguran que su transmisión y grupo moto-propulsor dotan de un “rendimiento sobresaliente” a los futuros blindados del Ejército español. “En la calificación del vehículo se producen ajustes y adaptaciones que son consustanciales al proceso. La transmisión SW624 no supone ningún inconveniente ni produce ningún retraso. Su desempeño está siendo totalmente correcto en el proceso de calificación que se lleva a cabo”, destacan a Infobae España.
Ante este panorama de importantes demoras, y en momentos en que el Gobierno está convencido de la necesidad de incrementar la inversión en defensa, la pregunta es si la industria nacional está a la altura de los requerimientos del Ministerio de Defensa. Navarro es contundente: “Sin duda la industria española está ahora mismo capacitada para ofrecer, con un grado de nacionalización muy alto, cualquier producto de defensa que requieran las Fuerzas Armadas”.