El nuevo tablero de la política vasca: EH Bildu consolida a la izquierda ‘abertzale’ aunque el triunfo del PNV da aire a Pedro Sánchez en Madrid

PNV y EH Bildu logran 27 escaños cada uno, pero los doce conseguidos por los socialistas harán lehendakari a Imano Pradales. El presidente del Gobierno respira tranquilo, sabedor que con estos resultados podrá seguir contando con el apoyo de las dos fuerzas soberanistas

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Los líderes de EH Bildu Pello Otxandiano y Arnaldo Otegi (REUTERS/Vincent West)
Los líderes de EH Bildu Pello Otxandiano y Arnaldo Otegi (REUTERS/Vincent West)

Ya lo vaticinaban todas las encuestas. Por primera vez desde 1980, las dos fuerzas nacionalistas llegaban a estos comicios autonómicos prácticamente igualadas y se jugaban por un puñado de votos la hegemonía política. Así ha sido. PNV y EH Bildu han empatado a 27 escaños en las elecciones del País Vasco de este 21 de abril. Un resultado histórico para los abertzales, pero insuficiente. Finalmente, la formación liderada por Imanol Pradales se ha llevado el gato al agua por 29.000 papeletas y aunque el PNV ha perdido cuatro diputados respecto a 2020, podrá reeditar Gobierno con los socialistas porque suma mayoría absoluta con el PSE.

En EH Bildu, no obstante, están muy satisfechos. Sabían que aunque ganasen las elecciones por la mínima, no iban a gobernar porque no contaban con el apoyo del PSE. Su planteamiento es a largo plazo y no pasa necesariamente por hacerse con la Lehendakaritza, sino por liderar un proyecto soberanista que irá acompañado, esperan, por una especie de revolución silenciosa de la sociedad vasca. La preocupación por ETA ha desaparecido por completo, por mucho que desde la derecha sigan alimentando un monstruo que ya forma parte del pasado. La coalición ha ganado seis escaños y ha superado por primera vez la barrera de los 300.000 votos y ha ganado en dos de las tres provincias vascas: Guipúzcoa y Álava. “El cambio está en marcha y es imparable. Estamos ante un nuevo ciclo político”, aseguró anoche su líder Pello Otxandiano. “Somos sirimiri, el domingo seremos lluvia, y algún día seremos mar”, había señalado Arnaldo Otegi el cierre de campaña para definir su estrategia: un cambio son prisas.

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En La Moncloa, por su parte, respiran tranquilos. EH Bildu, espoleado por su tendencia al alza, planteó en campaña que debía gobernar la lista más votada. Pero solo quería poner nerviosos a sus rivales. Las cuentas no daban para tanto y Pedro Sánchez nunca ha pensado en desalojar a los peneuvistas del Gobierno. Así sabe que seguirá teniendo su apoyo en Madrid y que tampoco corre peligro el que le presta EH Bildu, que siempre ha defendido que actuará en el Congreso “con responsabilidad”. Encima, los resultados de los socialistas en estos comicios han sido muy buenos. Suben dos escaños (de diez a doce) y siguen teniendo la llave para reeditar el Gobierno entre PNV y PSE. La alianza entre ambos se antoja más sólida que nunca y aleja cualquier atisbo de entendimiento del PNV con el PP de Feijóo.

Así que casi todos contentos. El PNV porque mantiene el Gobierno, EH Bildu porque ha conseguido un resultado extraordinario, el PSE porque sube y vuelve a ser clave (logra el mejor resultado desde 2012), el PP porque ha logrado los objetivos y sube un diputado, Vox porque mantiene su escaño (en la tierra de Santiago Abascal) y Sumar porque ha conseguido entrar en el Parlamento vasco y obtiene un diputado. El único gran perdedor ha sido Elkarrekin Podemos, que en 2020 obtuvo seis parlamentarios y ahora se ha quedado a cero. El descenso a los infiernos de los morados, tras las elecciones gallegas, continúa.

