Los altos precios que enfrentan las personas que viven en las islas españolas son cada vez un tema más preocupante para los ciudadanos. Pero esta preocupación aumenta cuando se trata se un alquiler temporal en los meses de más intensidad vacacional, como puede ser julio y agosto. Quienes se desplazan para trabajar en verano en el sector turístico deben de hacer cuentas antes de acudir debido a los altos precios que encuentran allí. De hecho, ante esta situación, muchos de los hoteles y locales que contratan hacen frente a este gasto y facilitan el acceso a la vivienda de sus empleados.
Sin embargo, este no ha sido el caso de César Nebrera, quien ha concedido una entrevista a la BBC al encontrarse viviendo en su coche para poder trabajar en Ibiza. Con alquileres inaccesibles que han escalado hasta un 50% en el último año, el chef representa la realidad que está empujando a los profesionales y familias a convertir su vivienda en coches, tiendas de campaña o alojamientos compartidos de mínima calidad.
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Una habitación en la isla puede costar entre 700 y 1.000 euros mensuales, mientras que un modesto apartamento supondría uno 1.500 euros: “Extraño las cosas básicas que hacen la vida cómoda, como poder estar de pie en tu propia casa, poder cocinar adecuadamente o incluso abrir un cajón y sacar unos calcetines”, explica Nebrera, quien lleva viviendo en su Kia desde hace tres años.
Juan Miguel Costa, jefe de turismo en Ibiza, indica a la BBC que la impunidad y la rentabilidad de estos alquileres turísticos contribuyen significativamente al problema. Las autoridades atribuyen el problema a los arrendamientos a corto plazo a los que optan los propietarios para obtener una mayor rentabilidad, lo cual es una ilegalidad por la regulación local que exige contratos de mínimo seis meses: “El problema es que ganas mucho más dinero alquilando por días o por semanas que si alquilas según la ley”, explica Costa.
La situación ha alcanzado un punto crítico, dado por el desplazamiento forzado de trabajadores y residentes, que contemplan la necesidad de acciones concretas para restaurar el equilibrio y la habitabilidad de la isla. Daniel Granda, portavoz del Sindicato de Inquilinas de Ibiza y Formentera, señala un deterioro en la calidad de vida, con personas resignadas a condiciones miserables y el surgimiento de asentamientos precarios. Con una economía insular dominada por el turismo, Ibiza enfrenta el desafío de reconciliar su progreso económico con el bienestar de su población local.
Ibiza es uno de los motores turísticos de España
En términos demográficos, Ibiza tiene 160.000 habitantes, registrando la llegada de cerca de cuatro millones de turistas el pasado 2023. La situación de la vivienda en Ibiza, con incrementos promedio de alquileres en las Islas Baleares de un 18% en el último año, supera ampliamente la media nacional, y refleja una crisis de asequibilidad que afecta cada vez más a las regiones más atractivas para el turismo. El panorama se agrava frente a altas tasas de interés y la reciente crisis del coste de la vida, que ahonda el desánimo de potenciales compradores y presiona aún más el mercado de alquiler.
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