El líder del PSC, Salvador Illa, saltó al foco mediático cuando saltó al Ejecutivo de Pedro Sánchez para ocupar la cartera de Sanidad en enero de 2020. Aquel ministerio no se caracterizaba por entonces por copar grandes titulares, pero de pronto llegó la pandemia del covid-19.
El recién llegado saltó al primer plano como máxima institución para comparecer ante los medios, casi de manera diaria, para dar cuenta de los datos sanitarios. Un año más tarde y ya con vacunas de por medio, Illa decidió abandonar Moncloa para volcarse de lleno en la campaña electoral catalana, donde consiguió ser la fuerza más votada.
La campaña del 12M se presenta tensa, ya que un nuevo informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ha señalado una supuesta implicación del actual líder del PSC en la trama Koldo por las adjudicaciones de contratos públicos para la compra de mascarillas y material sanitario en pandemia, periodo que entraría dentro de su gestión como titular de Sanidad.
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En medio de este embrollo, Illa afronta de nuevo unos nuevos comicios partiendo con ventaja en las encuestas, que ahora le dan además el triunfo en escaños, aunque seguirá sujeto a una alianza con ERC o Junts+ para obtener la mayoría absoluta. A priori, la primera opción es la más viable para los socialistas. Illa ya sabe cómo lidiar con los comunes desde la oposición, cuando convenció a los republicanos para su abstención en la investidura de Sánchez en 2020. A su vez, las relaciones entre éstos y el Ejecutivo Central se mantienen “estables”, dentro de la buena sintonía que se puede demostrar semanas antes del inicio de la campaña catalana.
Una trayectoria ligada a la política
Illa es Licenciado en Filosofía y máster en Economía y Dirección de Empresas. Sin embargo, su trayectoria profesional ha estado ligada en su mayor parte al mundo de la política y de las instituciones públicas. Pero antes de ocupar roles públicos, el socialista trabajó como profesor asociado en la Facultad de Comunicación y Relaciones Internacionales en la Universidad Ramón Llull. También, aunque de manera breve, tuvo experiencia en el sector privado, ejerciendo como director general de una productora audiovisual durante nueve meses.
Comenzó como concejal en 1987 de su pueblo, La Roca del Vallés, y siete años más tarde fue elegido alcalde, puesto en el que se mantuvo durante una década. Tras su paso por la alcaldía, su carrera tomó dirección hacia roles más especializados dentro de la administración pública.
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Fue designado director general de Gestión de Infraestructuras del Departamento de Justicia de la Generalitat entre 2005 y 2009, y más adelante, en 2010, asumió como gerente de Empresa, Cultura e Innovación del Ayuntamiento de Barcelona. Antes de entrar en el Gobierno Central, en 2016 dio el salto a la secretaría del PSC nombrado por el exministro de Cultura y presidente del PSC, Miquel Iceta.