Cómo se calculan los honorarios de los abogados en España y cuánto cuesta contratar uno

Dependiendo del servicio necesario y la especialización del letrado los costes varían

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Abogado dando la mano a
Abogado dando la mano a su clienta (Freepik)

Los abogados son figuras muy importantes en el ámbito judicial, ya que su función es la de asesorar y representar a individuos, empresas o entidades ante las instancias judiciales o administrativas. Esto significa que, mediante la interpretación de las leyes y reglamentos, defienden de los derechos e intereses de sus clientes. Viendo esto no sorprende que todos en algún momento de nuestras vidas podamos necesitar los servicios de uno de estos profesionales y por ello es importante saber de antemano cuanto puede costarnos.

La forma de calcular los honorarios no es un trabajo sencillo, por lo menos para hacerlo de una forma general. No existen unos precios fijos y depende de cada profesional. Están los que optan por ofrecer tarifas fijas, pero hay otros que prefieren cobrar por horas de servicios. Lo que si no pueden hacer, gracias a la Ley 25/2009, es establecer baremos orientativos, por lo que está prohibido una libre fluctuación en las tarifas a lo largo que avanza el juicio.

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Algunos aspectos que pueden afectar a la variación de los precios son el tipo de caso, el contexto geográfica o la especialización del profesional. Esto último es realmente importante, sobre todo en casos muy concretos, ya que elegir a un letrado con familiarizado con un área específica puede suponer una gran ventaja para ganar el litigio.

Precios orientativos

Como se ha explicado, no es posible determinar de forma concreta lo que cuesta un abogado, pero si se puede hacer una aproximación. Dependiendo de la intervención legal requerida, los costes pueden oscilar entre los 200 y los 2.500 euros.

Dentro de estas variaciones de precios, se estima que los juicios pueden costar entre 250 y 2.100 euros, mientras que los recursos tienen una horquilla de 150 a 1.200 euros. Específicamente, los divorcios pueden llegar a tener un precio entre 300 y 1.200 euros, siempre dependiendo si hay acuerdo entre las partes o no. Otros servicios, como los desahucios o la división de herencias, también presentan rangos que varían desde los 250 hasta los 2.500 euros. Estos números son indicativos y están sujetos a cambios, por lo que siempre hay que pedir presupuestos a la hora de solicitar estos servicios.

También es importante saber, que la primera visita a un abogado puede ser gratuita, pero hay casos en los que tiene un coste. Es importante preguntarlo antes de realizarla para no llevarse una sorpresa. Por otra parte, en esta primera reunión se debe solicitar una hoja de encargo, que es un documento donde se especifican los honorarios y los gastos incluidos. para de esta manera proporcionar claridad y transparencia en la relación abogad-cliente.

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¿Qué pasa si no se tiene dinero para pagar un abogado?

Viendo estos precios, se puede dar fácilmente el caso en el que una personas tenga la necesidad de contratar a un abogado, pero no disponga del dinero suficiente. En esta situación entran en juego los abogados de oficio.

Manifestación de abogados y procuradores de oficio en Madrid el pasado día 3 de febrero

Esta figura legal asegura el derecho a la defensa y protección eficaz ante situaciones de vulneración de derechos por parte de proveedores de bienes y servicios y los criterios para acceder a este tipo de asistencia se rigen bajo normativas específicas, incluyendo el umbral económico ligado al Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples (IPREM).

Los consumidores y usuarios, definidos como individuos que adquieren productos o servicios para satisfacer necesidades personales o familiares, se ven amparados bajo el marco legal español y comunitario que estipula diversos derechos y obligaciones. Por otro lado, la figura del abogado de oficio emerge como un pilar para quienes no poseen los recursos financieros suficientes para enfrentar litigios, proporcionando asesoramiento y representación sin costo en ámbitos tanto civiles como penales. Este mecanismo no solo abarca asuntos individuales sino que también defiende intereses colectivos en acciones más amplias.

Para ser elegible para la asistencia jurídica gratuita, los solicitantes deben demostrar que sus ingresos económicos no superan ciertos límites establecidos en relación con el IPREM, variando dichos límites según la composición del núcleo familiar. Existen, además, provisiones específicas que facilitan el acceso a este derecho a víctimas de violencia de género, terrorismo, trata de seres humanos, menores de edad y personas con discapacidad víctimas de ciertos delitos. A nivel europeo, tanto el Convenio Europeo de Derechos Humanos como la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea garantizan esta asistencia legal gratuita, extendiéndola inclusive a situaciones ocurridas fuera de España, siempre cuando se cumplan las condiciones requeridas para su aplicación.

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