El partido de Yolanda Díaz no consigue despegar un año después de que la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, hiciera pública su intención de “ser la primera presidenta de España” bajo la marca de Sumar. Lo que al principio estaba llamado a ser una plataforma, no termina de cuajar como partido ante la dificultad en el proceso de negociación con las diferentes fuerzas aglutinadas bajo este paraguas desde el pasado 23 de julio.
Después de que IU decidiera este lunes enfriar su participación en los órganos del Partido Sumar hasta la celebración y decisión de la Asamblea Federal, Sumar pospuso este martes la incorporación de los partidos a su dirección y a la Ejecutiva, un proceso previsto para este sábado. “El grupo coordinador (dirección) elige a la ejecutiva. Más adelante, los partidos elegirán a quienes quieren que formen parte tanto del grupo coordinador como de la ejecutiva. Los partidos incorporarán a sus miembros más adelante y Sumar vota el sábado a la ejecutiva”, añaden fuentes de la formación de Yolanda Díaz.
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En esencia, la reunión del Grupo de Coordinación concentrará solo a los miembros elegidos directamente por las bases de Sumar en marzo, durante la primera asamblea estatal en la que solo un 11,7% de los inscritos participó en la elección que avaló a Díaz como coordinadora general. De los 70.000 inscritos que Sumar asegura tener, solo ejercieron su derecho al voto un total de 8.179 personas.
En ese cónclave, la ponencia organizativa acordó que Díaz controlará al 70% de los representantes del órgano de dirección, mientras que un 30% queda relegado para las organizaciones que decidieron vincularse orgánicamente con Sumar, como es el caso de los comunes, Más Madrid, IU, Verdes Equo, la coalición Contigo Navarra e Iniciativa del Pueblo Andaluz. De este modo, tras la decisión de posponer la integración del resto de partidos a su dirección, los integrantes de Sumar en el Grupo Coordinador solo elegirán este sábado a su cuota dentro de la ejecutiva a la espera de que otros partidos decidan adherirse. Por tanto, echará a andar, pero a medio gas.
Izquierda Unida hace público su malestar con Díaz
Esta decisión se produce en un momento de máxima tensión con IU, que sucede otras negociaciones “duras”, según fuentes involucradas en las conversaciones, con Más Madrid y Compromís para la configuración de la lista de las elecciones europeas del próximo 9 de junio. La Coordinadora Federal de Izquierda Unida, reunida en la tarde del pasado lunes, aceptó la propuesta de Sumar para que Manu Pineda, el candidato de IU elegido en primarias, ocupe el cuarto lugar en la candidatura conjunta. “No es la posición que merece nuestra organización, pero la clase trabajadora y el futuro de la izquierda transformadora no merecen más división y desmoralización en el actual momento de avance reaccionario en toda Europa”, alegó la formación.
No obstante, desde IU avisaron que seguirán “trabajando para mejorar el acuerdo hasta el último minuto”. De la misma manera, el propio partido realizará una campaña “propia, con un perfil, imagen y propuestas propias”. IU, sumido en un proceso de renovación de liderazgos tras la salida de Alberto Garzón, estudiará su relación con Sumar, “de profundo calado”, “en el ejercicio de reflexión colectiva” durante el proceso asambleario de Izquierda Unida. “Debemos recuperar la máxima presencia en todos los ámbitos, incluido el institucional. En este sentido, y mientras se desarrolla el debate en el seno de Izquierda Unida, no se participará de los órganos del Partido Sumar hasta la celebración y decisión de la Asamblea Federal”, apuntó la formación.
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Pese a lograr reeditar el Gobierno de coalición, los de Yolanda Díaz no han tenido mejor suerte en las elecciones de Galicia y Euskadi, celebradas con posterioridad a las generales. Sumar se quedó sin representación en la tierra de la dirigente gallega, mientras que en los comicios del País Vasco solo consiguió arañar un escaño (ni siquiera logró entrar la cabeza de lista) de los seis que este espacio obtuvo en 2020 bajo la marca de Podemos. Y es que, en ambos procesos, la izquierda alternativa al PSOE concurrió dividida entre Sumar y Podemos.
A los fiascos electorales cosechados por Yolanda Díaz se suman los rifirrafes con los aliados territoriales durante la configuración de las listas para las elecciones europeas, tensando la relación con sus socios antes de la contienda que evaluará a nivel estatal su fuerza frente a Podemos, con Irene Montero al frente. Y es que, los morados no se esconden en plantear esta convocatoria como un plebiscito contra la vicepresidenta segunda.
Por otra parte, fuentes de la coalición afean la “desaparición” de Yolanda Díaz, fuera de foco dentro de su propio partido, pero también del Gobierno. Asimismo, desde el PSOE miran con preocupación la trayectoria de Díaz al frente de su formación, poniendo en duda su liderazgo al frente de un espacio concebido para ser un “frente amplio”. Desde la parte socialista del Gobierno insisten en que al Ejecutivo le “interesa que ese espacio se consolide y le vaya bien”.
No obstante, la incomodidad en Ferraz con la gestión de la vicepresidenta tras los fracasos electorales es cada vez más latente. “Seguimos sin ver a Yolanda [Díaz] hacer una reflexión”, sostienen fuentes de la Ejecutiva del partido de Pedro Sánchez, que ponen el foco en que la división a su izquierda perjudica al bloque progresista. Todo ello en un momento en el que las mayorías absolutas quedaron atrás y es más necesaria la colaboración entre diferentes fuerzas políticas.
En el PSOE son conscientes de que, al menos por ahora, la suerte de Sumar será la suerte de la coalición, por eso evitan torpedear este partido, más allá de los recientes intentos de Sánchez de abanderar medidas inicialmente defendidas por la ministra de Trabajo. Se trata de la supresión de las golden visa por inversión inmobiliaria y el impulso del reconocimiento de Palestina como Estado.