El caso Asunta: así intentó evitar la defensa de Alfonso Basterra su entrada en prisión

“Qué interés tenía Alfonso Basterra en que su hija muriera?”, preguntó su abogada en la finalización del juicio

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Alfonso Basterra, padre de Asunta Basterra (EUROPA PRESS)
Alfonso Basterra, padre de Asunta Basterra (EUROPA PRESS)

“¿Qué interés tenía Alfonso Basterra en que su hija muriera?”, es la pregunta con la que Belén Hospido, abogada de Alfonso Basterra, cerró sus conclusiones finales. Basterra estaba acusado del asesinato de su hija adoptiva, Asunta Basterra Porto, junto a su exmujer Rosario. Se les acusaba de haberla atiborrado de pastillas durante semanas para acabar ahogándola y tirando su cuerpo en un bosque cercano. Ambos fueron condenados por este delito, sin embargo en el momento del juicio todavía intentaron demostrar su inocencia.

En el caso de Basterra, su letrada defendió su presunción de inocencia, alegando que no existía ningún móvil para que realizara ese crimen. “Mi defendido está aquí precisamente porque esto solo se explica si fue cosa de dos”, denunció Hospido, criticando que solo se encontraba acusado porque no había forma que la madre lo hubiera hecho sola y él era la persona más cercana.

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Sobre las pastillas, si admitió que su cliente compró Orfidal “en tres ocasiones”, pero fueron solo para su exmujer, Rosario. Para ello hizo las cuentas. 125 comprimidos en total. Hasta la muerte de Asunta el médico le recetó “medio, medio y uno” diario, por lo que llegó a consumir 80 pastillas. En los días posteriores la dosis subió hasta cuatro o cinco por día, lo que en total sumaría 101 pastillas. Entonces solo habrían quedado 24 pastillas, que son las que le entrega a Rosario en la cárcel. “¿Dónde está el acopio?”, preguntó, explicando que no le salían las cuentas de las 27 dosis que le dieron a Asunta.

“Tener coartada no es una obligación”

Otro de los indicios que abordó la defensa es el tema de la comida que cocinó Basterra el 21 de septiembre, el día del suceso. Alegó que era imposible que la ingesta de las pastillas se hubiera realizado en dicha comida, ya que de haber sido así, la niña habría estado “semicomatosa”. En cambio, pasa caminando por delante de la cámara de Bankia, lo que para Hospido demostraba que no había “prueba concluyente” de que ocurriera antes.

“Tener coartada no es una obligación”, quiso expresar la abogada, relatando que ese día Basterra simplemente “Cocinó albóndigas, hizo una crema, leyó un libro..”. Sin embargo, explicó, que según su versión de los hechos, era imposible que hubiera estado en Teo, donde murió la niña.

Un periodista “inteligentísimo”

Para terminar con su defensa, Hospido describió a Basterra como un periodista “inteligentísimo” que sin embargo cumple el perfil de amo de casa. Un comportamiento modélico, que condicionó su futuro profesional para dedicarse a su cónyuge y su hija, “y pese a eso se va de casa sin pedir nada”, cuando ambos se divorcian.

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“No fue fácil pasar de todo a nada y los sentimientos no se acaban de la noche a la mañana, pero nadie nos dice que haya sido un mal padre o agresivo con la niña, ¿Qué interés tenía Alfonso Basterra en que su hija muriera? A Basterra lo que le queda el 21 de septiembre es su hija. Alfonso, sin la niña, en aquel momento, se queda sin nada. ¿De verdad que esos móviles que nos cuentan existen?”, finalizó la letrada, cuyas alegaciones no fueron suficiente para salvar a su cliente de la condena.

Tráiler oficial de 'El caso Asunta'.