El Premio de Literatura en Lengua Castellana Miguel de Cervantes, concedido por el Ministerio de Cultura a propuesta de la Asociación de Academias de la Lengua Española, es uno de los galardones literarios más importantes de las letras hispanas. De este modo, desde 1976 se ha reconocido la carrera de los escritorios más prestigiosos de nuestra lengua: Jorge Luis Borges, Camilo José Cela, María Zambrano, Mario Vargas Llosa, Ana María Matute y muchos más.
Pero esta semana, en la edición número 56 del famoso premio, se ha añadido a la lista de célebres “herederos del espíritu cervantino” un nuevo nombre, que no ha sido otro que el del español Luis Mateo Díez. “El premio es de mis lectores. El destino y el reto con el que yo escribo está en mis lectores, que son cómplices”, dijo el premiado en una rueda de prensa.
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En el escrito del jurado, se ha destacado un estilo en el que “prevalece el humor expresionista, paródico o esperpéntico”, unas palabras que el ministro de Cultura en funciones, Miquel Iceta, ha completado subrayando que el escritor ha ofrecido continuamente “nuevos desafíos” que han “traspasado el ámbito de la fantasía”. Novela, teatro, poesía, relatos... Son muchos los géneros que Mateo Díez ha puesto en práctica, por no hablar de que ocupa uno de los sillones de la Real Academia Española. Sin embargo, coincidiendo con la recepción del premio, en Infobae España hemos querido hacer un repaso a los que son sus mejores libros, de entre sus más de cuarenta obras publicadas:
La Fuente de la edad (Alfaguara, 1986)
Luis Mateo Díez empezó su carrera literaria como poeta en los años 70, aunque pronto se pasó a la narrativa, un género que dominaría con maestría durante las próximas décadas. De hecho, tan es así que con su segunda novela, La fuente de la edad, ya fue condecorado con su primer Premio Nacional de Narrativa. En este libro, se nos presenta a un grupo de amigos a los que la vida cotidiana les aburre, por lo que, también gracias a una afición compartida por los grandes misterios, un día deciden buscar la fuente de la juventud, en una historia donde lo real y lo fantástico se confunden continuamente.
La ruina del cielo (un obituario) (Ollero & Ramos, 1999)
Si hablásemos de lugares imaginarios en la literatura podríamos pensar Macondo -Gabriel García Márquez-, el País de Nunca Jamás -Lewis Carroll- o el condado de Yoknapatawpha -William Faulkner-. No obstante, en esta lista infinita también nos encontraríamos con Celama, un lugar imaginado por Mateo Díez en colecciones de relatos como Celama (un recuento) o novelas como El espíritu del páramo y La ruina del cielo. Precisamente con este último libro obtuvo su segundo Premio Nacional de Narrativa, en una obra con más de 300 personajes que habían sido habitantes de ese mítico lugar. A partir del hallazgo de una serie de papeles escritos, descubiertos por un médico rural, dará comienzo esta metáfora sobre las anécdotas del día a día que, en sus últimas páginas, alcanza las dimensiones de una parábola universal sobre la vida y la muerte. Para quien se quede con ganas de más tierras imaginarias, el autor también pensó en Provincia -Ciudades de Sombra-, Oceda -El hijo de las cosas- o Armenta -Mis delitos como animal de compañía-.
Azul serenidad o la muerte de los seres queridos (Alfaguara, 2010)
Este conmovedor libro sobre la pérdida de las personas allegadas se acerca mucho al terreno autobiográfico. El autor siempre ha mezclado la imaginación con sus propias vivencias, pero hasta este libro nunca se había acercado con una frontalidad tan explícita a los dominios de la muerte. “He sentido la necesidad de rememorar, en un recordatorio, a mis muertos familiares, a esos seres queridos con que todos contamos entre las ausencias más irremediables”. En esta ocasión, se trataban de su cuñada Luz y su sobrina Sonia. Con una nostalgia similar, el escritor depositó en La Caja de las Letras -una especie de depósito donde los escritores más reconocidos guardan algo para que se conserve para la posteridad- un trabajo que hizo su nieta sobre su difunta esposa Margarita.
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La cabeza en llamas (Galaxia Gutenberg, 2012)
Las novelas cortas son también un género en el que el ganador del Premio Cervantes ha indagado habitualmente a lo largo de su carrera. En La cabeza en llamas nos ofrece, de hecho, cuatro historias diferentes: La cabeza en llamas, Luz del Amberes, Contemplación de la desgracia y Vidas de insecto. En la que da nombre al libro, se nos mostrará a un personaje disparatado e imprevisible, cuya desordenada vida se encuentra siempre con los peligros del mundo, pero también con sus ironías y contradicciones. En una línea similar, el escritor nos va presentando tramas en las que los rostros menos insospechados del mundo se van mostrando a personajes que, en su día, Mateo Díez describió como “héroes del fracaso”.
El limbo de los cines (Nórdica Libros, 2023)
Coincidiendo con la noticia de que iba a recibir el premio Cervantes, Luis Mateo Díez llevaba a las librerías este libro de relatos, un terreno también muy frecuentado por el autor. En esta ocasión, además, regaló a sus lectores una declaración de amor no solo a las películas, sino también a los cines como lugar y escenario de sus historias. No en vano, el académico es también un cinéfilo consumado y ha llegado a afirmar que, cada día, ve una o dos películas. Debe ser, por lo tanto, un motivo de felicidad para él que se hayan adaptado también algunos de sus libros a la gran pantalla, como en el caso de El filandón o Viene una chica
El amo de la pista (Alfaguara, 2024)
“Cantero es un joven desorientado y sin voluntad que no sabe qué hacer con su vida”. Con esta frase empieza la sinopsis de esta nueva novela, en venta desde este jueves 25 de abril. Acompañado de su habitual ingenio y de su infinita imaginación, Mateo Díez crea una fábula inquietante, dadas las muchas conexiones que esta mantiene con el mundo real.