Prohibir la entrada a los musulmanes y declarar el “Principado de Cataluña”: el discurso de Aliança Catalana que puede hacerle llegar al Parlament

Dentro del independentismo tradicional, el ‘fenómeno Orriols’ se hace un hueco a través de unas propuestas que se ceban con la población magrebí

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Sílvia Orriols, alcaldesa de Ripoll
Sílvia Orriols, alcaldesa de Ripoll y candidata de Aliança Catalana. (David Borrat/EFE)

Cataluña vivirá elecciones el próximo 12 de mayo, en una contienda electoral en la que los socialistas parten como claro favorito en los sondeos. Estos comicios, mucho más mediáticos que la campaña vasca, serán interesantes por la lucha en la hegemonía independentista entre las dos principales formaciones: Esquerra Republicana y Junts -aparte de la CUP, que será la tercera fuerza secesionista-. Sin embargo, con toda la campaña aún por delante, este bloque contará con un invitado de última hora: Aliança Catalana (AC).

AC saltó por primera vez al foco mediático en las elecciones municipales de 2023, cuando la formación ultraderechista e independentista de Sílvia Orriols consiguió entrar en el ayuntamiento de Ripoll (Girona), a través de un discurso supremacista y xenófobo que se cebaba con la población magrebí.

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“La entrada masiva de migrantes musulmanes se trata de un error que podemos pagar muy caro, porque básicamente los musulmanes no reconocen las democracias europeas ni nuestras leyes civiles”, fueron las palabras de Orriols en una entrevista para la televisión catalana un año antes. La candidata no se esconde en ningún momento sobre su postura respecto al control migratorio: “Catalana soy, islamófoba también”.

Ahora existía cierta incertidumbre sobre si finalmente concurriría a las elecciones al Parlament, pero en abril consiguió los avales necesarios de la ciudadanía. Las encuestas prevén que el fenómeno Orriols pueda tener representación (hasta dos escaños le da el CIS) apenas tres años después en su fundación.

El programa electoral de AC se puede resumir en un contenido puramente independentista: “Debemos levantarnos en Estado independiente y expulsar a los Estados español y francés de Cataluña”. En este sentido, la declaración de independencia de Cataluña “sin la autorización de ningún organismo extranjero” es su punto más importante para llegar a lo que sería bautizado como “Principado de Cataluña”. Dentro del bloque nacionalista, AC aboga por medidas como la defensa a ultranza de la lengua catalana y establecer el castellano como lengua “opcional” en Educación.

La otra rama de su programa es más propia de la ultraderecha: cerrar las fronteras a los “inmigrantes económicos”, prohibir el uso del burka en la vía pública y expulsar a los presos de origen extranjero para “ahorrar 150 millones a las arcas del Govern”. Al igual que la formación que lidera Carles Puigdemont, AC aboga por la cesión de las competencias migratorias a la Generalitat.

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El discurso ya se ha materializado en su gestión del Ayuntamiento, donde Orriols demora, todo lo que permite la ley, el proceso de empadronamiento de migrantes en la localidad. Esto, según han denunciado una decena de familias, no les permite acceder a la sanidad pública y dificulta la escolarización de sus hijos.

El discurso racista en la cuna del 17-A

El discurso contra la migración no es nuevo en Cataluña. Ya fue exprimido por Vox en la anterior campaña catalana y, una década antes, por su antecesora, la extinta Plataforma Per Catalunya, fundada por Josep Anglada. Ahora, el discurso sobre la inseguridad ha sido acogido por el independentismo de derechas, y ya se empieza a hablar de los términos “migración catalana” y “no catalana”.

“Existe una tensión que ahora está siendo alimentada por el discurso independentista y nacionalista y se traduce en un discurso xenófobo”, afirma Jaime Ferri, profesor de Ciencias Políticas y Sociología en la Universidad Complutense de Madrid, quien añade que esta narrativa se aprovecha especialmente de las ciudades donde la presencia de migrantes es muy alta y de los atentados que tuvieron lugar en Barcelona y Cambrils el pasado 2017.

El punto que expone el profesor es importante para matizar por qué ha calado tanto el hiperbólico discurso de Orriols en Ripoll, la única localidad en la que gobierna este partido. El municipio gerundense fue la sede de la célula terrorista que operó en los ataques del 17-A y que acabaron con 16 fallecidos y 355 heridos directos. “Los familiares de los terroristas todavía viven en Ripoll y eso genera desconfianza”, expuso la edil en una entrevista a La Razón.

A este ingrediente hay que añadirle que es el municipio con la mayor población extranjera de Cataluña, concretamente el 15% del censo, según los datos del Instituto de Estadística de Catalunya. En este sentido, no es casualidad que AC haya nacido en esa localidad.

“Yo creo que AC está aprovechando ese poso racista que ella liga al etnicismo catalán para ganarse un espacio en el electorado independentista, aprovechando que algunos de ellos están decepcionados con la gestión de los partidos independentistas tradicionales”, explica Joan Ricart Angulo, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma de Barcelona. “Lo compran porque lo ven como una alternativa creíble, sobre todo cuando han podido llegar al poder en Ripoll”.

Lo cierto es que la historia reciente de Cataluña no se puede entender sin la inmigración, y sin ella no se entendería la evolución, no solo demográfica, sino económica, social y cultural del territorio. Así lo ha reflejado un estudio publicado por el Centre d’Estudis Demogràfics (CED) titulado La Catalunya dels vuit milions, que concluyó que la migración del siglo XXI ha aportado 1,5 millones de personas en Cataluña, frente a las 200.000 que trae la natalidad en el territorio. En concreto, el 65% de los catalanes son inmigrantes o descendientes de inmigrantes.

La ingeniería electoral

En clave electoral, los partidos recurren a la ingeniería para optimizar su resultado en las urnas. AC quiere asegurar primero su escaño en Girona -entre los 17 escaños en esa circunscripción-, y es allí donde ha puesto “toda la carne en el asador”, colocando a Orriols de cabeza de lista por esa circunscripción -existen cuatro en Cataluña: Barcelona, Girona, Lleida y Tarragona-.

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Según la opinión de Angulo, esto es síntoma de que el fenómeno Orriols “no es generalizado en todo el territorio”. “Si tuviese tanta popularidad, se hubiese presentado como cabeza de lista en Barcelona, donde el botín es mucho mayor [85 escaños]”. “Al mismo tiempo, la formación es consciente de que obtener el 3% de los votos [requisito necesario para obtener representación] en la capital es más complicado”.

De momento, una unión entre las fuerzas independentistas (ERC, Junts y CUP) no hace peligrar un gobierno de los socialistas, según las primeras encuestas. Pero AC es la llave inesperada que puede cambiar esa situación.

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