El candidato a lehendakari del PNV, Imanol Pradales (i), y el presidente del PNV Andoni Ortuzar (d) celebran los resultados electorales vascos. (EFE/Luis Tejido)
El candidato a lehendakari del PNV, Imanol Pradales (i), y el presidente del PNV Andoni Ortuzar (d) celebran los resultados electorales vascos. (EFE/Luis Tejido)

Las elecciones de este domingo han propiciado que el Parlamento vasco se consolide como el que mayor peso nacionalista tenga, de momento, a lo largo de su historia. EH Bildu y PNV suman 54 de los 75 escaños. Por encima de la marca más alta registrada hasta la fecha, la de 52 escaños diputados nacionalistas alcanzada en 1986 y en 2020. Lo paradójico de estas elecciones es que ese Parlamento representará a una sociedad en la que la aspiración soberanista pasa por sus horas más bajas. Hay otra lectura, además. 67 de los 75 diputados del Gobierno forman parte del Gobierno de coalición de Sánchez o le prestan su apoyo. Lo dicho. En La Moncloa pueden respirar tranquilos.

El PNV, triunfo pero a revisar estrategias

El PNV había ganado hasta la fecha, en número de votos, cada una de las doce elecciones al Parlamento vasco celebradas. Esta vez no ha sido una excepción, aunque temían un ‘sorpasso’ de EH Bildu. Los jeltzales han vuelto a obtener este domingo el mayor número de sufragios (370.554) y han conseguido aguantar el embate de EH Bildu, pero las sensaciones son amargas. La victoria es pírrica y les va a obligar a revisar estrategias internas y a tomar decisiones muy medidas en las próximas semanas. Como ya se ha señalado, la formación de Pello Otxandiano ha ganado en dos de las tres provincias vascas, Guipúzcoa y Álava. Los datos concretos muestran hasta dónde ha llegado EH Bildu. En la provincia que suele recibir la etiqueta de menos nacionalista, Álava, ha ganado con el 29,4% del voto, trece puntos más que el PSOE o el PP. Lo más preocupante para el PNV es que EH Bildu ya es alternativa de poder. A falta de analizar los datos en profundidad, los abertzales seguramente se han llevado un alto porcentaje del voto joven y todo parece indicar que han absorbido la mayoría del voto que ha perdido Podemos.

Por su parte, el Partido Popular liderado por Javier de Andrés ha conseguido su principal objetivo: afianzarse como la cuarta fuerza política vasca y subir al menos un escaño los seis que cosechó en 2020, cuando concurrió en coalición con Ciudadanos en plena crisis interna tras el cese de Alfonso Alonso por parte de Pablo Casado. Finalmente, ha conseguido siete parlamentarios, pero sin ‘comerse’ a Vox, uno de los objetivos que se habían marcado. Así que en Génova no están disgustados, y siempre habían confiado en pasar la cita electoral vasca sin sufrir muchos daños, esperando mejores resultados en las catalanas y europeas.

El candidato del PSE-EE a lehendakari, Eneko Andueza (H.BILBAO-EUROPA PRESS)
El candidato del PSE-EE a lehendakari, Eneko Andueza (H.BILBAO-EUROPA PRESS)

En el espacio de la izquierda a la izquierda de los socialistas, la decisión de Elkarrekin Podemos y Sumar de concurrir por separado les ha penalizado y mucho. Tanto, que mientras los morados se quedan fuera del Parlamento en otra debacle más sin paliativos (tras conseguir seis escaños en 2020), los de Yolanda Díaz apenas logran uno. No hay que olvidar que 2016 llegaron a tener once. Todavía, no obstante, queda por recontar el voto exterior, más de 8.000 papeletas, que podrían darle un último disgusto a Sumar o al PNV. En las dos últimas elecciones vascas este voto emitido desde fuera ha hecho bailar algún escaño. Próxima batalla: Cataluña

La presidenta del PNV de Bizkaia, Itxaso Atutxa, ha celebrado la "normalidad" de la celebración de las elecciones vascas, lo que es un "triunfo" para la democracia. "Una vez más", el PNV, con "los datos hasta el momento" sigue siendo la "fuerza más votada" y "empatados en escaños" con EH Bildu.
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