Las elecciones vascas de este domingo 21 de abril ha dado como resultado un empate a votos entre PNV y EH Bildu. La formación de izquierda nacionalista ha logrado aumentar su número de diputados con seis nuevos escaños, mientras que los actuales gobernantes han visto como su cifra de sillones en el parlamento regional descendía de 31 a 27. Con todo, parece que el gobierno de coalición entre el PNV y el Partido Socialista de Euskadi (PSE) va a poder mantenerse cuatro años más, dado que la suma de los diputados de ambos partidos asegura la mayoría para gobernar.
Pero aunque el resultado final sea, a priori, tan fácil de predecir, lo cierto es que las elecciones del 21A han dejado algunos datos realmente interesantes para comprender las dinámicas de la política vasca durante los últimos años. Andoni Ortuzar, presidente del PNV, ha anunciado que pese al empate el Partido Nacionalista Vasco había ganado las elecciones. Sin embargo, ¿el resultado debería alegrar o preocupar al PNV?¿Y a EH Bildu, que aunque no parece que vaya a poder hacer Gobierno ha logrado los mejores resultados de su historia?¿Y qué hay del resto de partidos? Mientras que el PSE, el PP han aumentado su número escaños. Sumar también, pero en su caso puede que la alegría no deba ser tan alta, y Vox se ha mantenido con ese único diputado.
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El resultado ‘real’ de los partidos
Como puede verse en este gráfico facilitado por epdata, el PNV ha perdido cuatro escaños respecto a las elecciones de 2020, una cifra similar al aumento de sillones -tres- que el PSE y el PP han obtenido en los comicios. Así las cosas, parece ser que la estrategia de centrar los ataques en el PNV durante los debates electorales -como pudo verse, por ejemplo, en el de ETB- ha surtido algo de efecto en ambas formaciones, casi que más en el caso de los socialistas, ya que aumentan su importancia a la hora de decantar el gobierno autonómico. Los populares, en cambio, no han conseguido ser determinantes a la hora de elegir al nuevo lehendakari, ya que su apoyo no serviría a ningún partido para abrir las puertas de la lehendakaritza. Eso sí, la formación azul sí que ha logrado poner freno a la pérdida de diputados que llevaba sufriendo desde 2005.
Por otro lado, el caso de Sumar parece el más sencillo de concluir. Pese a que haya logrado el primer escaño de su historia en el País Vasco, lo cierto es que la formación de Yolanda Díaz -cuya candidata en Euskadi era Alba García- no ha logrado quedarse con los seis diputados que Podemos consiguió en 2020. La formación morada, cuya candidata era Miren Gorrotxategi, ni siquiera ha logrado mantener su presencia en las cortes autonómicas y ha incluso empeorado la pérdida de cinco escaños que experimentó entre 2016 y 2020.
La participación sube y Álava es decisiva
Pero más allá de los resultados individuales de cada partido, ha habido dos factores capitales en el número final de diputados de cada partido. El primero ha sido la participación, un elemento sobre todo temido por el PNV. Y es que la formación de Imanol Pradales no estaba segura de la movilización del votante tradicional del partido, fruto del desgaste de tantos años en el Gobierno y en la misma línea de lo que pudo verse en 2020, cuando el porcentaje de votantes en las elecciones no alcanzó ni el 51% del censo, los resultados más bajos de la historia de la democracia. En 2024 se ha producido una recuperación de doce puntos porcentuales en este aspecto, por lo que, pese a lograr movilizar a los votantes, la fidelidad de los votantes ha sido menor.
El otro factor era lo que ocurriría en la provincia de Álava, la más beneficiada por el sistema electoral. Y es que, en el País Vasco, las tres provincias que dividen la comunidad autónoma tienen el mismo número de diputados, 25, aunque el tamaño de la población sea muy desigual. Es por ello que en Álava, la provincia con menos habitantes, sea a su vez donde el voto sea más valioso. Allí es, por ejemplo, donde los partidos con menos representación han logrado hacerse con los sillones en el parlamento -Vox y Sumar-, y donde el PP ha encontrado su gran impulso en el resultado final. Las fuerzas mayoritarias, por otro lado, han quedado con un resultado bastante más parejo que en Vizcaya, con mayoría nacionalista, y Guipúzcoa, territorio fuerte de EH Bildu.
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La encuesta que acertó los resultados
El promedio de las encuestas daba como resultado final el empate que se ha producido este domingo 21 de abril. También acertaron, con errores mínimos, el resto de escaños repartidos entre las otras formaciones políticas. Un poco menos acertado estuvo el CIS, que dio por cierto el esperado ‘sorpasso’ de EH Bildu al PNV, otorgando un 35% de los votos al partido de izquierdas y un 32% a los de derechas, algo que al final resultó a la inversa: 35,22% para el partido de Pradales y 32,51% para el de Otxandiano.