La degradación del Mar Menor frena, pero no remonta: “Los elementos más importantes no muestran síntomas de recuperación”

El ecosistema de la Región de Murcia ha recibido una fuerte inversión tras el colapso de 2016, pero los estudios publicados no perciben aún la posibilidad de conseguir que la laguna vuelva al estado anterior

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Retirada de biomasa del Mar Menor. (Europa Press)
Retirada de biomasa del Mar Menor. (Europa Press)

La recuperación del ecosistema del Mar Menor avanza entre dudas y fuertes inversiones. Las aspiraciones que pretendían alcanzar desde el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITECO) de Teresa Ribera llegan con cuentagotas, a la vez que los análisis sobre el territorio tampoco se atreven a lanzar conclusiones demasiado optimistas.

El Mar Menor es considerado la mayor laguna de agua salada de España y una de las más grandes de Europa, pero en 2016 sufrió el episodio de “sopa verde”, cuando esas aguas, que sufren de exceso de nutrientes, arribaron a muchas playas de Murcia. Ese incidente produjo un cambio en la mentalidad política. Desde entonces, son muchos los planes que se han iniciado sobre el ecosistema, con el Marco de Actuaciones Prioritarias de 2022 como la gran bandera. En un inicio, el presupuesto era de 484,4 millones hasta 2026, pero esta semana la ministra anunció que el presupuesto aumentaba hasta los 675 millones de euros.

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El Mar Menor, debido a las actividades de regadío y explotaciones que se hacen alrededor, tiene exceso de nutrientes, de ahí el color verde que ha presentado en varias ocasiones. Este fenómeno, conocido como eutrofización, impide el desarrollo de la vida marina de forma natural e incluso, entre otros problemas, genera hipoxia, falta de oxígeno en el agua. Una de las conclusiones fundamentales es que “el calentamiento de la laguna es un factor implicado en el proceso de degradación del ecosistema lagunar, sobre todo si se tiene en cuenta la mayor vulnerabilidad del mismo debido al proceso de eutrofización”.

Motivos de la degradación del Mar Menor

El deterioro de la laguna salada tiene relación con el cambio climático, pero su degradación tiene como principal responsable la acción del hombre. La expansión de determinadas actividades agrícolas y urbanas, la minería, el impacto del sector turístico y la ganadería han sido parte del desastre ecológico. El último informe del Instituto Español de Oceanografía (IEO), que monitoriza el estado del Mar Menor, presenta datos favorables, que no optimistas. La temperatura media anual de la laguna continúa su tendencia de calentamiento y crece 0,035ºC cada año, para haber alcanzado ya dos grados más desde hace cuatro décadas

Imagen de una playa del Mar Menor
Imagen de una playa del Mar Menor

Juan Manuel Ruiz Fernández, profesor de investigación de lEO-CSIC e investigador principal del proyecto Belich, identifica un frenazo en la degradación del ecosistema, pero ve lejos la recuperación del Mar Menor a niveles previos al colapso que sufrió en 2016: “Recuperarse sería volver al estado anterior, a como estaba antes de 2016, pero de eso no hay síntomas. Algo sí ha recuperado, pero está lejos de ese estado anterior. Los elementos ecológicos del sistema que se han perdido, los más importantes, no muestran síntomas de recuperación”, espeta el experto a Infobae España.

Ruiz explica que el aumento de financiación no puede ligarse de forma automática a una mejoría del ecosistema, ya que trabajan sobre un terreno del que desconocen sus potenciales respuestas tras un tratamiento curativo: “Los ecosistemas después de un evento de colapso siguen una dinámica propia y no tiene por qué responder en la medida prevista o en función de la inversión que se haga”, arguye. Los datos más recientes revelan que la laguna ha mejorado en sus niveles de salinidad, aunque es el invierno más salino de los últimos años, una tendencia ascendente tras la DANA de 2019, cuando miles de peces aparecieron muertos en las orillas de las playas murcianas fruto de la anoxia en el agua.

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Las olas de calor son cada vez más frecuentes. Sin embargo, la AEMET confirma que aún no hay evidencia para sostener si cada vez son más graves o no, pero los picos de temperatura cada vez son más altos

Equilibrio de los niveles de calidad del agua

Una de las actuales prioridades es el llamado cinturón verde: espacios creados alrededor del Mar Menor para que absorban ese exceso de nutrientes que tiene la tierra. “El cinturón verde es la clave. No podemos olvidarnos de que la ciencia ya ha diagnosticado el problema: es un problema de eutrofización. Se activa únicamente por una entrada en exceso de nutrientes de origen antropogénico. Ese exceso de nutrientes trae un aumento de la producción primaria del ecosistema, como el fitoplancton”, explica Ruiz Fernández.

Los altos niveles de turbidez registrados en octubre de 2023 han disminuido a finales del año 2023 y principios de 2024 hacia niveles similares a los registrados en invierno y principio de primavera del mismo año, a excepción de los valores registrados en la estación M (la zona de blanqueamiento del agua), que siguen siendo extremadamente elevados. Además, el investigador pone el foco en un dato reciente del que momento no tienen explicación: “El aumento del PH es bastante llamativo y parece no importar. Afecta a todo y aún no entendemos muy bien el motivo”, señala.

“Las praderas, las nacras, el caballito de mar... Eran elementos claves y singulares del ecosistema, que no han desaparecido, pero sus poblaciones han mermado de una forma muy significa hasta valores muy bajos. No solo no se recuperan, sino que parece que siguen disminuyendo”, explica el principal investigador de los informes sobre el Mar Menor.

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