El Parlamento Europeo ha votado este miércoles la reforma que suaviza las exigencias medioambientales de la Política Agrícola Común (PAC) y reduce la carga administrativa de los agricultores y ganaderos, una iniciativa planteada en respuesta a las protestas del campo de los últimos meses en varios puntos de Europa y que ha llegado en el último pleno antes de la celebración de las elecciones europeas el próximo mes de junio. La reforma, sin embargo, ha sido criticada por organizaciones ecologistas como WWF SEO/BirdLife, al considerar que sigue sin resolver los problemas del sector como “los precios injustos y la competencia desleal y da la espalda a las explotaciones sostenibles”.
Los cambios aprobados, han señalado las organizaciones en un comunicado, “recortan o debilitan” las conocidas como Buenas Condiciones Agrarias y Medioambientales (BCAM), que son condiciones indispensables que los agricultores tienen que cumplir para percibir las ayudas de la PAC y que pretenden garantizar un mínimo de sostenibilidad ambiental de las prácticas agrarias. “La PAC aprobada por el Parlamento Europeo supone un grave retroceso ambiental y no da soluciones a los problemas reales que enfrenta el sector. Con esta PAC gana el lobby agroindustrial y pierden los agricultores sostenibles, la ciudadanía y el campo”, ha indicado Celsa Peiteado, responsable del programa de Alimentación sostenible de WWF España.
Te puede interesar: Grupos ecologistas exigen mejoras en la regulación de la energía eólica marina: “Es insuficiente para la conservación del mar”
“Lo peor quizás no es el impacto inmediato que pueden tener estos recortes sobre el territorio, sino el mensaje que se transmite de que la sostenibilidad ambiental es algo accesorio o caprichoso, cuando la conservación de los recursos naturales y los ecosistemas es clave también para la viabilidad de la producción agraria a largo plazo”, ha añadido por su parte Ana Carricondo, coordinadora de Conservación de SEO/BirdLife.
Los grupos ecologistas recuerdan que una de las medidas más relevantes que desaparece con esta reforma es el requisito que obligaba a dejar en todas las tierras de cultivos espacio para linderos, árboles, charcas o zonas de barbecho, pues se buscaba “recuperar la fertilidad de las tierras y fomentar la biodiversidad para mejorar la presencia de polinizadores”. Sin embargo, a partir de ahora, lamentan, “los agricultores de la UE no estarán obligados a cumplir esta práctica para poder cobrar el pago básico, perpetuando una situación de desequilibrio”.
Menos inspecciones
Otra de las medidas polémicas aprobadas ha sido la exención de inspecciones para verificar el cumplimiento de la condicionalidad y sancionar, si no se cumplen las medidas, a las explotaciones de menos de 10 hectáreas, lo que en el caso de España afectaría a unos 345.000 beneficiarios (55% del total), según fuentes del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. “Esta medida lanza un mensaje de impunidad para aquellas explotaciones que estén cometiendo ilegalidades como el robo del agua, y deja manga ancha a quienes hacen competencia desleal”, asegura Peiteado.
Las organizaciones son conscientes de que es importante “apoyar a los agricultores y simplificar en lo posible las gestiones administrativas asociadas a las ayudas que reciben”, pero también indican que según una reciente encuesta de la Comisión Europea “dedican menos de una semana al año a estas tareas”, por lo que esta medida “parece más destinada a reducir la carga para las administraciones”, explica Carricondo.
Te puede interesar: La nueva legislación europea contra la trata de personas llega tarde, pero supone un avance: “Unifica criterios en todos los países”
Reparto “injusto” de fondos
Los grupos ecologistas también lamentan que la UE haya tomado estas medidas de “forma urgente, sin el suficiente debate público ni la participación de las organizaciones de consumidores o medioambientales”. “Esta PAC olvida que sin naturaleza no hay agricultura”, concluyen, al tiempo que advierten que las medidas tendrán un “efecto rebote, generando más dependencia de fertilizantes químicos y otros insumos externos como plaguicidas y piensos importados”.
Asimismo recuerdan que la PAC sigue arrastrando problemas como “el injusto reparto de fondos”, ya que el 20% de los grandes agricultores, en muchos casos empresas agrarias industriales a gran escala, “reciben el 80% de los pagos directos, mientras la mayoría de los agricultores y ganaderos, que suelen ser explotaciones de pequeño o mediano tamaño, perciben poco o nada” y, como consecuencia, el 37% de las explotaciones agrícolas han desaparecido en 15 años en Europa.