Sobradamente preparados pero sin empleo: el eterno problema de los jóvenes españoles

España es el país con el personal más sobrecalificado de la Unión Europea, un reto que se agrava en el caso de las mujeres

Varios jóvenes pasean por un parque de Madrid. (Emilio Naranjo/EFE)

Europa vive un buen momento para el empleo: en 2023, la proporción de personas con trabajo en la Unión Europea de entre 20 y 64 años superó el 75% y alcanzó los 195,7 millones de individuos, según los últimos datos de la Oficina Europea de Estadística (Eurostat). Se trata de la cifra más elevada desde que comenzaron los registros, en 2009, y supone el tercer año consecutivo de incrementos tras una caída en 2020 por la pandemia de Covid-19.

Los países que registraron mayores tasas de empleo fueron Países Bajos (con el 84%), Suecia (un 83%) y Estonia (el 82%), mientras que las menores cifras se observaron en Italia (el 66% de empleo), Grecia (el 67%) y Rumanía (un 69%).

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España, por su parte ha conseguido alcanzar el 70,5% de empleo, 12 décimas más que en 2022 y un incremento de 2,5 puntos porcentuales con respecto a antes de la pandemia (un 68% en 2019). Pero la tarea más difícil continúan siendo los jóvenes.

La tasa de desempleo de los españoles de entre 15 y 24 años fue en 2023 del 28,7%. Aunque representa una disminución de un punto porcentual con respecto a 2022, y de hasta 20 puntos con respecto a la registrada en 2015 (cuando fue del 48,3%), sigue siendo mucho mayor que la registrada en el conjunto de la Unión Europea, del 14,5%.

Sin trabajo, pero completamente cualificados

Además, España es el país con el personal más sobrecalificado de la Unión Europea. Un 35,8% de los trabajadores cuentan con una educación superior a la que demanda su empleo. Un problema que se agrava en el caso de las mujeres, cuya tasa aumenta hasta el 36,4%, mientras que en los hombres es del 35,2%.

Uno de los principales motivos de esta sobrecalificación son los extranjeros, que no logran encontrar trabajos dentro de las profesiones o los estudios que tienen en sus países de origen y se ven obligados a aceptar empleos por debajo de su formación y sus capacidades. La mayoría de los trabajadores no españoles permanecen en sectores tradicionales, como la hostelería y la construcción, aunque poco a poco se observa un crecimiento notable de empleados extranjeros en puestos que exigen mayor cualificación, especialmente en los sectores tecnológico e inmobiliario.

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En una conferencia organizada por el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie), Manuel Hidalgo, investigador principal en EsadeEcPol, destacó los beneficios de este perfil migratorio, subrayando su mayor nivel educativo y su contribución al crecimiento económico en sectores fundamentales. “Están llegando con cualificaciones y eso es muy positivo. Deberíamos modificar el enfoque del debate actual sobre esta materia, ya que, quiera o no, muchos de ellos serán quienes sustenten el sistema de pensiones”, argumentó.

El informe Tendencias del Mercado de Trabajo 2023 que elaboró el SEPE el año pasado indica que hay alrededor de 140.000 puestos vacantes para personal cualificado en el sector tecnológico, destacándolas como las posiciones más difíciles de cubrir. Además, señala escasez de profesionales en sectores como las energías renovables, la sanidad, la hostelería, la construcción, la pesca y las reparaciones metálicas.

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