Qué hay que hacer para ser astronauta: formación y pruebas de acceso

Este lunes, Pablo Álvarez se ha convertido en el tercer astronauta español en la historia. A sus 35 años, el leonés podría suceder al exministro Pedro Duque y al hispano-estadounidense Miguel López-Alegría y viajar al espacio con la Agencia Espacial Europea (ESA) tras concluir su año de entrenamiento básico. Comienza así el entrenamiento específico, adaptado a las futuras misiones que se realizarán en la Estación Espacial Internacional.

El camino para Álvarez no ha sido corto ni fácil. Licenciado en Ingeniería Aeronáutica por la Universidad de León, realizó un máster en Ingeniería Aeroespacial por la Universidad Politécnica de Varsovia y pasó años trabajando como ingeniero estructural y arquitecto mecánico. Tuvo que pasar un duro proceso de selección hasta ser elegido en el año 2022 como candidato a astronauta de la ESA. En su promoción figuran también la francesa Sophie Adenot, la británica Rosemary Coogan, el belga Raphaël Liégeois y el suizo Marco Alain Sieber, que fueron seleccionados entre 22.500 candidatos. Además, la ESA cuenta con una lista de doce astronautas en reserva. entre los que se encuentra la española Sara García.

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Aunque muchos sueñen al igual que Pablo Álvarez con ir a la Luna, la Agencia Espacial Europea exige unos mínimos para poder alcanzar las estrellas. En la ESA, puede presentarse cualquier ciudadano de un Estado miembro, pero debe cumplir unas condiciones.

Para empezar, hay tres requisitos básicos: tener estudios de postgrado relacionados con la ciencia, tener tres años de experiencia laboral en un puesto relacionado con la ciencia o la tecnología y pasar un reconocimiento médico de clase 2, similar al que pasan los pilotos de avión. Los candidatos han de ser mayores de edad y no tener más de 50 años.

Además, la ESA vigila y selecciona a aquellos candidatos que no fuman, no beben alcohol, no consumen drogas y tienen unas buenas condiciones físicas. No obstante, las personas con determinadas discapacidades físicas sí pueden lograr ser astronautas. De hecho, el propio Álvarez confesó ante los medios en el año 2022 que padece una leve discapacidad en la pierna izquierda.

La ESA exige igualmente un nivel mínimo de inglés avanzado (C1), aunque valora también los conocimientos de ruso.

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Si se cumplen todas estas condiciones, se comenzará un arduo proceso de selección, en el que los aspirantes se enfrentan a distintas fases eliminatorias. Estas personas pasan primero por pruebas cognitivas, técnicas, de coordinación motriz y de personalidad. Una vez superadas, la ESA evaluará aspectos de psicomotricidad y planteará ejercicios individuales y en grupo para valorar las habilidades de los candidatos y su capacidad de trabajo en equipo.

El tercer paso sería la selección médica, en función tanto del estado físico como psicológico de la persona, con vistas a las misiones de ser astronauta de larga duración. Finalmente, se plantean dos rondas de entrevistas: una pone a prueba las competencias técnicas y de comportamiento, mientras que la otra verifica las cualificaciones educativas y antecedentes penales.